Los Raptors han conseguido meterse en los Playoffs como terceros para sorpresa de toda la NBA.
Toronto no es un gran mercado. Los Raptors no cuentan con grandes estrellas. Sus jugadores no son LeBrones, Kobes ni Durants, pero tras la salida de Rudy Gay en el mes de diciembre, sus jugadores Kyle Lowry y DeMar DeRozan elevaron su nivel y, con ellos, arrastraron a todo el equipo. Con una plantilla joven, sin estrellas y sin mucha expectación sobre ella han conseguido ser un bloque compacto al que gustará ver en la post-temporada. La juventud se une al talento en proporciones perfectas. Si a esto le añadimos una pizca de suerte de encontrarse en el Este y a un entrenador con un estilo de juego muy claro nos da como resultado a una franquicia canadiense que se levanta con fuerza tras 6 años alejados de los Playoffs. El conjunto anima al público a verlos como en los días de Vince Carter. Toronto ha vuelto.
Dwane Casey ha logrado hacer de un grupo de chicos atléticos un equipo temible que juega un run & gun envidiable. A los ya nombrados Lowry y DeRozan debemos añadirle otras piezas como Valanciunas, Amir Johnson, Terrence Ross o Greivis Vásquez et voilá. La temporada pasada se le criticó por no apostar por Calderón, pero lo cierto es que la jugada le ha salido redonda. Más allá de la pausa e inteligencia que aporte el extremeño, Casey quería piernas para correr, lo cual beneficia sobre todo a los jugadores exteriores, pero no nos equivoquemos, en la pintura también tienen potencial.
El equipo liderado por el escolta/alero de Compton ya ha hecho historia, pero no se conforman con eso. Se han colado en los Playoffs, han tenido representación en el All-Star...ahora, exigen más, pues quieren ser un dolor de cabeza para los 2 contendientes de su conferencia (a uno de ellos se enfrentarían en unas hipotéticas semifinales de conferencia). Su paso adelante en este 2014 ha sido notorio, no obstante, tienen el enorme desafío de seguir este ritmo durante lo que queda de abril y lo que puedan aguantar en mayo.
A día de hoy, su balance es de 48 victorias y 33 derrotas. Ya se han proclamado campeones de su división, la Atlántica. Son el séptimo equipo al que menos anotan de toda la NBA (98,1 puntos por partido) y el decimotercero que más mete (101,4 puntos por partido). Lowry es el séptimo asistente de la liga (7,4 por partido) y DeRozan el noveno anotador (22,8 por partido).
En frente tendrán a los Brooklyn Nets. Los de Jason Kidd han ido de menos a más y ya son un rival temible. Sus estrellas no se encuentran al 100%, pero con la ayuda de jugadores como Livingston o Plumlee y contando con que Paul Pierce y Kevin Garnett son jugadores curtidos en mil batallas y hechos para los Playoffs, serán un bloque rocoso al que los Raptors tendrán el reto de dejar en el camino. Los Nets son un proyecto a lo grande, pero en el Este, la ilusión ha prevalecido sobre la ambición y Toronto Raptors es el ejemplo perfecto de ello.
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| canada.com |
Toronto no es un gran mercado. Los Raptors no cuentan con grandes estrellas. Sus jugadores no son LeBrones, Kobes ni Durants, pero tras la salida de Rudy Gay en el mes de diciembre, sus jugadores Kyle Lowry y DeMar DeRozan elevaron su nivel y, con ellos, arrastraron a todo el equipo. Con una plantilla joven, sin estrellas y sin mucha expectación sobre ella han conseguido ser un bloque compacto al que gustará ver en la post-temporada. La juventud se une al talento en proporciones perfectas. Si a esto le añadimos una pizca de suerte de encontrarse en el Este y a un entrenador con un estilo de juego muy claro nos da como resultado a una franquicia canadiense que se levanta con fuerza tras 6 años alejados de los Playoffs. El conjunto anima al público a verlos como en los días de Vince Carter. Toronto ha vuelto.
Dwane Casey ha logrado hacer de un grupo de chicos atléticos un equipo temible que juega un run & gun envidiable. A los ya nombrados Lowry y DeRozan debemos añadirle otras piezas como Valanciunas, Amir Johnson, Terrence Ross o Greivis Vásquez et voilá. La temporada pasada se le criticó por no apostar por Calderón, pero lo cierto es que la jugada le ha salido redonda. Más allá de la pausa e inteligencia que aporte el extremeño, Casey quería piernas para correr, lo cual beneficia sobre todo a los jugadores exteriores, pero no nos equivoquemos, en la pintura también tienen potencial.
El equipo liderado por el escolta/alero de Compton ya ha hecho historia, pero no se conforman con eso. Se han colado en los Playoffs, han tenido representación en el All-Star...ahora, exigen más, pues quieren ser un dolor de cabeza para los 2 contendientes de su conferencia (a uno de ellos se enfrentarían en unas hipotéticas semifinales de conferencia). Su paso adelante en este 2014 ha sido notorio, no obstante, tienen el enorme desafío de seguir este ritmo durante lo que queda de abril y lo que puedan aguantar en mayo.
A día de hoy, su balance es de 48 victorias y 33 derrotas. Ya se han proclamado campeones de su división, la Atlántica. Son el séptimo equipo al que menos anotan de toda la NBA (98,1 puntos por partido) y el decimotercero que más mete (101,4 puntos por partido). Lowry es el séptimo asistente de la liga (7,4 por partido) y DeRozan el noveno anotador (22,8 por partido).
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En frente tendrán a los Brooklyn Nets. Los de Jason Kidd han ido de menos a más y ya son un rival temible. Sus estrellas no se encuentran al 100%, pero con la ayuda de jugadores como Livingston o Plumlee y contando con que Paul Pierce y Kevin Garnett son jugadores curtidos en mil batallas y hechos para los Playoffs, serán un bloque rocoso al que los Raptors tendrán el reto de dejar en el camino. Los Nets son un proyecto a lo grande, pero en el Este, la ilusión ha prevalecido sobre la ambición y Toronto Raptors es el ejemplo perfecto de ello.
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