Fue el trío formado por Ricardo Uriz (26 puntos, 4 asistencias), Saúl Blanco (24 puntos) y Blagota Sekulic (16 puntos) los que llevaron el peso por parte de los vencedores, mientras que en la escuadra vitoriana destacaron Andrés Nocioni (16 puntos, 6 rebotes), Lamont Hamilton (14 puntos) y Milko Bjelica (17 puntos, 6 rebotes).
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La dinámica del enfrentamiento había cambiado radicalmente, y es que era ahora la férrea defensa de los de Scariolo la que marcaba el compás en el Buesa Arena. El juego trabado y lento predominaba, así como la dureza en la pintura, donde el duelo entre Sekulic y Hamilton empezaba a desencadenar más que palabras. Pero una vez más, las figuras de Blanco (15p) y Uriz (10p) irrumpían en la contienda para desatascar a los tinerfeños, lo que unido a la intensidad y pelea bajo los tableros de Sikma ponía tierra de por medio ante un Laboral Kutxa que seguía sin dar con la tecla en ataque. Independientemente de las acometidas de Bjelica en la recta final, era Sekulic (10p) quien tomaba las riendas ampliando las diferencias una vez el partido llegaba al descanso (35-45).
Y es que poco cambiaban las cosas en la segunda mitad. La dupla formada por Bjelica (10p) y Nocioni (11p) poco podía hacer ante un Iberostar Tenerife en estado de gracia, que seguía echando mano de una pluralidad ofensiva y una fluidez que bien daban pie al juego desenfrenado que tan buenos resultados está dando a los de Alejandro Martínez. Una vez restablecida la calma sobre el parqué, era en esta ocasión San Emeterio (11p) quien daba un golpe sobre la mesa para recortar distancias. Aunque fue el descaro de Richotti el que dejaba el luminoso en un a priori cómodo 59-70 con 10 minutos aún por jugarse.
Pero cuando todo parecía perdido, los locales se encomendaron a la garra de Nocioni y Hamilton para endosar un notable parcial que ponía un punto de inflexión en el encuentro. Las tornas habían cambiado, la tensión y la igualdad eran palpables, pero la mano de Ricardo Uriz (20p) no temblaba y continuaba marcando diferencias desde el perímetro. La contienda alcanzaba su punto álgido con una igualdad que bien merecía un final emocionante que ponía a prueba el temple tanto de uno como de otro, y fue precisamente ahí donde el imparable trío formado por Uriz, Blanco y Sekulic causaba estragos hasta tal punto de consumar una meritoria victoria con la que se hundía aún más si cabe al Laboral Kutxa (83-95).
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