CAI Zaragoza: Apostar, curtir y vender

El baloncesto actual se mueve por pretensiones económicas -como el resto del mundo, vaya- el cual es dominado por uno o dos equipos en cada liga. Estos equipos se van curtiendo de jugadores provenientes de equipos pequeños donde se han hecho importantes, es el caso del CAI Zaragoza.

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Desde su segundo ascenso a la élite del baloncesto español, el CAI Zaragoza ha sabido apostar con gran acierto por jugadores poco conocidos o en horas bajas para revalorizarlos y aumentar su caché, es decir, ha servido de trampolín para acceder a equipos del más alto nivel baloncestístico. 

Este hecho se ha dado debido a la unión de dos personas que separadas no serían lo mismo, dos personas que se complementan a la perfección en lo que a baloncesto se refiere. Willy Villar (Director deportivo) y José Luis Abós (Primer entrenador). Esta unión ha traído consigo la mejor época que vive el baloncesto maño desde los años ochenta y noventa, que servidor no pudo disfrutar por su precocidad. Entre Abós y Villar han sabido sacar el máximo partido al ajustado presupuesto del que disponen para formar plantillas sólidas que a su vez formen un grupo capaz de entenderse en la pista.

La filosofía del club está orientada a apostar por jugadores poco conocidos que puedan dar el máximo y lleven a lo más alto al colectivo, primando por el equipo y no por una estrella. Esta filosofía hizo llegar a Zaragoza a un joven belga que para la inmensa mayoría era desconocido, un base de cabeza rapada y espectacular físico, ese jugador es Sam Van Rossom.

El otro día leía a través de internet la posibilidad de que el CSKA pusiera la friolera de un millón de euros por Van Rossom, quién le diría a Willy Villar en 2010 que el joven base belga llegaría a valer esa cantidad de dinero. Cuando se apostó por él, el equipo acababa de ascender y iba en busca de otro base, el elegido fue Carlos Cabezas, que curiosamente, tras su paso por Zaragoza mejoró su valor de mercado, haciendo llenar las arcas rojillas. 

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Las artimañas del Señor Villar en el apartado deportivo son dignas de estudio, podemos echar la vista atrás un año para recordar cómo el CAI Zaragoza arrebató a Olympiacos y Panathinaikos a un escuálido jugador de 2.06 y apenas 17 años. Un delgaducho y talentoso nigeriano de nombre impronunciable que decidió partir hacia Estados Unidos, se llamaba Giannis Antetokounmpo. No se sabe que ofreció Villar a Giannis, solo conocemos que el CAI consiguió 400.000 euros por un jugador que nunca pisó la cancha del Príncipe Felipe, ni siquiera vistió la camiseta. Un jugador que pagó la Eurocup.

Estos hechos no hacen más que hacer evidente el título del artículo, "Apostar, curtir y vender", el CAI Zaragoza se basa en eso. La incansable tarea de Villar de ir en busca de jóvenes talentosos a bajo coste, que Abós les haga explotar deportivamente y conseguir un desembolso económico a cambio. En apenas dos años, el club ha conseguido un millón de euros solamente con traspasos, lo que es una gran parte de su presupuesto. (Dato vía El Periódico de Aragón)

La última de las genialidades de Abós y Willy ha sido Damjan Rudez, el croata se marcha de Zaragoza tras dos espectaculares campañas para poner en funcionamiento su sueño americano, la NBA. Rudez tenía un año de contrato más, lo que hace mantener al CAI los derechos en España del jugador y por el cual han recibido 300.000 euros. 

Muchos son los ejemplos que podría poner acerca de esta gran labor que se realiza cada verano para que nosotros, los aficionados, podamos disfrutar cada año de un CAI Zaragoza en la élite del baloncesto nacional.