Estados Unidos se sobrepone del susto ante Turquía (98-77)

Turquía señaló el camino, pero faltó solidez y gasolina para acabar por protagonizar la machada ante un Team USA que estuvo en apuros 30 minutos. Lo que duró la férrea muralla defensiva otomana persistieron las complicaciones para los de 'Coach K', que una vez se llevaron el partido a su terreno, no tuvieron rival, sentenciando sin piedad para sobreponerse del susto.

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Sin complejos y con las ideas claras, Turquía salía motivada y con ganas de plantear batalla. La consigna estaba bien aprendida ante Estados Unidos, no dejarles correr, y es que imponiendo su ritmo, empezaban a poner en aprietos a los chicos de 'Coach K', que desacertados desde fuera se encomendaban a las acometidas tanto de Kyrie Irving como Kenneth Faried para mantener la igualdad al término del primer cuarto ante la pluralidad ofensiva otomana. (16-16)

La tónica permanecía intacta ya que la estrategia de Ataman seguía funcionando. Con la defensa zonal como mejor arma, Turquía acababa por certificar su control del encuentro gracias a su sobresaliente trabajo en el rebote. Si bien DeMarcus Cousins parecía liderar la reacción americana, se continuaba jugando a lo que su rival quería, lo que se reflejaba en un combinado estadounidense errático y sin ideas, que más allá de los intentos desde el perímetro de Curry no carburaba. Con la pareja Asik-Hersek como estandarte interior y el dúo Akyol-Preldzic como brazos ejecutores, los otomanos se iban por delante al descanso. (40-35)

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La exhibición turca no parecía tener intención de terminar, ya que eran Arslan y Guler quienes en esta ocasión encarnaban la inspiración colectiva de los suyos. Sin embargo, tanto Davis como Faried aparecían para sacar las castañas del fuego, siendo Kyrie Irving el encargado de abrir el campo, aislar la zona y conseguir por primera vez producción constante en ataque durante el partido. Estados Unidos sacaba partido de las incesantes pérdidas rivales y empezaban a dar atisbos de la fluidez que acostumbran. Una vez más, Faried era el encargado de reflejar la réplica, tanto en anotación como en el rebote para conseguir por fin la ventaja en el luminoso. (66-60)

Los indicios de reacción no era un espejismo, ya que conforme a Turquía se desinflaba y perdía gasolina por el derroche físico realizado. Algo que no haría sino propiciar el pistoletazo de salida para el circo ofensivo americano. Harden salía a la palestra, pero eran Davis y Faried los que marcaban diferencias ante un rival impotente y carente de capacidad para responder. El acierto distaba mucho del visto los primeros 30 minutos, así como un control reboteador ahora en poder de la dupla americana. Una situación de no retorno, cuyo marcador plasmaba una realidad que rozaba la ilusión de lo atestiguado durante el dominio otomano. En un abrir y cerrar de ojos, USA cerraba el partido sin contemplaciones. (98-77)

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