Pasan los días desde el comienzo de la agencia libre y el
agente libre por el que todo el mundo suspira sigue sin haber tomado una
decisión. LeBron James, "El Rey", "El elegido" o el epíteto
que prefiera dedicársele, sigue examinando sus posibilidades de futuro mientras
toda la NBA se embarca en una carrera por tratar de convencerle de que su
proyecto de futuro es el mejor. Muchos equipos saben que estarán
automáticamente descartados, pero aquellos que actúan con espacio salarial y
garantías de tener una escuadra competitiva para el año que viene al menos no
pierden la fe en ningún momento. La Liga espera en una encrucijada.
Hace una semana la situación no tenía visos de tomar
este cariz. Chris Bosh, Dwyane Wade y el propio LeBron ejecutaban su
"Player option" para salir al mercado de agentes libres. Poco después
se filtraba que el ala-pívot y el escolta habían aceptado una muy sensible
rebaja salarial (Chris Bosh firmaría ¡por 11 millones!) con la intención de que
a James se le concediera el sueldo máximo permitido y que aún quedara margen
salarial para atraer a algún agente libre. De hecho los Heat llamaban a sus
posibles nuevos reclutas con la promesa de tener unos 12 millones para que se
incorporaran a sus filas.
Y apenas un par de días después saltaba una nueva
noticia: el "Big 3" no había actuado de común acuerdo sino que el
gesto de Bosh y Wade había sido espontáneo, probablemente con la intención de
convencer a James de que permaneciera con sus dos amigos en el equipo que le ha
dado dos títulos y cuatro presencias en las Finales. Sin embargo LeBron
permanece a la espera, aún habiéndose dicho que podría firmar por uno o dos
años para salir de nuevo al mercado de agentes libres y sondear otra vez su
futuro. Esta afirmación parece contraponerse con el deseo del de Akron de dejar
"un legado" en su paso por la Liga, que probablemente se viera
empañado con un nuevo cambio de equipo de esa manera.
Tras estas declaraciones y tras ver como Marcin
Gortat y Kyle Lowry se escapaban, renovando por sus correspondientes equipos,
siendo dos de los principales objetivos de Pat Riley para reforzar la
plantilla, y los altos precios que se están pagando por jugadores como Jodie
Meeks o Ben Gordon, todo parece indicar que no va a ser tan sencillo para los
Heat reunir un equipo mucho más competitivo que el del año pasado. En las
Finales la maquinaria se gripó, y pese a arrasar en una debilitada Conferencia
Este, sin la oposición de unos Pacers que habían perdido el rumbo, y ni Wade ni
Chalmers ni Allen lograron acudir al rescate de LeBron, que en práctica soledad
y con puntual ayuda de Chris Boshm no se pudo oponer al torrente
baloncestístico que fueron los Spurs.
Para el principio de esta temporada 2014-2015 los
Heat solo disponen en plantilla de Norris Cole, Justin Hamilton y Shabazz Napier,
el base que ha llevado a Connecticut al título de la NCAA y que fue pedido por
el propio LeBron a través de un tuit que dejaba a las claras su preferencia con
la elección número 26 de la que disponía su franquicia en el Draft. Cada paso
de Miami ha ido destinado a contentar al "Elegido", pero puede no ser
suficiente, toda vez que las ventanas para traer a refuerzos que no sean
veteranos o jugadores por el mínimo parecen cerrarse, y opciones interesantes
como Lance Stephenson, Gordon Hayward, Greg Monroe, Trevor Ariza, Luol Deng o
Pau Gasol tienen ofertas más tentadoras de otros equipos a lo largo y ancho de
la nación.
De esta forma los Rockets han hecho saber a Chris
Bosh que disponen de una plaza en su "roster" que puede ser ocupada
por un jugador que cobre el máximo posible (Debemos recordar que el susodicho
contrato del ala pívot tejano aún no está firmado), y múltiples equipos lo han
cortejado, así como los presidentes de varias franquicias que ven una
oportunidad única de cazar a uno de los dos mejores jugadores de la NBA. Suns,
Mavs, Lakers, Rockets y Cavs se han ido entrevistando con su representante para
convencerle del impacto deportivo y económico que dejaría su llegada en cada
una de sus respectivas franquicias.
