Era
el verano del 2010, la Penya había terminado una temporada para
olvidar, un año donde el entrenador (Sito Alonso) había sido
destituido en el mes de Marzo, donde la estrella (Clay Tucker)
tampoco terminó la temporada por problemas personales y otros
jugadores como Kristaps Valters, Antonio Bueno, Uros Tripkovic o Edu
Hernández-Sonseca rindieron por debajo de lo esperado.
En
definitiva, era necesario un cambio. Para el puesto de entrenador ya
había llegado el mítico Pepu Hernández cuando se destituyó a
Sito; se confió (como es de costumbre en la Penya) en dos jóvenes
para que subieran al primer equipo: Josep Franch y David Jelinek.
Pero a parte, se hicieron muchos fichajes: Russell Robinson, Carl
English, Quinton Hosley, Will McDonald y... Jordi Trias.
Este
artículo habla de este último, el ala-pívot catalán. Jordi, que
firmó por 4 años, llegó a la Penya con el cartel de “Jugador de
Equipo”; había hecho temporadas muy buenas con su antiguo equipo,
el Barcelona, donde había aconseguido incluso ser MVP de la Copa del
Rey del 2007. Pero el rendimiento de Trias en el Barça fue
decreciendo de manera abismal. En sus últimas temporadas, el
entrenador (Xavi Pascual) no lo tenía en cuenta y sus minutos en
pista eran testimoniales.
Durante
los partidos, el de Girona agitaba toallas y sólo salía a pista si
el partido ya estaba decidido, pero siempre con una motivación
extra, no importaba que jugase 2 minutos o 40.
Fuente: el-mundo.net |
Así
pues, después de su paso por el Barça, buscaba reivindicarse en el
club de Badalona, a base de disputar muchos más minutos que en el
club azulgrana. El principio de temporada de Jordi fue excelente,
tenía un rol muy claro como 4 titular del equipo, estaba en todos
los esquemas de Pepu, tanto distribuyendo juego desde el poste alto
como anotando por línea de fondo (su valoración en los 15 primeros
partidos no bajaba de 10).
Pero
(como ya sucedió en el Barcelona) cuando el entrenador no depositó
toda su confianza en Trias, éste se vino abajo y empezó a jugar
menos y, en los minutos que jugaba, tenía un juego errático que era
muy criticado por los aficionados del Joventut. Aún así, su primera
temporada en la Penya no fue mala estadísticamente hablando: sus
números fueron de 6.2 puntos, 5.8 rebotes 2.1 asisténcias, para un
total de 10.94 de valoración en 25 minutos de media.
La
temporada 2010-2011 fue, para el club verd-i-negre,
más desastrosa aún que la 2009-2010, así que se volvieron a hacer
muchos y muchos cambios, empezando otra vez por el entrenador:
echaron a Pepu del equipo y llegó el catalán Salva Maldonado,
después de haber hecho unas excelentes campañas en Fuenlabrada.
Hubo una reducción de presupuesto, pero llegaron refuerzos: Pooh
Jeter, Albert Oliver, Derrick Obashoan, Fede Van Lacke y Latavious
Williams, pero parecía que Salva Maldonado no tenía en sus planes a
Jordi Trías, y eso suponía un handicap muy grande para el club, ya
que Jordi tenía una ficha con un salario muy elevado porque estaba
destinado a ser un jugador importante en el equipo.
Fue
un mal año para Trias, porque con la incorporación de Eulis Baez en
las primeras jornadas de liga, sus minutos disminuyeron
considerablemente. El de Girona pudo disputar minutos durante la
temporada debido a los problemas físicos que hubo en el juego
interior del Joventut, pero había épocas en las cuales no jugaba ni
un solo minuto (entre las jornadas 13 y 23, disputó un total de 26
minutos).
Cuando
Jordi jugaba, siempre ponía energía y la verdad es que respondía
de manera notable, considerando que el cuerpo técnico no le daba
toda la confianza que un jugador como él necesita. Además Trias
tiene una gran virtud y es la faena de vestuario, ayudando a los
canteranos, y eso en un club como la Penya es esencial. La adaptación
al primer equipo de los jugadores jóvenes depende en parte de los
veteranos del primer equipo, y ahí Jordi juega un muy buen papel.
