48,5 millones por dos años de contrato. Casi 36, los
cumplirá el 23 de agosto, y una grave lesión por el camino. Kobe ha jugado
durante 18 años en la franquicia californiana, allí se ha convertido en uno de
los mejores jugadores tanto del presente como de la Historia y ha ganado cinco
anillos, acompañado de Shaquille O´Neal, Derek Fisher, Pau Gasol, Lamar Odom y,
sobre todo, Phil Jackson, actualmente GM de los Knicks. Pero con todo su
decisión de embolsarse casi 25 millones por año en las últimas etapas de su
carrera fue durísimamente criticada por muchísimos aficionados, dado el daño
que causaba a las aspiraciones del equipo de reclutar a varios agentes libres
de renombre.
Foto: NBA |
Kevin Ding escribía en este artículo lo que, a su
juicio, era una decisión acertada tanto por parte de Bryant como de Mitch
Kupchak, el GM de la franquicia angelina. El primero por haber mostrado su infatigable
voluntad de ganar, mantenerse en forma y seguir compitiendo con los mejores, a
la vez que expresando su fidelidad al equipo en el que ha jugado toda su vida
profesional. Por su parte los segundos por haber tenido el tino de retener a
Kobe, permitiendo que la franquicia tuviera ese recurso ventajoso que es la
presencia del escolta a la hora de reclutar a agentes libres de alto caché. ¿A
dónde preferiría ir Carmelo Anthony o LeBron James?, ¿a unos Lakers con mucho
espacio salarial pero con la posibilidad de que su estrella no renueve o a un
equipo que ofrece menos dinero pero que tiene atado a su capitán y líder por
las dos siguientes temporadas? El último argumento que ofrece Ding es que el
carácter de Kobe no es el mismo que el de Tim Duncan o Dirk Nowitzki, que sí
que se han prestado voluntarios a recortar su salario, por lo que el Kuchpak ha
obrado bien dándole un pastizal, a sabiendas de que si trataba de ofrecerle
menos ("Low Ball" sería el término preciso) probablemente hubiera
sido rechazado.
Sin embargo, y aunque el autor también recuerda
sabiamente lo fácil que es opinar y criticar los hechos a caballo pasado no
puede decirse que lo que está sucediendo a los Lakers en esta agencia libre no
fuese advertido mucho antes de que comenzara este verano de 2014. Hasta ahora
los movimientos angelinos han sido asegurarse a Jeremy Lin y renovar a Jordan
Hill y Nick Young por contratos considerables. Todo indica que Pau Gasol no
volverá mientras que LeBron ya ha firmado por los Cavaliers y Carmelo Anthony está
cerca o de Bulls o de renovar por los Knicks. Ningún gran agente libre ha
llegado a los Lakers y, hasta el momento, solo Julius Randle, número 7 del
Draft, despierta ilusiones en unos aficionados que tampoco pueden esperar una
reconstrucción al uso, tanto por la edad de Bryant como por el hecho de que su
elección del año que viene será enviada a Phoenix salvo que entre en el Top-5.
¿Qué puede explicar este fracaso de la segunda
franquicia más laureada de la NBA? Quedarse solo en el descomunal sueldo de
Bryant, al que hay que añadir los 10 millones que cobra Nash y que dejan muy
poco espacio para maniobrar en un verano en el que múltiples equipos han hecho
movimientos destinados a liberar salarios, sería obviar otros factores: la
escasa competitividad del equipo en la 2013-2014, y si se apura en las dos
anteriores, la edad de Kobe, Nash y Pau Gasol, la carencia de un entrenador y
los pocos incentivos respecto al resto de la plantilla.
Resultaba poco probable que LeBron eligiera Los
Ángeles como su destino, pese a toda la aureola que rodea a la franquicia de
púrpura y oro, sabiendo que los Lakers solo podían ofrecerle un contrato por el
máximo a él, viéndose forzados a tratar de retener a Gasol con un sueldo bajo y
traspasando a Nash en busca de alguna otra pieza. Factible, pero muy
complicado, y más con tres jugadores que superan ampliamente la treintena. Lo
mismo se puede aplicar a Carmelo, aunque estuviera tentado. Esto obliga a los
angelinos a renovar a piezas importantes, pero ni mucho menos estelares, como
Jordan Hill y Nick Young, a alto precio. A su vez el traspaso por Jeremy Lin ha
logrado paliar la carencia de un base, pero cargando otros 8 millones en el
"Salary Cap".
¿Ha sido toda la culpa de Kobe? Ni mucho menos. Lo
que no se le puede negar es su sacrificio y entrega por el equipo, queriendo
regresar lo antes posible de su terrible lesión (más a su edad) y asegurando
compromiso, calidad y lucha por, al menos, dos años más. Pero, desde luego, su
escasa voluntad para aceptar una reducción de sueldo como la que sí estaban
dispuestos a tomar Chris Bosh o Dwyane Wade se ha incluido entre los factores
causantes de la situación. La nueva imagen de los Lakers pasa por ver cómo se
ha recuperado el escolta y lo atractivo a nivel deportivo y económico que
pueden ser los angelinos tanto en estas próximas semanas como a lo largo de
2014 y de 2015. Su atractivo publicitario siempre lo conservarán.
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