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martes, 20 de septiembre de 2011

Otra vez: Raül López, tres semanas de baja

Parece que la mala suerte no deja de cebarse con este jugador. Todos conocemos sus talentos. Y todos sabemos el papel tan determinante que han tenido las las lesiones en el desarrollo de la carrera del jugador. Raül siempre ha derrochado talento, de hecho, cuando fue drafteado por los Jazz, nadie dudaba de que iba a triunfar. Hasta que se lesionó. Repetidas veces.


Posiblemente otro tipo de jugador con una mentalidad bastante más blanda se hubiese dejado llevar por el desánimo y la frustración que produce estar parado mientras vez a tus compañeros trotar en la pista. Este hombre de negro nunca se rindió. Siguió luchando, consciente de que si no tiraba la toalla tendría muchas posibilidades de poder seguir jugado a esa droga llamada baloncesto. Mientras más le decía que no podría, más confiaba él en poder lograr su objetivo.



Ahora, mirando para atrás, somos conscientes del enorme sufrimiento que ha lastrado este chaval durante toda su carrera deportiva. Uno de sus mayores premios por todo estos años de lucha vino en forma de medalla olímpica gracias a uno de los mejores partidos de baloncesto de la historia.

A nivel de clubes nunca se le ha dado el respeto que se merecía. Con el Madrid salió por la puerta de atrás. Acató la decisión de "los de arriba", pese a la incredibilidad de la afición y sus compañeros. Pero como siempre ha hecho, cogió su maleta y se marchó a la fría Moscu, al equipo del Khimki junto con Carlos Cabezas y como con entrenador al míster de la selección, Sergio Scariolo.


Desués de la marcha de uno de sus pilares allí y ante la falta de resultados, no dudó en buscar el viaje de vuelta a casa. Aparecieron varios equipos, pero se fijó especialmente en uno. El Bizcaia Bilbao Basquet.


El equipo lo tenía todo: talento, ambición, compañerismo y comunión con la grada. Además, allí se encontraban dos viejos compañeros (y amigos) del Real Madrid, que al igual que él, fueron sacados a patadas al considerables inútiles. Así pues, este verano al recibir la noticia de su fichaje y convertirse en un "hombre de negro", Raül prometía vendetta con aquellos que lo aniquilaron antes de tiempo.


Parecía todo de color de rosa, hasta que vinó esa maldita lesión que lo va a dejar postrado en el banquillo durante dos semanas. El jugador se rompió el miotendinosa del rector anterior del cuadriceps de su pierna izquierda. Sin duda, un golpe de mala suerte. Por suerte, la mentalidad ganadora de este jugador hará que le veamos trotar antes de lo esperado. Suerte Raül, aunque no la necesites.

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