Nos vamos al año 2004, al país que dieron nombre a los Juegos Olímpicos, Grecia. Este año nos encontrariamos una semifinal exquisita donde los Estados Unidos volvían a ser favoritos, pero apareció una generación en Argentina que cambiaría el basket en su país para siempre.
Foto vía Youtube |
Volvían los Estados Unidos a coger el cartel de favorito otra vez, este año su Dream Team sería compuesto con jugadores como Duncan, Wade, Marbury o James. Pero Argentina con Luis Scola, Delfino y Ginobili empezarían a decirle el mundo que el país sudamericano iba a tener una repercusión en el mundo del Basket de ahora en adelante.
Se encontrarían frente a frente en semifinales, esperando ver quien sería el rival de Italia para la final. El equipo americano empezaría atascado, aunque por medio de un perro viejo como Stephon Marbury empezarían hacer daño desde el lanzamiento de tres. Argentina jugaba porque podía y sabía de cara, eran rápidas las respuestas en lo ofensivo y mucho mejor en lo defensivo. Cuando estos partidos se disputan siempre hay un crack que tiene que emerger, y sí, este fue Manue Ginobili.
Un auténtico ciclón el argentino, entradas a canasta de infarto, mates, bandejas, triples y sobre todo su visión de juego que permitía a Scola llegar completamente solo para hundir el aro americano. Finalmente el resultado de forma sorpresiva se fue para los argentinos, y en medio de este marcador, los focos apuntaban a él, Manu Ginobili donde con 29 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 1 robo, fue el auténtico mejor jugador del torneo y sin duda hoy en día es uno de los mejores de la historia.
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