Vendaval ofensivo en el Olímpico. Pese a lo combativo de los hombres de Ricard Casas, nada fue suficiente para mantener el vertiginoso ritmo de un Joventut que no tuvo piedad, y que sin pisar el acelerador, exigió al máximo a un rival falto de artillería para ello, y lo que es más, una fortaleza defensiva con la que campear la tormenta. Así pues, con una contundencia remarcable, la Penya no pierde de vista los puestos de Playoffs.
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En el bando ganador, el más destacado fue un espléndido Tariq Kirksay (23 puntos, 10 rebotes, 30 val), seguido de un impecable John Shurna (20 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 25 val), mientras que en el Valladolid sobresalieron Danilo Andjusic (21 puntos), Omari Johnson (18 puntos, 6 rebotes) y Cvetinovic (14 puntos, 6 rebotes).
Como si de una apisonadora se tratase, los locales arrollaban sin miramientos en los primeros compases. De la mano de un inspirado Shurna, la Penya imponía su ley sin miramientos, marcando las distancias ante un Valladolid que intentaba meterse en vereda con el paso de los minutos. Sin embargo, la diferencia era abismal entre uno y otro en ambos lados de la cancha, y pese a la voluntad de Andjusic, la irrupción tanto de Cochran como del debutante Abalde revolucionaba una vez más el choque poniendo tierra de por medio en el luminoso al término del primer período (26-18).
Pero no había lugar para relajos, y es que cuando todo falla, la lucha es lo único que se salva y haciendo gala de su gen competitivo, la escuadra pucelana se aferraba al partido conforme salían las alternativas al constante acierto de Andjusic. Una vez más, no parecía suficiente para acechar en el marcador, porque era en esta ocasión Kirksay quien daba buena cuenta de su repertorio, permaneciendo imparable y anotando de todas las maneras habidas y por haber, uniéndose nuevamente a la reacción verdinegra un John Shurna que seguía viendo el aro como una piscina a la par que el ritmo del partido ascendía paulatinamente. De esta manera, aun con las acometidas de un tenaz Omari Johnson, los locales se llevaban el gato al agua al descanso (48-37).
Poco cambiaban las cosas a la salida de los vestuarios, porque si bien es cierto que Cvetinovic avisaba de que la derrota la iban a pagar cara, los hombres de Salva Maldonado mantenían los pilares de la primera mitad, mostrando una seriedad y una solidez envidiable con la que mantener a raya a un rival ávido de un golpe de efecto con el que amenazar la hegemonía del combinado catalán. Pero los vallisoletanos andaban faltos de alternativas, todo lo contrario que el Joventut, que demostraba pluralidad a la par que energía saliendo desde el banquillo, la cual se erigía determinante en el marcador con 10 minutos por jugarse (75-58).
Sin hacer ruido, la Penya se había llevado el partido a su terreno. Mientras el rival perdía fuelle conforme transcurrían los minutos, no pisaban el freno en ninguna faceta, manteniendo seriedad y sin lagunas, aprovechando el fondo de armario y la sobresaliente labor coral, que a pesar de todo no escondía la espectacular actuación de un Kirksay consagrado como amo y señor del encuentro, todo ello junto a un Shurna que seguía sin perdonar desde el perímetro. Sin haberlo visto llegar, la contienda estaba lista para sentencia, certificando un triunfo con el que seguir la estela de los Playoffs. (95-73)
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