España comenzó bien pero acabó mal, con un último cuarto desesperante en el que dimos demasiadas esperanzas a un modesto equipo polaco. Estuvimos durante todo el partido entre los 15-10 puntos de ventaja, pero Polonia consiguió terminar a solo '4' de España (83-78).
España comenzó poniendo en pista a los Gasol, Navarro, Rudy y Calderón. Empezamos bien, tanteando el terreno y marcando diferencias con el equipo contrario. Pronto tuvo que ser sustituído José Manuel por problema de faltas, problema que se alargó durante todo el partido y que repercutió negativamente en el combinado nacional. Rudy, que dio muy buenos minutos en pista se tuvo que retirar a los vestuarios por una alergia, lo que le tuvo apartado de la cancha durante el resto del encuentro.
Siendo conscientes del daño que hacíamos en la pintura, casi todos los balones acababan en los jugadores interiores y como muestra de ello nos encontramos con un 0 de 3 en triples. Esto pasó factura al equipo polaco que fue a remolque durante toda la primera parte, ya que España se mostró fuerte y con decisión. Así pues, llegamos al descanso con una España un tanto crecida y una Polonia bastante diluída y abusando en exceso de sus referentes ofensivos Kelati y Szewczy, quienes se cargaron rápidamente de faltas.
La segunda parte del partido comenzó bien para España, pero acabó en una carrera cuesta arriba cuyos responsables habíamos sido nosotros mismos. El Ibaka imperial de la primera parte, apenas jugó en la segunda. Inexplicables cambios cuando algunos jugadores se encontraban en racha por parte de los nuestros pasó factura.Y Polonia empezó a recortar distancias. Perdidas estúpidas, faltas absurdas y malas decisiones en el ataque hizo que Polonia recortara poco a poco la diferencia en el marcador. Nos encontramos con un partido que estaba encaminado a ganar de forma fácil, a un partido de nervios en los que no se veía claro quien se iba a alzar ganador del encuentro.
La inquietud de ver que se podía perder un partido que en un principio no tenía más historia, hizo que Ricky no jugase bien, Llull fuese acelerado y que San Emeterio y Calderón acabasen eliminados. Gracias a unos imperiales Pau Gasol y Navarro, que siempre sacan sus galones a relucir cuando la ocasión lo requiere, se echaron el partido a la espalda y acabaron con 29 y 23 puntos respectivamente.
Sin duda España tiene que mejorar la imagen dada en este partido. Es inconcebible que una selección de este nivel sea tan permisiva en defensa y no esté concentrada en ataque. Tenemos potencial de sobra para jugar por el oro, pero ha sido necesario este tirón de orejas para darnos cuenta que para poder llegar hasta lo más alto, primero hay que ganar a todos. Mañana será una buena ocasión para cambiar la imagen dada en el día de hoy.
España comenzó poniendo en pista a los Gasol, Navarro, Rudy y Calderón. Empezamos bien, tanteando el terreno y marcando diferencias con el equipo contrario. Pronto tuvo que ser sustituído José Manuel por problema de faltas, problema que se alargó durante todo el partido y que repercutió negativamente en el combinado nacional. Rudy, que dio muy buenos minutos en pista se tuvo que retirar a los vestuarios por una alergia, lo que le tuvo apartado de la cancha durante el resto del encuentro.
Siendo conscientes del daño que hacíamos en la pintura, casi todos los balones acababan en los jugadores interiores y como muestra de ello nos encontramos con un 0 de 3 en triples. Esto pasó factura al equipo polaco que fue a remolque durante toda la primera parte, ya que España se mostró fuerte y con decisión. Así pues, llegamos al descanso con una España un tanto crecida y una Polonia bastante diluída y abusando en exceso de sus referentes ofensivos Kelati y Szewczy, quienes se cargaron rápidamente de faltas.
La segunda parte del partido comenzó bien para España, pero acabó en una carrera cuesta arriba cuyos responsables habíamos sido nosotros mismos. El Ibaka imperial de la primera parte, apenas jugó en la segunda. Inexplicables cambios cuando algunos jugadores se encontraban en racha por parte de los nuestros pasó factura.Y Polonia empezó a recortar distancias. Perdidas estúpidas, faltas absurdas y malas decisiones en el ataque hizo que Polonia recortara poco a poco la diferencia en el marcador. Nos encontramos con un partido que estaba encaminado a ganar de forma fácil, a un partido de nervios en los que no se veía claro quien se iba a alzar ganador del encuentro.
La inquietud de ver que se podía perder un partido que en un principio no tenía más historia, hizo que Ricky no jugase bien, Llull fuese acelerado y que San Emeterio y Calderón acabasen eliminados. Gracias a unos imperiales Pau Gasol y Navarro, que siempre sacan sus galones a relucir cuando la ocasión lo requiere, se echaron el partido a la espalda y acabaron con 29 y 23 puntos respectivamente.
Sin duda España tiene que mejorar la imagen dada en este partido. Es inconcebible que una selección de este nivel sea tan permisiva en defensa y no esté concentrada en ataque. Tenemos potencial de sobra para jugar por el oro, pero ha sido necesario este tirón de orejas para darnos cuenta que para poder llegar hasta lo más alto, primero hay que ganar a todos. Mañana será una buena ocasión para cambiar la imagen dada en el día de hoy.
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