De este "cortejo real" podríamos descartar
a los Mavericks, dado que aunque LeBron inmediatamente los pusiera en la
competición por ganar el anillo, siguen teniendo a Nowitzki y han adquirido a
Tyson Chandler, no parecen disponer de recursos suficientes para ser una
amenaza real durante los próximos años. De la misma manera los Rockets se han
resignado a Carmelo y podrían hacer lo mismo con LeBron, dándole prioridad a
traspasar a Jeremy Lin y llevar a su equipo a un Chris Bosh que juegue como
"4" abierto junto a Howard. Quedarían, por ende, Suns, Cavs y Lakers
buscando que James deje Miami por su proyecto.
Según se ha filtrado el propietario de los Suns
llegó a dejar caer la posibilidad de que Carmelo y James jugaran juntos en
Arizona (posibilidad de la que hemos hablado aquí), y mencionó los innegables
valores de los Suns: un equipo joven, atractivo de ver, con un base estelar
como Goran Dragic, un agente restringido como Eric Bledsoe, múltiples rondas de
Draft para poder realizar traspasos o un "Sign and trade" y, factor
que no se suele tener en cuenta, el mejor equipo médico de la NBA. A nivel
deportivo los del Valle del Sol podrían darle a LeBron un apoyo para competir
durante varios años. Los Cavaliers, por su parte, hacen gala de sus valores
jóvenes, de su reciente número 1 del Draft y de ser el equipo al que LeBron
dejó hace 4 años sin cumplir su objetivo de llevar un anillo a Ohio. Por último
los angelinos serían el lugar en el que podría jugar con Kobe Bryant, con el
que tantas veces se le ha medido, y un gran mercado al que podrían llegar otros
agentes libres atraídos no solo por las luces de Hollywood sino por las
estrellas del firmamento de su equipo de púrpura y oro.
Sea cual sea su decisión resulta obvio que supondrá
el detonante para que el resto de piezas del dominó empiecen a caer una a una.
La Liga está a la espera de un nuevo giro que marque el panorama durante los
próximos años, al menos hasta que la fiereza competitiva de James ya no le
permita sobreponerse a las limitaciones de la edad, dado que el equipo al que
vaya LeBron se convertirá instantáneamente en una nueva gran amenaza para
franquicias que aspiran a suceder a Heat y Spurs como grandes dominadores.
Oklahoma, Houston, Phoenix, Lakers, Clippers, Cavaliers e incluso equipos de
una Conferencia Este severamente debilitada que podrían ver como el gran tirano
del Atlántico se marcha al Pacífico, dando paso a una carrera de conjuntos que
podrían reclamar su trono en las Finales. Bulls, Hornets, Pacers o Wizards, por
tanto, también aguardan impacientes a que "El Elegido" decida.
Nos acercamos a uno de los días clave de la historia
de esta Liga. Si LeBron abandona Miami, pese a los esfuerzos hechos por
retenerle, los Heat probablemente se quedarían solamente con Dwyane Wade, Cole,
Napier y aquellos agentes que logren atraer con la promesa de su espacio
salarial y su capacidad para llegar lejos en el Este. Si se queda, y con él
todo el Big 3 más algún agente libre que se logre pescar, serán candidatos de
nuevo a las Finales. Si acaba en el Oeste, el salvajismo de la Conferencia
sería aún más brutal, con auténticas batallas entre conjuntos plagados de
estrellas y de grandes jugadores. Sea cual sea su decisión siempre hay que
tener en cuenta la mente maestra de Pat Riley, el cerebro en el banquillo del
Showtime y el ingeniero que construyó el "Big 3", tomando como
ejemplo la fórmula de Danny Ainge en Boston pero perfeccionándola y dando un
modelo a seguir a buena parte de la NBA en el lustro siguiente a la hora de
conformar su aspirante al anillo. La NBA está en la encrucijada.
P.D: "Príncipe de Nada" hace referencia a una saga de fantasía (magnífica) de Robert Scott Baker.
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