Se terminaron los calentamientos y prolegómenos.
Empieza el tiempo de los héroes, los tiempos muertos desesperados, los cánticos
enfervorecidos de las aficiones entregadas y las eliminaciones. Con la primera
ronda de "Knock-out", los octavos de final, los nervios se ponen a
flor de piel y todos los equipos saben que un paso en falso supone caer al
abismo de la condena a no pelear por acercarse a las medallas. Entre la
vorágine de enfrentamientos, algunos que parecen claramente decantados y otros
que no, destaca un duelo casi regional entre dos de las grandes potencias de
siempre del baloncesto europeo: Serbia y Grecia.
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Los precedentes:
Ocurrió en 2010, en un partido amistoso de
preparación para el Mundial de Turquía que acabaría ganando Estados Unidos de
manera inapelable. La selección serbia, a la postre semifinalista merced a la
grandísima actuación de Teodosic, se enfrentaba a los helenos en un partido
presuntamente amistoso. Sin embargo una falta a pocos minutos del final
provocaba una tangana terrible en la cual Krstic perdía la cabeza y le lanzaba
una silla a Bourousis. El espectáculo fue lamentable.
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Cuatro años después se ven las caras, y a pesar de
aquel enfrentamiento ambas guardan buenos recuerdos de su rival. Así los
serbios ganaron el primero de sus dos mundiales consecutivos (98 y 2002) y el
Eurobásket del 95 en Grecia, y por su parte los helenos se alzarían con la
victoria en el campeonato europeo celebrado en Serbia en 2005. Potencias
vecinas venidas a menos en los últimos años, después de éxitos del calibre de
la victoria de los blanquiazules frente a Estados Unidos en el Mundial de 2006.
Y aún así, y tal como ha demostrado una Grecia imbatida (5-0) en la primera
fase, peligrosas.
Lo cierto es que los helenos tienen motivos para
sentirse confiados antes del enfrentamiento. En los últimos 5 partidos que han
disputado se han logrado imponer a su rival, uno de ellos fue el ya mencionado
e infame encuentro de 2010, por lo que llevan años sin haber sido vencidos por
los serbios. Las estadísticas, eso sí, están para romperlas, y Serbia puede
alegar en su defensa que su récord (2-3) ha venido propiciado por un grupo en
el que se ha enfrentado a Brasil, Francia y España, rivales a priori más
fuertes que Argentina, Croacia y Senegal, los otros clasificados del Grupo B.
¿Cómo llegan?
Tal y como se ha apuntado las dinámicas son
sensiblemente diferentes. Grecia comenzó su andadura por el torneo aplastando a
Senegal y tras tres partidos en los que finalmente se impuso con mayor o menor
dificultad logró anular a Argentina durante tres cuartos en el partido que
determinaba quién sería el primero de grupo. La postrera reacción albiceleste
fue neutralizada entre Calathes y Bourousis, dos de las claves de este equipo y
de los que posteriormente hablaremos.
Por su parte Serbia ha cumplido la papeleta
venciendo a Egipto e Irán, las dos selecciones más sencillas del Grupo A, y
quedándose a un suspiro de obtener la victoria frente a Francia. En un grupo de
tamaña dificultad era uno de los resultados esperados y ahora tienen la
oportunidad de sorprender a uno de sus grandes rivales, algo mucho más sencillo
a un solo partido, con el carácter de su técnico, un Djordjevic expulsado
frente a España pero que insufló en los suyos una moral y un espíritu que hizo
que una de las favoritas, desconexión aparte, viera cómo le recortaban doce
puntos en apenas 6 minutos.
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Sin embargo las estadísticas de uno y otro equipo
juegan en contra de esta aspiración. Grecia ha cimentado su camino con solidez
y trabajo, convirtiéndose en el tercer equipo en asistencias (solo por detrás
de Estados Unidos y España) y cuarto en rebotes (delante los dos mismos de
antes y la República Dominicana), y aunque en esta categoría Serbia coge un
rebote ofensivo más por partido (10,4 frente a 9,4) la diferencia en rebotes
defensivos es de 9 puntos. Una barbaridad y una más que posible sangría en la
pintura de los serbios.
Siguiendo con los datos: los griegos ponen casi
cuatro veces más tapones que los eslavos en cada partido, lanzan mucho mejor
desde el tiro libre, sensiblemente más de 2 puntos y anotan mucho más en
contraataque y la pintura. Serbia apenas puede reclamar éxitos en su
lanzamiento de tres, en sus robos y en la aportación de su banquillo, pero por
lo general en casi todas las categorías Grecia se ha mostrado sólida en los dos
lados de la cancha, y no parece que tengan mucha intención de seguir cerrando
bien el rebote y machacando a sus rivales con una buena circulación de balón.