Terminó
su segunda temporada en la Penya con unos números peores que en su
primera temporada: 3.8 puntos, 3.55 rebotes, 1 asisténcia para un
total de 5.3 de valoración en 12 minutos de media.
La
segunda temporada de Jordi no fue un mal año para el club Penyero
ya que lucharon por los puestos de Play-Off hasta la última jornada,
así que no hubo tantos cambios como en otras temporadas, y se buscó
una regularidad y una base para el club.
Hubo
otra fuerte reducción de presupuesto pero aún así llegaron
refuerzos: Corey Fisher, Manny Quezada, Tony Gaffney, Onjen Kuzmic,
Sitapha Savané y Moses Ehambe. Jordi tenía que asumir más galones
y él mismo sabía del mal momento que estaba pasando el club
económicamente. Así pues, se negoció con él para una reducción
de salario a cambio de una temporada más en la disciplina de la
Penya.
Debido
al buen rendimiento que dio Tony Gaffney y a la buena evolución de
Nacho Llovet, Trías no gozó de los minutos que reclamaba hasta que
el americano se fue del Joventut a media temporada. Aunque Trías
pusiera todo su empeño en hacer las cosas bien, había momentos en
los cuales perdía balones, fallaba canastas solo y eso hizo
desepesperar al público que asistía partido tras partido al Olímpic
de Badalona, lo que provocó algún que otro silbído para el bueno
de Jordi (aunque la mayoría se los llevó Manny Quezada).
Fuente: noticiasdealava.com
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El martirio terminó con una recta final de Trias bastante notable, con partidos donde, a través de sus intangibles, llegaba a los 15 o 20 de valoración. Así pues, después de una temporada con altibajos constantes, el gerundense terminó con unos números de 3.7 puntos, 3.7 rebotes, 1.3 asisténcias para un total de 7 de valoración en 15 minutos de media.
La
temporada que se avecina será la cuarta de Jordi Trias; su ficha y
su salario son de otra época; cuando la Penya disponía de unos 3
millones para gastar en el primer equipo, no era de extrañar que un
jugador cobrase unos 300.000 euros al año, pero actualmente el
presupuesto del primer equipo de la Penya se acerca al millón y
medio. Esto quiere decir que Jordi cobra aproximadamente un cuarto
del presupuesto total, una muy mala gestión si se tiene en cuenta
que el interior del club verd-i-negre
no
llega a los 20 minutos por partido.
Así
pues, Jordi tiene que demostrar que puede aportar más de lo que ha
aportado estas últimas temporadas, pero sobretodo es necesario que
tenga un continuidad para el equipo.
La
ocasión para Jordi este año es “perfecta”: si finalmente Pere
Tomás se va del club (ya ha expresado su deseo de jugar en el CAI),
Trias pasaría a ser el capitán, y en un año donde los de Badalona
han apostado por la cantera, el catalán podría sentirse mucho más
importante para el equipo dentro y fuera de la cancha.
A
falta de cerrar el juego interior del FIATC Mútua Joventut, parece
ser que llegarán dos refuerzos: un pívot que no sea la referencia
del equipo (se habla de Lamont Barnes o, en su defecto, de la
renovación de Savané) y un 4 que pueda jugar de 5, lo que haría
que en la posición de 4's “puros” sólo estarían Jordi Trias y
el jóven Álex Suárez, que ya ha debutado en el primer equipo
demostrando lo que puede hacer pero del que no se espera que sea uno
de los pilares del equipo.
Trias
tiene que dar este paso adelante que todos los aficionados de la
Penya esperan, y éste puede ser el año idóneo: sólo falta que se
gane la confianza del técnico (todo apunta a que Maldonado
erenovará) y que en los minutos que esté a pista le salgan las
cosas bien.
Fuente: ara.cat |
Toda
la suerte del mundo para Jordi Trias, ¡este año sí!