Foto: Euroleague/Getty |
Unos minutos iniciales desastrosos por parte de los malagueños con una gran falta de concentración, algo que se les viene pidiendo desde el inicio de temporada, y el acierto de los visitantes propiciaron que el primer cuarto dejara un bagaje muy desfavorable para Unicaja, dejando entrever que el partido seria para los griegos (17-27).
El segundo periodo ya fue otra historia, los visitantes se escapaban un poco, pero una serie de discutibles decisiones arbitrales, sobre todo las tres faltas personales consecutivas a su hombre clave, Joel Freeland, hicieron que los malagueños sacaran la casta, y demostraran que no solo tienen a Freeland. Y ya estaba Zoric para demostrar eso con su esplendida defensa, y su buena aportación bajo los aros, permitió que su equipo llegará a los últimos segundo del cuarto tan solo cinco abajo. Pero ya estaba Valters, con un triple desde el centro del campo y sobre la bocina, dejando el marcador 43-45.
Tras el paso por vestuarios, los malagueños salieron a por todas después de recortar la mayor parte de la ventaja visitante, y aunque no conseguían ponerse por delante no dejaban que los griegos se escaparan y se mantenía casi siempre la misma diferencia en el marcador, una diferencia corta eso sí. Unicaja se mantenía en el encuentro, y el luminoso así lo demostraba, 57-58 a falta de los últimos minutos, que sería decisivos.
El último campeón de la Euroliga estaba pasando más apuros de lo esperado en el Martín Carpena, porque la lucha y la entrega de los chicos de Chus Mateo no les permitía ganar el encuentro fácilmente, y así sería durante todo el último periodo, en el que Unicaja no iba a dar el partido por perdido en ningún momento, y cualquier mínima ventaja que obtuvieran la defendían con uñas y dientes. La casta y la fuerza malagueña les permitió llegar al último minuto del partido con ventaja de tres, y con un Zoric estratosférico, y con un Valters especialista en los segundos finales, clavando un triple que ponía a Unicaja cuatro arriba con tan solo 15 segundos en el luminoso. Pero 15 segundos es un mundo en baloncesto, así lo demostraron los griegos, que tampoco dieron el partido por perdido, y de nuevo Diamantidis demuestra porque son los actuales campeones, poniendo a su equipo uno arriba con un triple de autentico crack, poniéndole las cosas muy difíciles a Chus Mateo para preparar un jugada en tan solo 1.6 segundos, sin tener tiempo para nada, Freeland no agarró el balón y el partido murió con la victoria visitante.
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.