La noche en la NBA nos ha dejado un sabor de boca muy dulce, con grandes partidos y actuaciones individuales que empiezan a demostrar que el tono físico es el adecuado para hacer exhibiciones.
En Cleveland, Atlanta tuvo que jugar dos prórrogas para ganar 127 a 125 a unos Cavs que tuvieron a Irving, con 40 puntos y 9 asistencias, como jugador más destacados. Thompson y Waiters, con 22 y 20 respectivamente, no pudieron hacer nada ante el cuarteto mágico de los halcones: Teague (34 y 14 asistencias), Horford (25 y 8 rebotes) y Korver y Millsap con 20.
El otro partido con prórroga se jugó en Portland, y Batum fue el verdadero protagonista llevando el choque a la parte extra. Al final, 112-116 para los de Oregon, que son ya una realidad. Lillard (14 puntos) no pudo ganarle la partida a Chris Paul, autor de 34 puntos y 16 asistencias. Blake Griffin se fue hasta los 31 puntos y 11 rebotes, pero LaMarcus Aldridge volvía a salirse sumando 32 puntos y 10 rebotes.
En Houston, los Grizzlies volvieron a perder, esta vez por 92 a 100, y eso que dejaron a Harden en un 2 de 9 en tiros de campo. No obstante, el 13 de los texanos terminó con 27 puntos gracias a un 22 de 25 desde la línea de tiros libres. Zach Randolph acabó con 23 puntos y 17 rebotes, insuficientes para evitar otra derrota de los Grizzlies.
Finalmente, los Spurs ganaron en Dallas 116-107 gracias a los 21 puntos y 13 rebotes de Duncan, los 23 de Parker y los 22 puntos de Green saliendo desde el banquillo con tiro perfecto (7/7 en tiros de campo, 5/5 en triples, 3/3 en tiros libres). Por los Mavs, el reparto habitual: 25 puntos Nowitzki, 23 Ellis, 14 y 11 rebotes Blair, 13 puntos para Calde y 20 para Carter como sexto hombre.
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