Los Miami Heat volvieron a imponerse a los Charlotte
Bobcats en el segundo partido de las series. En esta ocasión, sin embargo, el
esfuerzo del campeón fue considerablemente mayor y solo la gran calidad de su
"Big 3" y errores de inexpertos en las lides de la postemporada
apartaron a la franquicia de Carolina del Norte de poder pelear en la prórroga
por obtener su primer triunfo.
El partido comenzó en la misma tónica que el
primero, con una cierta alternancia de canastas entre los dos equipos que
desembocó en un resultado de 13-13 de inicio y dos faltas rápidas de Michael
Kidd-Gilchrist y Chris Bosh, provocando que se fueran al banquillo apenas
transcurridos cuatro minutos. Sin embargo Miami quiso imponer su ley y merced a
varios robos, una defensa del pick and roll intensa y evitando que un Al
Jefferson que seguía muy cojo (Se tuvo que retirar a los vestuarios brevemente)
recibiera balones claros al interior, se fueron 10 puntos arriba, provocando
uno de los peores cuartos en cuanto a porcentaje de tiro en todos los partidos
disputados por el equipo de Clifford esta campaña.
La misma historia se repitió en el segundo cuarto,
donde el arreón inicial de los Heat se vio compensado con el surgimiento de la
figura en cuyos brazos se echarían los seguidores de los Bobcats: Michael
Kidd-Gilchrist. Después de su rápida visita al banquillo se puso el mono de
trabajo y se convirtió en la primera opción ofensiva, cosa harto sorprendente,
de un equipo en el que Al Jefferson no podía recibir balones y Kemba Walker no
encontraba forma de anotar. Terminó el cuarto con 15 puntos, 6 rebotes y
demostrando entrega en todo momento. Por parte de los Heat los jugadores se
iban turnando para anotar en el momento preciso aunque, como siempre, fue
LeBron el que llevó la batuta en todos los aspectos, alejando a los Charlotte
cada vez que se animaban un poco. Y con un 47-57, y gracias a un triple sobre
la bocina de Walker, se llegaba al descanso.
Pero la segunda parte provocaría un cambio en el
guión. Con sudor y esfuerzo, imponiéndose a los triples de un Bosh imperial,
que acabó la noche con 20 puntos, todos anotados en momentos clave, y a las
penetraciones del imparable James, los Bobcats encontraron maneras diferentes
de anotar: un McRoberts que había firmado una desastrosa primera parte y un Al
Jefferson que, renqueante aún, pudo recibir el balón y repartir juego, abrir la
cancha para los tiradores y anotar en el poste bajo o con sus clásicas
suspensiones. Poco a poco la distancia se fue reduciendo hasta el 72-79 que
abría el último cuarto, aunque con la sensación de que Miami tenía bastante
controlado el partido.
Y fue en el último acto donde todo se desató.
Comenzó con una de las típicas tormentas perfectas que suelen desencadenar los
de Florida para arrasar a sus rivales. Henderson y Chris Douglas Roberts habían
puesto a Charlotte a 4, y James decidió que no quería perder el factor campo.
Anotó 4 puntos seguidos y dio una asistencia a Norris Cole para que enchufara
un triple que elevó la diferencia a 9 (canasta de Henderson de por medio). Poco
después se iba al banquillo y era el capitán, Dwyane Wade, el encargado de
llevar de nuevo en volandas a su equipo hasta los 14 puntos de distancia.
Fue entonces cuando Douglas Roberts rescató el
coraje que había tenido el equipo de los Bobcats para llegar vivo a los últimos
12 minutos y merced a un 2+1 y otro tiro libre anotado consiguió insuflar
ánimos en sus compañeros. Poco después asistió a Kidd-Gilchrist para recortar a
8 puntos y obligar a LeBron a volver al partido. No fue suficiente, y con 5
minutos por jugarse poco a poco Charlotte recortó distancias, aunque "El
Elegido" se empeñara en evitarlo, y lo culminó con una serie de jugadas
geniales por parte de un Kemba Walker muy irregular durante el encuentro.
Primero anotando un triple, luego sacando la falta en ataque a LeBron y por
último dando una asistencia a Al Jefferson para ponerse 3 abajo con un minuto y
medio por jugar.
Era el tiempo de los héroes. La grada se puso en pie
y los altavoces del pabellón rugieron mientras los ojos de toda la NBA se
posaban en el pabellón de los vigentes campeones. Ambos equipos fallaron un
ataque y entonces vino la jugada que pudo marcar el partido. James penetró y se
encontró por el camino a Kidd-Gilchrist y un McRoberts que le propinó un codazo
que sin problemas pudo ser falta flagrante. No fue así y LeBron falló uno de
los dos tiros libres, provocando acto seguido un triple de Kemba Walker que
dejaba el partido 97-98 con 20 segundos por jugares. Charlotte no logró robar y
al herido LeBron no le tembló la mano a la hora de anotar los dos tiros libres
para dar 3 de ventaja. 10 segundos por jugarse.
Charlotte acariciaba con la yema de los dedos llegar
a una prórroga tras todo el partido remando para poder alcanzar a los
Heat...hasta que la inexperiencia les jugó una mala pasada, aún cuando el
último balón cayó en manos de un hombre adquirido para dar temple en estos
momentos. Gary Neal recibió la bola y completó su horrible partido con un mal
dribbling y un pase horrible a Douglas Roberts, que perdió el balón a manos de
Wade. El tiro libre del capitán de los Heat tras ser golpeado por McRoberts
certificó el triunfo de los Heat por 97-101 frente a unos Charlotte claramente
decepcionados.
Por parte de los campeones el mejor fue LeBron, con
32 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes, apareciendo siempre en los momentos clave
y asistiendo con denuedo cuando le cerraban puertas. Tras él, como fiel
escudero, Chris Bosh con 20 puntos y 5 rebotes, metiendo triples y tiros de
media distancia cuando más apretaba el reloj y la presión de los de Clifford.
Por parte de los Bobcats estuvo inmenso Michael Kidd-Gilchrist, manteniéndose
fuera de problemas de faltas, defendiendo con intensidad y siendo clave en las
múltiples remontadas, merced a 22 puntos y 10 rebotes, 3 de ellos ofensivos.
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