Pero nada fue suficiente para frenar en su cometido a unos Grizzlies que con el sacrificio y labor coral por bandera han demostrado una vez más que aún no han dicho su última palabra en estos Playoffs.
La inexpugnable defensa de Memphis impone su ley
En un duelo de poder a poder sin dominador claro, imperaban las imprecisiones mientras ambos equipos mostraban sus armas en los primeros compases. Sin embargo, inmersos en un cúmulo de despropósitos eran los Grizzlies los primeros en sacar partido de la situación, ya que una vez conseguido ralentizar al rival, ponían el cerrojo en la zona, forzando pérdidas y sumando en transición gracias a unos activos Courtney Lee y Tony Allen. Sobre todo este último, quien neutralizando a Durant impulsaba el buen hacer ofensivo de los suyos encontrando con asiduidad a un Marc Gasol que se entonaba. Porque ante el atasco e incomodidad de los locales, eran los de Tennessee quienes mandaban en el luminoso al término del primer cuarto. (24-16)
Westbrook mantiene a raya a unos sólidos Grizzlies
Si bien la segunda unidad de los visitantes procuraba mantener la compostura a base de intensidad, era Derek Fisher quien de manera sorprendente se empeñaba en ponerle una marcha más al partido. Y es que apoyándose en la agresividad y energía del veterano, los Thunder despertaban alentados también por dos estratosféricos tapones de Serge Ibaka. Pero poco les duraría la alegría ya que los Grizzlies se volverían a poner el mono de trabajo y apoyados en una excelente conjunción comandada por Mike Conley contarrestaban las acometidas de un Westbrook desatado que se echaba el equipo a las espaldas ante la falta de protagonismo de Durant. Con la ayuda del congoleño, mantenían a raya a unos Grizzlies sólidos, con las ideas claras y sobre todo que marcaban el tempo del encuentro.
Los de Tennessee no dan su brazo a torcer
La tónica del encuentro permanecía prácticamente intacta, por que independientemente del buen hacer de Ibaka en ambos lados de la cancha y los destellos de un Durant ávido de despertar, Memphis aguantaba el tirón a base de tenacidad y un sobrio Mike Conley que seguía siendo un auténtico quebradero de cabeza. Los hombres de Joerger volvían a demostrar ser un hueso duro de roer, ya que aun llegando a ser superados en el marcador, perseveraban en su cometido gracias a la fluidez que impulsaba la excelsa dirección de su base. Se habían llevado el partido a su terreno, y era precisamente eso lo que les daba alas (y la ventaja en el marcador) con todo el último cuarto por jugarse.
Durant y Perkins obran el milagro y fuerzan la prórroga
La pluralidad reaparecía liderados por un sensacional e impoluto Beno Udrih, que si ya había dado muestras de su inspiración, era él quien hacía y deshacía a su antojo con una determinación no menos que sorprendente. Ante tal situación, los Thunder se veían abrumados, sin respuesta ante la conjunción de un oponente superior y sobre todo, con alterntivas. Con el esloveno como adalid de un ataque equilibrado y compensado por un pertinaz Marc, los Grizzlies permanecían por delante con el 'clutch time' en el horizonte y cuando ya cada canasta valía su peso en oro. Pero fue cuando más gris se cernía el cielo sobre los de Oklahoma City cuando los grandes entraban a escena. Westbrook y Kevin Durant decidieron dar un golpe sobre la mesa y dando pie a un un frenético intercambio de golpes el encuentro volvía a estar en un puño inmersos ya en la hora de la verdad. Las tornas parecían haber cambiado y es que con su estrella enchufada el viento se ponía de cara. Pero Memphis aún guardaba sus últimos cartuchos ya que demostrando haber nacido para estas situaciones, Mike Miller echaba mano de su entereza y brío para poner a los suyos con un triple que rematado después por una defensa impecable de Tony Allen sobre KD parecían darles el partido. Hasta que el desacierto de Mike Conley desde la línea de personal propiciaba un 3+1 antólogico y paranormal de Durant que daba posteriormente la oportunidad de que Perkins fuera el que con un rebote ofensivo forzara la prórroga.
