Unicaja fuerza el cuarto partido. Después de perder en Madrid por muy poco, los de Joan Plaza supieron salvar el primer punto de eliminatoria y forzar otro choque más en su cancha, como mínimo. Granger volvió a ser amo y señor del tempo del encuentro, mientras que Vázquez siguió en su línea habitual de las últimas semanas.
Buen arranque del Madrid ante un Unicaja algo nervioso. Así se definieron los primeros minutos, en los que los blancos, con mucho acierto en el triple y con un Darden sensacional, parecían mandar en marcador y en juego.
Pero Unicaja no desesperó. Ni mucho menos. Tirando de defensa y de anotación interior, Vázquez comenzó a dominar la pintura, mientras que Granger, una vez más, se encargaba de penetrar y abrir los marcajes madridistas.
La igualdad era absoluta. Sergio Rodríguez y Felipe Reyes, en su línea, tiraban del Madrid durante el segundo periodo, pero los locales, con Calloway acertado y Suárez ayudando en el rebote, lograban ponerse por delante. Fue entonces cuando Caner-Medley, desde la larga distancia, colocó la máxima en el luminoso, +8. Justo antes del descanso, el conjunto visitante conseguía 5 puntos vitales que le devolvían al partido, marchándose ambos equipos a los vestuarios con un ajustado 50-45. Qué espectáculo.
Y en el tercer cuarto, el apoteosis. Unicaja, esta vez sí, no quería dejar cabos sueltos para el tramo final. Con un parcial monstruoso de 14-0, con canastas de todos los colores, sentenciaba el partido. Lejos de relajarse, los de Plaza, con un Granger sublime, un Vázquez determinante y un gran Caner-Medley, aplastaban al Madrid para dejar el choque totalmente encarrilado.
Sin síntomas de relajación, el conjunto verde llegó a dominar hasta por 22 puntos de diferencia. Los blancos, a sabiendas de una merecida derrota, trataron de maquillar por medio de Slaughter y Carroll, y lo consiguieron tímidamente. Finalmente, 88-75 y el cuarto partido forzado. Unicaja, por fin, junto juego excelente y victoria en esta serie.
Foto: ACB |
Buen arranque del Madrid ante un Unicaja algo nervioso. Así se definieron los primeros minutos, en los que los blancos, con mucho acierto en el triple y con un Darden sensacional, parecían mandar en marcador y en juego.
Pero Unicaja no desesperó. Ni mucho menos. Tirando de defensa y de anotación interior, Vázquez comenzó a dominar la pintura, mientras que Granger, una vez más, se encargaba de penetrar y abrir los marcajes madridistas.
La igualdad era absoluta. Sergio Rodríguez y Felipe Reyes, en su línea, tiraban del Madrid durante el segundo periodo, pero los locales, con Calloway acertado y Suárez ayudando en el rebote, lograban ponerse por delante. Fue entonces cuando Caner-Medley, desde la larga distancia, colocó la máxima en el luminoso, +8. Justo antes del descanso, el conjunto visitante conseguía 5 puntos vitales que le devolvían al partido, marchándose ambos equipos a los vestuarios con un ajustado 50-45. Qué espectáculo.
Y en el tercer cuarto, el apoteosis. Unicaja, esta vez sí, no quería dejar cabos sueltos para el tramo final. Con un parcial monstruoso de 14-0, con canastas de todos los colores, sentenciaba el partido. Lejos de relajarse, los de Plaza, con un Granger sublime, un Vázquez determinante y un gran Caner-Medley, aplastaban al Madrid para dejar el choque totalmente encarrilado.
Sin síntomas de relajación, el conjunto verde llegó a dominar hasta por 22 puntos de diferencia. Los blancos, a sabiendas de una merecida derrota, trataron de maquillar por medio de Slaughter y Carroll, y lo consiguieron tímidamente. Finalmente, 88-75 y el cuarto partido forzado. Unicaja, por fin, junto juego excelente y victoria en esta serie.
Unicaja (24+26+25+13): Granger (12), Toolson (13), Suárez (9), Caner-Medley (14), Vázquez (14) - Calloway (7), Vidal (-), Kuzminskas (-), Sabonis (-), Hettsheimeir (7), Stimac (7), Urtasun (5)
Real Madrid (25+20+10+20): Llull (10), Rudy Fernández (7), Darden (11), Mirotic (11), Bourousis (4) - Sergio Rodríguez (8), Díez (-), Slaughter (9), Mejri (-), Felipe Reyes (7), Carroll (8), Martín (-)
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