Pese a los efectos de una fuerte gripe que casi le provoca el vómito en el cuarto periodo, Kyrie Irving se fue hasta los 39 puntos para liderar la victoria de los Cavaliers ante los Bucks en la prórroga por 114-111.
Irving anotó cuatro tiros libres en los últimos 21 segundos firmando una actuación épica en 43 minutos añadiendo además seis asistencias y cuatro tapones. Nada mal teniendo en cuenta que dos horas antes del inicio del partido estaba en su casa sin la intención de ir a jugar al encontrarse muy perjudicado.
"Ahora simplemente quiero irme a descansar", dijo tras su festival en un partido en el que los Cavs no pudieron contar ni con Waiters (muñeca) ni Anthony Bennett (gripe).
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