El Galatasaray le complica la vida al Unicaja en Euroliga (78-70)

El Unicaja se complica aún más si cabe su continuidad de su andadura europea en la máxima competición continental. El vencer en Estambul era tarea casi obligada, e independientemente de que la igualdad predominara durante prácticamente la totalidad del enfrentamiento, los malagueños volvieron a pagar muy cara su espera una vez llegados al último cuarto, donde el Galatasaray, de la mano de un excelso Arroyo (22 puntos, 5 asistencias), se hacían con un triunfo que les permite coger aire como segundo clasificado del grupo C.

Desde el inicio ambos equipos optaron por imponer un ritmo lento ofensivamente hablando, si bien es cierto que esto se vio favorecido por la falta de ideas tanto de uno como de otro, que veían la defensa rival como un auténtico muro. Sin embargo, era el conjunto otomano quien tomó las riendas en los primeros compases con un parcial de 7-0, siendo pronto contestado por el Unicaja. Salvo destellos individuales, el partido se estancó, siendo siempre los locales quienes llevaban la iniciativa en el luminoso, echando mano de la intensidad de Malik Hairston (7p). Pese a las acometidas finales de Fran Vázquez, el primer cuarto ponía punto y final con ventaja turca (19-16). 

Una vez comenzado el segundo período, daba la sensación de que los malagueños empezaban a ver las cosas con claridad, manteniendo a raya al rival, que seguía encomendándose a la dirección de Carlos Arroyo. No parecía suficiente, hasta que una vez sobrepasado el ecuador del cuarto, los de Joan Plaza ponían la directa, y de la mano de Caner-Medley (7p) y Zoran Dragic tomaban la delantera en el encuentro. A poco que la agresividad impuesta por el Unicaja les permitía ponerle una marcha más a la contienda, el encuentro se ponía de lado de los visitantes. Pero en la recta final, el Galatasaray les dio de su propia medicina, y nunca mejor dicho, ya que en un visto y no visto, ponían un parcial de 11-2 les devolvía la ventaja al descanso (40-39).

Poco cambiaban las cosas después de que ambos combinados volvieran de los vestuarios. La igualdad predominaba, así como la falta de insipiración de cara al aro, lo que se seguía traduciendo en una ventaja mínima de los de Estambul. Hairston (13p) y Arroyo (15p) eran un auténtico quebradero de cabeza para los andaluces, que se apoyaban en la pluralidad ofensiva para impedir cualquier susto de su rival. Los locales parecían dar síntomas de volver a distanciarse, pero una vez más, Unicaja echaba mano de un voluntarioso Carlos Suárez (13p) para poner un parcial de 8-0 que daba buena cuenta del "toma y daca" continuo que se estaba viviendo. De esta manera, a falta de 10 minutos para el final, el luminoso marcaba un 55-53 que antojaba una vez más un partido de emociones fuertes. 

Sin embargo, el inicio del último cuarto no prometía muchas alegrías, ya que conforme pasaban los minutos, la fluidez ofensiva del Unicaja desaparecía paulatinamente, y aunque las distancias aún no eran destacables, sí que se ponía cuesta arriba, siendo inferiores tanto bajo los tableros como desde el perímetro, desde donde el Galatasaray encontraba soluciones a la zona  impuesta. A pesar de ello, el gen competitivo les permitía mantenerse vivos en el clutch time, pero el batallar hasta que la bocina sonara no era suficiente, y con la aparición de Arslan y la solvencia de Arroyo, los locales se llevaban una victoria que les vale su peso en oro (78-70).