@espnnba |
Con descaro y sin complejos, los Wizards seguían la estela de lo que está siendo en la serie en estos primeros compases aunque los Bulls no se descolgaban a base de garra e intensidad. Si bien Ariza golpeaba primero, no tardó Wall en coger las riendas de los suyos, pisando el acelerador para empezar a marcar el territorio. Pero ante la amenaza de vendaval aparecía Mike Dunleavy para ametrellar desde el perímetro y mantener la igualdad en un encuentro que no daba lugar a respiro alguno. Cuando Wall y Beal parecían volver a irrumpir con fuerza, era Carlos Boozer el encargado de mantener vigente la igualdad en el luminoso al término del primer cuarto. (28-30)
Wall, Beal y Ariza contrarrestan el vendaval rival
Inmersos en un intercambio de golpes frenético, no había dominador claro, porque si bien por un lado Nenê aparecía, sería pronto contrarrestado por un Dunleavy intratable que bien acompañado por el desparpajo de un inspirado DJ Augustin y la garra de un voluntarioso Taj Gibson permitía a Chicago dar un golpe sobre la mesa y llevar por primera vez la iniciativa en el encuentro. Sin embargo, cuando más parecía llevarse el partido a su terreno y más sensación de control sugerían, el dúo dinámico Wall-Beal volvía a dinamitar la contienda en un abrir y cerrar de ojos para irse con ventaja al descanso de forma tan vertiginosa como inesperada visto lo visto.
Un imparable Dunleavy lidera la remontada
La tónica permanecía casi intacta a la salida de los vestuarios, ya que si por un lado los capitalinos amenazaban darle un nuevo vuelco al encuentro desde el perímetro, los Bulls se aferraban con uñas y dientes siempre liderados por un Mike Dunleavy que no dudaba en echarse el equipo a las espalda una vez se ralentizaba el compás. Era entonces cuando las defensas cobraban más protagonismo que nunca y con el partido embarrado cada canasta valía su peso en oro a la par que las alternancias en el marcador se sucedían, ya fuera por Carlos Boozer o el propio Dunleavy en el lado de los de Illinois o por la continua amenaza que presentaba John Wall y su facilidad para abrir el campo como bien aprovechaba Martell Webster. Con las espadas en todo lo alto y todo por decidirse, los Bull se se iban por delante al último cuarto. (72-69)
Chicago se impone en un final de infarto
Con el Verizon Center convertido en un campo de batalla, eran los Bulls quienes al comenzar el duelo pugilístico daban mayor sensación de solidez, saliendo reforzados de la trifulca entre Butler y Nenê que acabaría con la expulsión del brasileño. Ante la espesura local, el equilibrio ofensivo volvía a los de Thibodeau quienes haciendo gala de su pluralidad aguantaban las acometidas rivales con el clutch time asomándose en el horizonte. Pero una vez más, cuando más de cara se ponían las cosas y mayor era la ventaja, reaparecían los de siempre, es decir, Wall y Beal volvían a llamar a la puerta para poner nuevamente las tablas y hacer aparecer fantasmas del pasado a los Bulls. Fue entonces cuando todas las miradas se centraron en el duelo de francotiradores entre Dunleavy y Beal que dejaba el devenir en un puño, hasta que un triple estratosférico de Jimmy Butler ponía contra las cuerdas a los Wizards, desembocando en un despropósito continuado de errores y tiros libres en el que daba la sensación que ninguno quería ganar, siendo finalmente los de la "Ciudad del Viento" los que demostraban más sangre fría y así mantenerse con vida en a eliminatoria.
@adidashoops |
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.