Las claves:
Si hay un hombre que está destacando en el muy coral
equipo heleno es sin duda Giannis Bourousis. El pívot del Real Madrid, después
de un primer partido en el cual se dedicó a asistir y rebotear para eliminar ya
en el primer cuarto cualquier esperanza senegalesa, ha ido asumiendo galones
cada jornada y ha terminado la primera fase como, mucho ojo, líder anotador,
reboteador, taponador y en robos del equipo. Bourousis promedia 12 puntos, 10
rebotes, 1,4 tapones y 1,4 robos en cada encuentro, a lo cual suma 2,6
asistencias (¡solo por detrás del líder de su equipo en este aspecto, Zisis!) y
una eficiencia de 20,4.
Poner estos números en perspectiva no es difícil.
Baste ver que es cuarto entre los reboteadores del campeonato, y por detrás de
Blatche, Yannick Moreira y Gorgui Dieng que juegan muchos más minutos y son
auténticas referencias de sus selecciones, octavo en eficiencia por detrás de
nombres como Anthony Davis, Luis Scola o Pau Gasol y situándose también en el
Top-10 de mejores taponadores. Una presencia en la zona a la que Serbia tendrá
que atender obligatoriamente, puesto que es una de las grandes ventajas de
Grecia: buen pasador, gran reboteador y siempre competitivo. Los interiores
serbios tienen muchas papeletas para pasarlo mal.
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Pero no se queda ahí Grecia, ni muchísimo menos,
junto con Bourousis hay un trabajo colectivo que ha permitido que en cada
partido vaya destacando algún jugador aparte de su presencia sobria y segura.
Así, Kaimakoglou fue el máximo anotador contra Senegal y Grecia (17 y 14
respectivamente), Printezis se ocupó de Filipinas (25 puntos) y, junto con
Calathes (18 en el último encuentro) ayudó a sentenciar la victoria contra
Argentina. Por su parte Zisis fue el máximo anotador contra Puerto Rico con 19
tantos y es, a su vez, el líder en asistencias, casi 5, del grupo.
¡Y hay más!, no hemos mencionado aún a la joven
promesa del baloncesto heleno y de los Bucks: Antetokounmpo, que sin haber
brillado mucho ya ha dado muestras de hasta dónde puede llegar en unos años y
dado espectáculo merced a sus condiciones físicas. O el joven Papanikolau, que contribuye
en el trabajo coral pese a su nueva condición estelar merced a su marcha a los
Houston Rockets. Resumiéndolo: Grecia es un equipo donde todos ponen su granito
de arena y que cuenta con individualidades del nivel de Bourousis y Kaimakoglou
inspirados y jugadores como Calathes, Zisis o el "joven veterano"
Printezis para acompañarlos.
Frente a esta dura prueba Serbia llega con un
jugador que ha destacado pese a que en un principio su lugar de relevancia lo
iba a ocupar un Nenad Krstic relegado al banquillo: Miroslav Raduljica. El
pívot, traspasado por los Bucks y cortado por los Clippers, es el jugador que
más veces lanza a canasta en el equipo de Djordjevic, con gran eficacia, y
lidera al equipo en anotación con 14,2 puntos. Su gran explosión fue ante
Francia, con 21 puntos y 7 rebotes, pero ha mantenido la constancia: en todos
sus encuentros ha conseguido más de 10 puntos y solo contra España bajó del 50%
en tiros. Es la gran amenaza en el interior para el antes citado Bourousis. Un
duelo que determinará buena parte de las posibilidades de ambos equipos.
Junto con Miroslav Serbia presenta a jugadores del
calibre de Milos Teodosic, héroe hace cuatro años, o Nemanja Bjelica, que se ha
convertido en uno de los anotadores y reboteadores más consistentes del equipo.
El base está completando un buen torneo, pero no está siendo el líder decisivo
que se esperaba de él en un principio, y su mejor versión, la que afloró contra
Egipto, por ejemplo, tendrá que aparecer para que los suyos tengan
posibilidades.
El problema principal que tienen es que después de
los tres mencionados y Bogdanovic, casi 10 tantos por encuentro, el resto del
equipo no aporta tanto como la miríada de jugadores de apoyo que tiene Grecia,
y por ahí puede venir una de las principales causas de una hipotética derrota.
Serbia no puede depender solo de sus jugadores más conocidos, sino que tiene
que esperar que sus jugadores de rotación den un paso adelante.
El pronóstico:
Con todo lo dicho hasta ahora y en función de la
trayectoria y las estadísticas nos vamos a decantar por la victoria griega. Un
partido siempre interesante, que probablemente estará muy disputado, pero en el
que debería prevalecer la superioridad en casi todos los aspectos, y
especialmente en los rebotes, factor importantísimo, de los helenos. Demos
comienzo a los octavos.
Fuente: FIBA y Sport Stats
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