Ante Tomic, desquitándose las etiquetas

Dejar ir un jugador a tu máximo rival es algo poco habitual. Más aún si sirve para mejorarlo. El Madrid dejó en verano de 2012 que Ante Tomic cogiese el puente aéreo rumbo a Barcelona para liderar el proyecto de Xavi Pascual. El técnico azulgrana lo cogió, separó del grupo y le dijo: "no te van a volver a llamar blando".

Foto: cuatro.com

Nadie dudaba de su talento. Sus movimientos en el poste, su elegancia y sus 2,17 eran razones suficientes para creer en un futuro demoledor bajo los aros. El Madrid lo fichó como un diamante en bruto, todavía por pulir, pero le faltó continuidad y paciencia. Croacia vio marchar a su perla con nostalgia, pero con la ilusión de ver a un heredero triunfar en un grande de Europa. 

En el club blanco demostró sus dotes. El gancho, ya sea ejecutado con la derecha o la izquierda, era prácticamente imparable por la dócil definición y la dificultad de taponar al muro croata. Pero había algo que generaba dudas. Tomic era incapaz de generar su baloncesto ante jugadores más portentosos físicamente. Se arrugaba, escondía e inhabilitaba. Parecía otro.

Se cansaron y el Barça no dudó en hacerle despertar. Xavi Pascual le dio los galones de la pintura azulgrana desde el primer día sin titubear, pasándole por delante a Lorbek. El croata, ante tal muestra de confianza, respondió como nunca antes se le había visto. Ágil, duro y liderando un grande. Su explosión era ya una realidad.

Pero llegó la temporada 2013-2014 y Tomic ya no es una promesa, es una realidad. Con un Navarro que se va regulando, Tomic es la piedra angular del proyecto. La opción más buena para jugar los complejos sistemas de Pascual. Ya sea con pick'n roll, desde media distancia o al poste, Tomic tiene la libertad y la obligación de liderar la faceta ofensiva.

Este mes de febrero ha sido el clímax. MVP de febrero en la Euroliga y una muestra de poderío inédita hasta ahora. Rápido, contundente. Sin miedo a los grandes pívots de Europa. Sin temor a ser superado físicamente. Tenaz. Agresivo. Intimidatorio. Insaciable. Ya no aparece el término "blando".

El diamante en bruto croata está pulido y todavía brillará más. Se acabaron las etiquetas malas, solo quedan las buenas. Las de ese heredero que quiere triunfar en un grande de Europa.