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Al comienzo de los Juegos Olímpicos, todo son fanfarrias y algaradas para la magnificencia y el despliegue del deporte universal, incluído el baloncesto. Pero eso no ha de hacernos olvidar todos los problemas que está pasando el deporte español, y obviamente, el baloncesto español.
Al final, el Valladolid se ha podido salvar y salir en primera división (ACB) al reunir los 189.000 euros que requería el fondo de garantía salarial, pero otros equipos no han tenido tanta suerte. No sabemos aún el destino de Obradoiro (hace unos días le faltaban millón y medio de euros para convertirse en SAD), pero si sabemos que Lucentum ha descendido por deudas (y gracias que no ha desaparecido), cómo se informaba en esta página días atrás para dar su plaza a Canarias.
Hay que hablar, igualmente, del baloncesto femenino, además del baloncesto de categorías inferiores. Estos equipos, menos económicamente reconocibles para las empresas y poco útiles para las administraciones, están verdaderamente abocados a un desastre y una debacle económica y social de proporciones épicas. Hoy, equipos verdaderamente históricos han desaparecido, y nadie ha movido un dedo para salvarlos. El equipo del Ros Casares, campeón de la Euroliga Femenina, ha desaparecido. El Celta-Bosco de Vigo, equipo de mayor enjundia de Galicia, títulos nacionales (ligas y copas) en su palmarés, jugadoras contrastadas de cantera (Alba Torrens, Tamara Abalde...), se ha visto abocado al descenso a la segunda división, y aún así, con estrecheces.
Tamara Abalde |
El patrón es siempre el mismo. Les prometen un dinero que nunca llega, los equipos lo adelantan de sus bolsillos, de su trabajo, de sus empresas, y finalmente, el dinero prometido nunca llega. Entonces, los equipos adeudan a sus jugadores/as, y deben desaparecer. El caso del Celta ha sido el mismo. Más de 200.000 Euros les adeudaban, las últimas mensualidades de las jugadoras, en su mayoría, el Concello (Ayuntamiento) de Vigo.
Abel Caballero, alcalde de Vigo, entidad deudora del Celta-Bosco |
A lo largo de los meses de junio y julio, la situación se tornaba dantesca. El Celta, que había preparado un presupuesto corto, adecuado a las estrecheces de la crisis (300.000 € en total), se encontraba con que les debían más de los dos tercios de esta cantidad. Comenzaba entonces, sabiendo que era difícil recibir la totalidad del cobro, una carrera contrarreloj para mantener el aval de la Federación Española de Baloncesto (de 80.000 €) y poder al menos salir en segunda división, en LF2. El tiempo pasaba, y el dinero era imposible de conseguir, por lo que las declaraciones del presidente Aráujo se volvían más pesimistas. Sólo un milagro salvaba al Celta. Finalmente, el dinero no apareció, y el Celta anunciaba finalmente su renuncia al baloncesto senior de competición, pero intentaba mantener a los equipos de base, 150 niñas (13 equipos) de toda Galicia y el referente social.
Los problemas de todos los equipos de la liga dan esperanza al Celta. Si la Federación da un plazo de ampliación, y se consigue parte del dinero que deben, el Celta podría postularse para jugar en la LF2. A día de hoy, en principio, está fuera, puesto que ayer se cerraron los plazos pertinentes. Sin embargo, el ambiente del equipo es optimista para todo esto. Y están buscando, ya que el Concello de Vigo no proporciona el dinero que adeudan, formas alternativas de financiación. El Crowfunding es una forma moderna y alternativa de financiación para diferentes proyectos, altamente utilizada para poner en marcha pequeñas empresas o ideas. En este caso, estamos planteando lo que el Celta-Bosco pide. Os animo a que voteis en este proyecto, puesto que puede servir para mantener vivo el baloncesto de la ciudad de Vigo:
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