Toco ocurrió en el partido de anoche, cuando Dwight Howard volvió a pisar el Staples Center por primera vez desde que es jugador de los Houston Rockets para enfrentarse en este caso a los Clippers.
Foto: Houstontrendmag |
Durante las primeras posesiones del encuentro, el pívot de los Rockets tuvo que soportar continuos silbidos y reproches por parte del público, aunque parece que no le afectaron en absoluto. "No me importa. Me pueden silbar un millón de veces. No me importa", dijo al término del choque.
Los reproches del público del Staples Center no terminaron ahí, ya que cuando se dirigía al túnel de vestuarios al final del partido -su equipo perdió por 19 puntos-, un aficionado le lanzó un balón amarillo de los Lakers. En este caso, Howard tampoco quiso entrar en polémicas y dijo que "no sé si fue intencional -lanzarle el balón-. Se lo di a un niño pequeño".
Finalmente, en cuanto a su vuelva a Los Angeles, el nuevo pívot de los Rockes dijo lo siguiente:
"Fue muy bien. Vi muchas caras conocidas y gente con la que hice conexión, así que estoy contento".
Por si fuera poco, Dwight Howard también recibió un importante tapón por parte de Blake Griffin, como podemos ver aquí:
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