Cuando Kyle Lowry se lesionó la
temporada pasada, cuando aún estaba en Houston, se dispararon las
alarmas: la segunda opción era Goran Dragic, y muchos no confiaban
en que pudiera sustituir a Lowry manteniendo el nivel de juego que
este había llevado durante la temporada. Se equivocaban. La afición,
el cuerpo técnico y la directiva se encontraron con un jugador muy
maduro en ataque, capaz tanto de tirar como de penetrar, y con un
nivel defensivo superior al que se imaginaban, que si bien no lo
convertía en un especialista sí lo hacía un defensor incómodo
para el rival. Saliendo de titular sus números subieron notablemente
y la NBA descubrió que aquel antiguo suplente, jugador tildado de
“inconsistente” y de “especialista ofensivo” con tanta
facilidad era no solo capaz de aguantar una comparación con muchos
bases titulares en la Liga sino también de superarlos.
Con Houston fuera de los PlayOffs por
muy poco y Dragic como agente libre no restringido, los Suns, rápidos
pese a la traumática marcha de Steve Nash a los Lakers, no temieron
confiar en el otrora suplente de Nash en Phoenix y le ofrecieron un
contrato de cuatro años por treinta millones de dólares, más otro
millón por cada All-Star que juegue. Con la oportunidad de una
titularidad definitiva, Dragic solo tenía que poner al servicio de
la franquicia de Phoenix lo que había demostrado en Houston, y a los
aficionados no les quedaba otra que confiar en un jugador que había
sido suplente en su equipo, y al que la propia franquicia había
traspasado a los Rockets solo un año antes.
Con el equipo en reconstrucción, y muy
lejos de amedrentarse, Dragic está jugando a un muy buen nivel, más
allá de lo que sus estadísticas, 16,6 puntos por partido con un 47%
en tiros de campo, más 7,5 asistencias por solo 2,3 pérdidas de
balón, puedan hacernos imaginar. Verlo jugar a él y a los Suns,
ganen más o menos partidos, es un espectáculo: el Run N'Gun Offense
ha encontrado un continuador con un tipo de juego muy similar al de
Nash, con el que aún cuesta compararlo, pero con el que comparte
muchas similitudes: ambos muy buenos tiradores y competentes
penetradores, muy buenos pasadores, con un físico similar aunque más
fuerte Dragic, ambos gozaron de pocos minutos en sus primeras
temporadas, y los dos, por lo que se ve, explotaron cuando tenían 26
años. No digo que Dragic sea Nash, eso lo tiene que demostrar él, y
aún le queda mucho por hacer, pero tampoco es ese jugador tímido e
inconsistente que era durante sus primeras temporadas en Phoenix.
Con jugadores como Shannon Brown,
Michael Beasley, Marcin Gortat o Luís Scola en la plantilla es
posible que los Suns no aspiren al anillo esta temporada, pero sería
fácil (personalmente creo que muy fácil) verlos en PlayOffs, más
si Beasley recupera su nivel de juego ofensivo, ya que defensivamente
es mejor, y si Brown le quita la titularidad de una vez a Jared
Dudley, pues lo está haciendo mucho mejor, defensivamente y
ofensivamente, que el actual titular.
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