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jueves, 24 de abril de 2014

Miami sufre para poner el 2-0 (101-97)

Los Miami Heat volvieron a imponerse a los Charlotte Bobcats en el segundo partido de las series. En esta ocasión, sin embargo, el esfuerzo del campeón fue considerablemente mayor y solo la gran calidad de su "Big 3" y errores de inexpertos en las lides de la postemporada apartaron a la franquicia de Carolina del Norte de poder pelear en la prórroga por obtener su primer triunfo.


El partido comenzó en la misma tónica que el primero, con una cierta alternancia de canastas entre los dos equipos que desembocó en un resultado de 13-13 de inicio y dos faltas rápidas de Michael Kidd-Gilchrist y Chris Bosh, provocando que se fueran al banquillo apenas transcurridos cuatro minutos. Sin embargo Miami quiso imponer su ley y merced a varios robos, una defensa del pick and roll intensa y evitando que un Al Jefferson que seguía muy cojo (Se tuvo que retirar a los vestuarios brevemente) recibiera balones claros al interior, se fueron 10 puntos arriba, provocando uno de los peores cuartos en cuanto a porcentaje de tiro en todos los partidos disputados por el equipo de Clifford esta campaña.

La misma historia se repitió en el segundo cuarto, donde el arreón inicial de los Heat se vio compensado con el surgimiento de la figura en cuyos brazos se echarían los seguidores de los Bobcats: Michael Kidd-Gilchrist. Después de su rápida visita al banquillo se puso el mono de trabajo y se convirtió en la primera opción ofensiva, cosa harto sorprendente, de un equipo en el que Al Jefferson no podía recibir balones y Kemba Walker no encontraba forma de anotar. Terminó el cuarto con 15 puntos, 6 rebotes y demostrando entrega en todo momento. Por parte de los Heat los jugadores se iban turnando para anotar en el momento preciso aunque, como siempre, fue LeBron el que llevó la batuta en todos los aspectos, alejando a los Charlotte cada vez que se animaban un poco. Y con un 47-57, y gracias a un triple sobre la bocina de Walker, se llegaba al descanso.

Pero la segunda parte provocaría un cambio en el guión. Con sudor y esfuerzo, imponiéndose a los triples de un Bosh imperial, que acabó la noche con 20 puntos, todos anotados en momentos clave, y a las penetraciones del imparable James, los Bobcats encontraron maneras diferentes de anotar: un McRoberts que había firmado una desastrosa primera parte y un Al Jefferson que, renqueante aún, pudo recibir el balón y repartir juego, abrir la cancha para los tiradores y anotar en el poste bajo o con sus clásicas suspensiones. Poco a poco la distancia se fue reduciendo hasta el 72-79 que abría el último cuarto, aunque con la sensación de que Miami tenía bastante controlado el partido.

Y fue en el último acto donde todo se desató. Comenzó con una de las típicas tormentas perfectas que suelen desencadenar los de Florida para arrasar a sus rivales. Henderson y Chris Douglas Roberts habían puesto a Charlotte a 4, y James decidió que no quería perder el factor campo. Anotó 4 puntos seguidos y dio una asistencia a Norris Cole para que enchufara un triple que elevó la diferencia a 9 (canasta de Henderson de por medio). Poco después se iba al banquillo y era el capitán, Dwyane Wade, el encargado de llevar de nuevo en volandas a su equipo hasta los 14 puntos de distancia.

Fue entonces cuando Douglas Roberts rescató el coraje que había tenido el equipo de los Bobcats para llegar vivo a los últimos 12 minutos y merced a un 2+1 y otro tiro libre anotado consiguió insuflar ánimos en sus compañeros. Poco después asistió a Kidd-Gilchrist para recortar a 8 puntos y obligar a LeBron a volver al partido. No fue suficiente, y con 5 minutos por jugarse poco a poco Charlotte recortó distancias, aunque "El Elegido" se empeñara en evitarlo, y lo culminó con una serie de jugadas geniales por parte de un Kemba Walker muy irregular durante el encuentro. Primero anotando un triple, luego sacando la falta en ataque a LeBron y por último dando una asistencia a Al Jefferson para ponerse 3 abajo con un minuto y medio por jugar.

Era el tiempo de los héroes. La grada se puso en pie y los altavoces del pabellón rugieron mientras los ojos de toda la NBA se posaban en el pabellón de los vigentes campeones. Ambos equipos fallaron un ataque y entonces vino la jugada que pudo marcar el partido. James penetró y se encontró por el camino a Kidd-Gilchrist y un McRoberts que le propinó un codazo que sin problemas pudo ser falta flagrante. No fue así y LeBron falló uno de los dos tiros libres, provocando acto seguido un triple de Kemba Walker que dejaba el partido 97-98 con 20 segundos por jugares. Charlotte no logró robar y al herido LeBron no le tembló la mano a la hora de anotar los dos tiros libres para dar 3 de ventaja. 10 segundos por jugarse.

Charlotte acariciaba con la yema de los dedos llegar a una prórroga tras todo el partido remando para poder alcanzar a los Heat...hasta que la inexperiencia les jugó una mala pasada, aún cuando el último balón cayó en manos de un hombre adquirido para dar temple en estos momentos. Gary Neal recibió la bola y completó su horrible partido con un mal dribbling y un pase horrible a Douglas Roberts, que perdió el balón a manos de Wade. El tiro libre del capitán de los Heat tras ser golpeado por McRoberts certificó el triunfo de los Heat por 97-101 frente a unos Charlotte claramente decepcionados.

Por parte de los campeones el mejor fue LeBron, con 32 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes, apareciendo siempre en los momentos clave y asistiendo con denuedo cuando le cerraban puertas. Tras él, como fiel escudero, Chris Bosh con 20 puntos y 5 rebotes, metiendo triples y tiros de media distancia cuando más apretaba el reloj y la presión de los de Clifford. Por parte de los Bobcats estuvo inmenso Michael Kidd-Gilchrist, manteniéndose fuera de problemas de faltas, defendiendo con intensidad y siendo clave en las múltiples remontadas, merced a 22 puntos y 10 rebotes, 3 de ellos ofensivos.

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