En la última edición de los premios 'Antena de Oro', la selección ha sido galardona en la sección 'Federación de Asociaciones de Radio y TV' en el apartado 'Deportes'. Sin duda este ha sido otro verano de oro para la FEB.
Pese a que empezamos con mala pata con la eliminación de la selección española femenina en cuartos, hecho que también las apartaba de competir el año que viene en las olimpiadas, fue apartir de ese momento cuando empezó un verano mágico. Las medallas se fueron sucediendo: La U20 femenia en el Europeo de Serbia es Oro; la masculina en el Europeo de Bilbao, Oro; Las chicas de la U19 son medalla de plata tras perder contra EEUU en la final del mundial de Chile; Los chicos de la U18 son oro en el Europeo de Polonia y las chicas bronce en el de Rumania; La U16 masculina consigue otro bronce, la femenina con un poco de más suerte consigue el oro en el Europeo de Itralia. Después tuvimos el sorpresón de ser medalla de oro en el Mundial de Italia de 3x3 femenina. Y por último, cuando no nos podíamos creer que se pudiese llegar más alto, nuestro chicos de la absoluta no solo consiguen pasar a la final en el Eurobasket de Lituania, obteniendo así una plaza en las Olimpiadas de Londres del año que viene, sino que también ganan el oro.
No es de extrañar que en la celebración de las 'sele' en la Plaza de Callao estuviese teñida de rojo. Sin duda estamos viviendo un momento histórico que va más allá de los logros. Estas medallas es una muestra de que queda España para rato. Que tanto las chicas como los chicos de las categorías inferiores provoquen asombro no solo por la forma de jugar sino también por la actitud que tienen en la pista pareciendo un nítido reflejo de los mayores, que queda claro que España ha encontrado la fórmula de la coca-cola para obtener el éxito.
Aún así no debemos olvidar lo que nos aporta cada uno de los jugadores. Pueden repetirse los éxitos, pero nunca se repetirán los mismos jugadores. Y no me refiero a que los haya mejores o peores, sino a que cada uno son únicos, como personas que son al igual que nosotros. Así pues, disfrutemos de ellos, disfrutemos de las bombas de Navarro, la sorprendente serenindad de Pau, los tapones de Ibaka, las defensas desesperantes del rival cuando está delante una 'mole' como Marc, los robos de Ricky, la inteligencia de Calderón, el carácter de Rudy, los sprints de Llull, los polivalencia de Sada pudiendo cubrir la posición de base o de ala-pívot, los rebotes del 'bajito' de Felipe, el talento de Claver y los coj**** de San Emeterio.
A todos nos gustarán uno u otros, podrémos ver en los jugadores del futuro ciertos parecidos con ellos, pero, y no lo olviden, no serán ellos. Serán otros, con otras cualidades o las mismas, pero tendrán su propia esencia. Mientras tanto, disfurtemos de este verano glorioso.
Pese a que empezamos con mala pata con la eliminación de la selección española femenina en cuartos, hecho que también las apartaba de competir el año que viene en las olimpiadas, fue apartir de ese momento cuando empezó un verano mágico. Las medallas se fueron sucediendo: La U20 femenia en el Europeo de Serbia es Oro; la masculina en el Europeo de Bilbao, Oro; Las chicas de la U19 son medalla de plata tras perder contra EEUU en la final del mundial de Chile; Los chicos de la U18 son oro en el Europeo de Polonia y las chicas bronce en el de Rumania; La U16 masculina consigue otro bronce, la femenina con un poco de más suerte consigue el oro en el Europeo de Itralia. Después tuvimos el sorpresón de ser medalla de oro en el Mundial de Italia de 3x3 femenina. Y por último, cuando no nos podíamos creer que se pudiese llegar más alto, nuestro chicos de la absoluta no solo consiguen pasar a la final en el Eurobasket de Lituania, obteniendo así una plaza en las Olimpiadas de Londres del año que viene, sino que también ganan el oro.
No es de extrañar que en la celebración de las 'sele' en la Plaza de Callao estuviese teñida de rojo. Sin duda estamos viviendo un momento histórico que va más allá de los logros. Estas medallas es una muestra de que queda España para rato. Que tanto las chicas como los chicos de las categorías inferiores provoquen asombro no solo por la forma de jugar sino también por la actitud que tienen en la pista pareciendo un nítido reflejo de los mayores, que queda claro que España ha encontrado la fórmula de la coca-cola para obtener el éxito.
Aún así no debemos olvidar lo que nos aporta cada uno de los jugadores. Pueden repetirse los éxitos, pero nunca se repetirán los mismos jugadores. Y no me refiero a que los haya mejores o peores, sino a que cada uno son únicos, como personas que son al igual que nosotros. Así pues, disfrutemos de ellos, disfrutemos de las bombas de Navarro, la sorprendente serenindad de Pau, los tapones de Ibaka, las defensas desesperantes del rival cuando está delante una 'mole' como Marc, los robos de Ricky, la inteligencia de Calderón, el carácter de Rudy, los sprints de Llull, los polivalencia de Sada pudiendo cubrir la posición de base o de ala-pívot, los rebotes del 'bajito' de Felipe, el talento de Claver y los coj**** de San Emeterio.
A todos nos gustarán uno u otros, podrémos ver en los jugadores del futuro ciertos parecidos con ellos, pero, y no lo olviden, no serán ellos. Serán otros, con otras cualidades o las mismas, pero tendrán su propia esencia. Mientras tanto, disfurtemos de este verano glorioso.
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