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En los locales, destacaron Zoran Dragic (18 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias), Nik Caner-Medley (15 puntos, 8 rebotes) y Earl Calloway (10 puntos), mientras que en el bando rival sobresalieron Blagota Sekulic (16 puntos, 4 rebotes), Luke Sikma (13 puntos, 6 rebotes) y Fajardo (13 puntos, 5 rebotes).
Como viene siendo habitual en este inicio de temporada, la escuadra tinerfeña no se arruga ante nadie, sea cual sea el escenario, y sacando a relucir su gen competitivo, mantenía la igualdad ante un Unicaja muy serio, sin grietas aparentes, que se apoyaba en la sociedad Granger-Dragic para mantenerse por delante, eso sí, por la mínima. Por el momento, las imprecisiones y las defensas se imponían en estos primeros compases de partido, terminando con un 16-13 favorable para los de Joan Plaza al término del primer cuarto.
Pero fue una vez llegados al segundo período cuando se abría la veda en el luminoso. donde echando mano del buen acierto desde el perímetro, dinamitaban el encuentro poniendo la primera diferencia notable entre ambos conjuntos. Los locales habían puesto la directa, lo que se empezaba a reflejar en el ritmo anotador, del cual se intentaba impregnar el combinado canario sin demasiado éxito. Así como los visitantes se aferraban a Sekulic (14p) y a los destellos de Sikma (8p) para mantenerse a remolque, Unicaja seguía haciendo gala de su pluralidad ofensiva (en la que destacaban Caner-Medley y Calloway) que se traducía en un juego vistoso y dinámico, pero no menos eficaz. De esta manera, nos íbamos a los vestuarios con un 48-34 favorable a los andaluces.
En el inicio la tónica del encuentro se mantenía intacta. El ritmo endiablado de los malagueños seguía dando sus frutos, siendo Dragic (11p) el actor principal en las continuas acometidas de un equipo que le hacía la vida imposible a los canarios. Tanto fue así, que en cuestión de minutos, el partido estaba roto una vez el Unicaja había impuesto contundentemente su ley. Aunque el partido estaba muy cuesta arriba para los visitantes, éstos no tiraban la toalla y sacando provecho de la inspiración de sus jugadores interiores se mantenían vivos en el partido, recortando distancias con el último cuarto aún por jugarse (71-58).
Sin embargo, nada parecía suficiente para intentar tan siquiera amenazar con una posible remontada, ya que en esta ocasión era Nik Caner-Medley quien volvía a salir a la palestra (13p), siempre bien secundado por Calloway (10p) y Dragic (17p). Aun con todo, con más o menos fluidez en ataque, los locales seguían sin pisar el freno, mostrando en todo momento una agresividad defensiva brillante. Así pues, el convite ponía punto y final con victoria malagueña, la sexta en lo que llevamos de campaña (88-73).
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