Hace 5 años, concretamente un 19 de noviembre de 2008, Cuttino Mobley jugaba su último partido como profesional. La causa, nada más y nada menos que una cardiomiopatía hipertrófica, problema que a priori no dice nada, pero que si recordamos que fue el culpable de la muerte de Reggie Lewis (ex de los Celtics y All-Star en 1992) ya empieza a tener la atención de los lectores.
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Así pues, la NBA perdía a uno de los mejores tiradores de toda la competición. Un jugador que a pesar de no tener ese cartel de jugador franquicia, resultaba ser una pieza clave, sobre todo en cuanto al ámbito ofensivo se refiere, ya que 'El Gato' -como muchos le apodaban- era un jugador letal desde el perímetro.
Después de salir por la puerta de atrás de la mejor liga de baloncesto del mundo (ya que cabe recordar que en un principio se creyó que era una artimaña de la directiva de los Knicks, donde no pudo ni tan siquiera debutar) muy pocos podíamos creer que volveríamos a ver a Mobley sobre una cancha de baloncesto. En sus nueve años como profesional, Cuttino logró dejar huella en toda franquicia por la que pasó, promediando unos meritorios 16 puntos, 4 rebotes, 2'7 asistencias en poco más de 37 minutos en cancha.
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Pero ante todo pronóstico, con motivo del 'lockout' que precipitó el protagonismo de muchas ligas veraniegas, pudimos verle vestido de corto 4 años después, jugando un torneo en Las Vegas llevado a cabo por los célebres gimnasios de 'Impact Basketball'.
Aun con todo, la posibilidad real de una vuelta a las canchas se produjo cuando el ex jugador de 37 años descubrió una buena manera de materializar su retorno. Esa opción no era otra que el torneo organizado por la agencia deportiva 'ASM Sports', con el objetivo de poder mostrar a los ojeadores y 'scouts' los jóvenes talentos que poco más tarde se presentarán al Draft de la NBA. Pero estas jornadas no serán sólo para ellos, ya que jugadores como Josh Howard, Rasual Butler, Christian Eyenga o el propio Mobley gozarán de la oportunidad.
Oportunidad, que probablemente sea la última para que algún día podamos volver a deleitarnos con ese talento y descaro que tanto pudimos disfrutar en el pasado. En un principio parece muy complicado que alguien pueda apostar por el bueno de Mobley, pero no es descabellado pensar que esta historia puede tener un final feliz.
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