
Pablo Laso consiguió durante esos primeros meses que jugadores como Sergio Rodríguez o Mirza Begic se sintiesen importantes y recuperasen su mejor versión. Ambos habían pasado un mal año en la pasada temporada, algo que Laso sabía y debía remediar. El estilo de baloncesto que Pablo le ha querido dar al equipo ha sido el del juego rápido, con intensidad defensiva y salida al contraataque. Esas características le vinieron como anillo al dedo a Sergio Rodríguez, que jugó sus mejores partidos como jugador madridista. Además, hombres como Carroll se adaptaron a la perfección a su rol, Felipe Reyes recuperó su facilidad para sumar y los NBA, Rudy e Ibaka, dejaron huella en el equipo y en el club.
A partir de la marcha de los NBA, Pablo Laso se enfrentó a la complicada situación de gestionar el equipo sin dos jugadores que se habían convertido en líderes del equipo. El entrenador notó la ausencia en el primer partido ante el Estudiantes, donde el Madrid perdió y sembró algunas dudas. Sin embargo, la llegada de Singler ayudo a Laso a recuperar la dinámica de rotaciones, y el equipo volvió a su estado normal en la Euroleague con una contundente victoria ante el Partizan. Laso supo cambiar la dinámica, y Mirotic empezó a convertirse en el principal referente ofensivo del equipo, función a la que está respondiendo con garantías. El Madrid continuaba jugando con su estilo y sello personal, venciendo a sus rivales y manteniéndose en la cabeza de la Liga Endesa. Además, se clasificaba como primero de grupo para el Top-16, dejando el listón alto y con muchas expectativas de cara al nuevo año.
Pablo Laso siguió trabajando en la misma dirección, implicando a todos sus jugadores y dando confianza a cada uno de ellos. El Madrid logró vencer al Barça para situarse como primero en la Liga, manteniendo su liderato hasta ahora y mostrando una línea de regularidad que el equipo necesitaba desde hacía varios años. El juego ha descendido quizás en espectacularidad desde la marcha de Rudy e Ibaka, pero la madurez del equipo sigue creciendo y la contundencia aún se deja notar. El reto para Laso es grande, mantener este nivel y clasificar al equipo para el playoff de la Euroleague, así como intentar ganar la Copa del Rey de Barcelona, para la que apenas nos quedan unas semanas. La trayectoria de Laso en el actual Real Madrid puede calificarse como notable alto, aún a la espera de saber si se consiguen títulos, objetivo real del club. Pero lo que está claro, es que el sello de identidad del equipo con su afición es mucho mayor en la presente temporada que en la anterior, recuperando las bases que hicieron al Madrid un histórico del baloncesto europeo, gracias a la alegría y a la sencillez pero efectividad en la práctica del baloncesto.
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