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jueves, 15 de marzo de 2012

Otro de Ucrania, esta vez Sergiy Gladyr.


Si bien hace poco nuestro colaborador Víctor Belinchón nos hablaba de Serhiy Lischuk actual jugador del Valencia Basket, hoy Guillermo López nos habla sobre el escolta nacido en Ucrania que juega en el Assignia Manresa, además este es el primer artículo de Guillermo al cargo de SentimientoAyN, como siempre decimos, esperemos que sea de vuestro agrado.
Basquet Manresa
Cuando Sergiy Gladyr firmó con el entonces Suzuki Manresa por cuatro años poco antes de empezar la temporada 2009-2010, llegaba a la liga ACB con la etiqueta de promesa, de jugador joven con un gran potencial que desarrollar, sobre todo como tirador de tres puntos y defensor perimetral. Había destacado en Ucrania, en su equipo de toda la vida, el MBC Mykolaiv, (en el que promedió unos increíbles 15 puntos en su última temporada) y los Atlanta Hawks, conscientes de su potencial, se hicieron con sus derechos en Estados Unidos seleccionándolo en la cuadragésimo novena posición del Draft de 2009.
A su llegada a Manresa se esperaba que la joven promesa ucraniana utilizara al humilde equipo catalán como ascensor para llegar a alguno de los grandes de la ACB (buenos ejemplos son Kyle Singler y Jaycee Carroll) y lo cierto es que Gladyr empezó bien, quedando segundo en el concurso de triples de la ACB en su primera temporada.
Pero llegó la hora de la verdad, y la cara que ha mostrado Gladyr en sus tres temporadas en la máxima competición española no es todo lo buena que se podría esperar. Manresa buscaba un anotador joven, de futuro, un jugador que pudiera jugar con solvencia tanto de alero como de escolta, dos posiciones perimetrales perfectas para que desarrollara su tiro. Recordaba en cierta medida, por su posición, potente tren inferior y eficaz tiro de tres puntos al hijo pródigo, Rafa Martínez, que dejó un hueco muy difícil de cubrir en la rotación manresana. Gladyr llegó con el objetivo de cubrir el hueco de Martínez y aportar versatilidad a la posición de 3 de Manresa, pero con lo que no contaban los catalanes es que Gladyr sufre la enfermedad de casi todos los tiradores: la irregularidad.

Manresa es un equipo pequeño y juega el baloncesto ordenado, defensivo y eficaz que caracteriza a todo equipo pequeño, hace de este baloncesto su máxima expresión y aprovecha cada gramo de talento de un plantel que no va sobrado de esta cualidad pero que aporta esfuerzo defensivo, orden, disciplina y una sencillez y eficacia táctica muy altas. Gladyr es un jugador que rompe con eso, sobre todo en ataque. Defensivamente es un jugador relativamente ágil, capaz de seguirle el ritmo a los escoltas rivales y de incomodar hasta cierto punto a los aleros ACB, predominantemente tiradores. Tras tres años en Manresa ha asimilado su rol defensivo y se compenetra bien con sus compañeros, pero toda esta disciplina se rompe en ataque. Gladyr, como todo tirador, solo piensa en tirar, es un jugador poco altruista en cuanto a pasar el balón y conectar con el compañero y su selección de tiro no es la mejor.
A lo largo de sus tres temporadas en la ACB no ha subido de un 35% de efectividad en su tiro de tres y esta está siendo su peor temporada en ese sentido, con un 30% de efectividad, mucho más grave si nos damos cuenta de que está tirando menos y seleccionando mejor sus tiros, fundamentalmente, por la llegada de Micah Downs a la posición de alero que, con su juego eléctrico y agresivo, le ha quitado prácticamente todos los minutos de los que disponía jugando de 3 y lo ha relegado a jugar de escolta, eso sí, conservando sus 20 minutos por partido fruto de la corta rotación de Manresa y de su hasta cierto punto efectiva defensa. Pero lo cierto es que está tirando mucho menos que en sus dos anteriores temporadas y se está centrando más en defender, jugar en equipo y seleccionar su tiro. Todo esto, si bien no ha hecho que suba su porcentaje en el tiro de tres puntos, si ha hecho que suba en el tiro de dos (58%) y que sea mucho más efectivo jugando en equipo, que es lo que Manresa pide.
En resumen, Gladyr ni ha rendido como se esperaba ni ha progresado como hubiera podido hacerlo. En Manresa se le vio como una promesa de futuro como anotador completo, pero evidentemente se está quedando, al menos de momento, en un tirador puro a pie firme sin, aportar nada más en ataque.
Sin embargo, no hay que olvidar que Gladyr solo tiene 23 años y una vida deportiva por delante, una mecánica de tiro depurada, rápida y efectiva, un físico aceptable y que juega en defensa con seriedad. Posiblemente aún le falten una o dos temporadas para empezar a alcanzar su mejor nivel y le queda lo que resta de temporada en Manresa más un año por lo que, si se centra y termina con su irregularidad, podríamos ver en las próximas dos temporadas un Gladyr más serio y con un estilo más depurado.
La gran virtud: Su potencial; fue y sigue siendo un escolta con un gran potencial al que hasta hace nada comparaban, en estilo y efectividad en el tiro, con Marco Belinelli. Si inicia una progresión más acelerada y clara podríamos estar hablando de un escolta digno de un primer nivel europeo. Si no, siempre podría quedarse en un buen jugador de rol como tirador, una especie de Arron Afflalo del Viejo Continente.
La principal debilidad: La irregularidad; combina partidos muy buenos en los que ve el aro como una piscina con partidos dignos de olvidar en los que tira, tira y tira sin pensar en el equipo. 

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