Mil pequeñas bolas removiéndose en un contenedor y
la Diosa Fortuna observando con atención el desenlace de una noche que marcaría
el porvenir de aquellas franquicias que se habían jugado a todo o nada el tener
un equipo competitivo para los años siguientes...o hundirse en la miseria y
caminar por la peligrosa senda de la mediocridad, sin más rumbo que una rápida eliminación en primera ronda, jugadores pidiendo salir y un ciclo que se haría
eterno a los fans y directivos del equipo hasta que la bendición de la suerte
haga desembarcar en la ciudad a una superestrella que los lidere a la gloria.
Así cayó en Cleveland Kyrie Irving, y de nuevo con
la bendición de la fortuna aterrizaría Anthony Bennett como número 1 del Draft
del pasado 2013. Pero los Cavaliers no cumplieron ninguna de las múltiples
expectativas puestas sobre ellos, ni siquiera con la llegada de Luol Deng como
refuerzo desde los Chicago Bulls. Hundidos en esa ciénaga de los equipos que
navegan entre la novena y la undécima plaza de cada Conferencia terminaron la
temporada apostando todas sus cartas a la posibilidad de que el Mesías, odiado
hace cuatro años y añorado en los tiempos actuales, regresara a su hogar para
satisfacer la inconclusa promesa de traer un anillo a Ohio. Y de pronto una de
esas mil bolas se deslizó en la mano del comisionado Adam Silver e hizo que
"Cavaliers" volviera a alzarse con el número 1 del Draft del muy
prometedor 2014. Así entraba Cleveland en su laberinto.
¿Qué hacer? Bennett ha sido un desastre sin
paliativos, aunque para hacerle justicia no parece que prácticamente nadie
salido de la cosecha del año 2013 pueda tener un gran impacto en la Liga algún
día. En Cleveland se respira el miedo a vivir otro fracaso y eso ha llevado a
que se postule el traspaso de esa primera elección a cambio de alguna estrella.
¿Traer de nuevo al Elegido?, ¿intentar formar un Big 3? Kyrie Irving, Dion
Waiters, Tristan Thompson...nombres prometedores que por unas razones u otras
no han conseguido conjuntarse para dar el salto que le falta a Cleveland en su
lucha por recuperar relevancia.
Para añadir incertidumbre a todo el asunto Joel
Embiid, el pívot que había sorprendido muy gratamente en los Workouts de los
Cavs, se ha lesionado, acrecentando los miedos de muchas franquicias a elegirlo
por el recuerdo de Greg Oden y de los múltiples golpes recibidos en forma de
eternas bajas por problemas con sus maltrechas rodillas. Parker o Wiggins,
Wiggins o Parker, una vez que parecen haberse afianzado como los dos
principales rivales por el número 1. Una elección que, de nuevo, puede marcar
el destino de la franquicia, y con las probabilidades en la mano no es
demasiado factible que vuelvan a tener la suerte de cara en caso de otro
sorteo. Es el momento de ganar.
Este es el laberinto de Cleveland, la encrucijada en
la que una franquicia, una directiva y una ciudad están situados a apenas días
del Draft de 2014. Con la sombra del fracaso pendiendo sobre sus cabezas como
una Espada de Damocles, la inseguridad de saber si pueden atraer a LeBron y a otro
gran jugador a su equipo por otro lado y el futuro brillante que los espera si
saben manejarse con habilidad destellando en el horizonte. David Blatt llega a
la nave de Ohio para capitanear un equipo que promete cambios y mejoras para la
2014-2015, ¿lograrán los Cavaliers, como un moderno Teseo, encontrar su rumbo
esta pretemporada?
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