Los Grizzlies no decaen y tiran de casta para lograr un triunfo agónico
@ESPNNBA |
En un duelo de poder a poder sin dominador claro, imperaban las imprecisiones mientras ambos equipos mostraban sus armas en los primeros compases. Sin embargo, inmersos en un cúmulo de despropósitos eran los Grizzlies los primeros en sacar partido de la situación, ya que una vez conseguido ralentizar al rival, ponían el cerrojo en la zona, forzando pérdidas y sumando en transición gracias a unos activos Courtney Lee y Tony Allen. Sobre todo este último, quien neutralizando a Durant impulsaba el buen hacer ofensivo de los suyos encontrando con asiduidad a un Marc Gasol que se entonaba. Porque ante el atasco e incomodidad de los locales, eran los de Tennessee quienes mandaban en el luminoso al término del primer cuarto. (24-16)
Westbrook mantiene a raya a unos sólidos Grizzlies
Si bien la segunda unidad de los visitantes procuraba mantener la compostura a base de intensidad, era Derek Fisher quien de manera sorprendente se empeñaba en ponerle una marcha más al partido. Y es que apoyándose en la agresividad y energía del veterano, los Thunder despertaban alentados también por dos estratosféricos tapones de Serge Ibaka. Pero poco les duraría la alegría ya que los Grizzlies se volverían a poner el mono de trabajo y apoyados en una excelente conjunción comandada por Mike Conley contarrestaban las acometidas de un Westbrook desatado que se echaba el equipo a las espaldas ante la falta de protagonismo de Durant. Con la ayuda del congoleño, mantenían a raya a unos Grizzlies sólidos, con las ideas claras y sobre todo que marcaban el tempo del encuentro.
Los de Tennessee no dan su brazo a torcer
La tónica del encuentro permanecía prácticamente intacta, por que independientemente del buen hacer de Ibaka en ambos lados de la cancha y los destellos de un Durant ávido de despertar, Memphis aguantaba el tirón a base de tenacidad y un sobrio Mike Conley que seguía siendo un auténtico quebradero de cabeza. Los hombres de Joerger volvían a demostrar ser un hueso duro de roer, ya que aun llegando a ser superados en el marcador, perseveraban en su cometido gracias a la fluidez que impulsaba la excelsa dirección de su base. Se habían llevado el partido a su terreno, y era precisamente eso lo que les daba alas (y la ventaja en el marcador) con todo el último cuarto por jugarse.
@AdidasHoops |
La pluralidad reaparecía liderados por un sensacional e impoluto Beno Udrih, que si ya había dado muestras de su inspiración, era él quien hacía y deshacía a su antojo con una determinación no menos que sorprendente. Ante tal situación, los Thunder se veían abrumados, sin respuesta ante la conjunción de un oponente superior y sobre todo, con alterntivas. Con el esloveno como adalid de un ataque equilibrado y compensado por un pertinaz Marc, los Grizzlies permanecían por delante con el 'clutch time' en el horizonte y cuando ya cada canasta valía su peso en oro. Pero fue cuando más gris se cernía el cielo sobre los de Oklahoma City cuando los grandes entraban a escena. Westbrook y Kevin Durant decidieron dar un golpe sobre la mesa y dando pie a un un frenético intercambio de golpes el encuentro volvía a estar en un puño inmersos ya en la hora de la verdad. Las tornas parecían haber cambiado y es que con su estrella enchufada el viento se ponía de cara. Pero Memphis aún guardaba sus últimos cartuchos ya que demostrando haber nacido para estas situaciones, Mike Miller echaba mano de su entereza y brío para poner a los suyos con un triple que rematado después por una defensa impecable de Tony Allen sobre KD parecían darles el partido. Hasta que el desacierto de Mike Conley desde la línea de personal propiciaba un 3+1 antólogico y paranormal de Durant que daba posteriormente la oportunidad de que Perkins fuera el que con un rebote ofensivo forzara la prórroga.
@sportscenter |
Sin embargo, haciendo gala de una frialdad y entereza admirable los Grizzlies respondían con creces tras el mazazo. Encomendados a un titántico Randolph, volvían a poner contra las cuerdas a los Thunder que se intentaban aferrar a sus buques insignia para seguir con vida. Pero cuando el duelo ya rozaba lo pugilístico no había organización que valiera sino oficio y sangre fría cuando cada valón se disputaba como si fuera el último. Entre el cúmulo de barullos Durant provocaba la dudosa expulsión de Marc pero con un fallo del alero desde la personal daba tiempo a que Randolph culminara una excelente jugada de pizarra gracias a Tony Allen. Una canasta que acabaría por decantar la balanza, ya que a pesar de los intentos del '35' de Oklahoma nada podía evitar la dura derrota y asi pues la pérdida del factor cancha.
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