José Manuel Calderón es uno de los mejores bases que ha dado este país, seguro. Su periplo por el Tau Vitoria fue excepcional, su trayectoria con la Selección, inmaculada, y el viaje por la NBA ha sido positivo, aunque no tanto como se deseaba.
El base extremeño ha pasado momentos duros en la mejor liga del mundo, pero quizás en la actualidad está pasando el peor de su carrera. Deambula en uno de los peores equipos de la NBA, aunque con la cabeza bien alta. Sin embargo, "Mr. Cattering" publicó ayer en Twitter un estado sospechoso: "el tiempo pone a todo el mundo en su sitio".
El extremeño, que sigue sin poder celebrar la cifra de 500 encuentros con victoria, vive una situación muy particular esta temporada, sumido en una grave crisis -diez derrotas en los últimos once partidos- y partiendo desde el banquillo como reserva de Kyle Lowry. La suplencia ya no es algo que sorprenda, ya que el "8" siempre ha tenido que lidiar con el banquillo, tanto con Ford, Lowry o el base que estuviera por aquel entonces.
La situación, no obstante, tiene un aliciente curioso. Éste es su último año de contrato con la franquicia, y está inmerso constantemente en la rumorología de traspasos. Hasta el 21 de febrero, deberá de afrontar esta situación. En caso de no ser traspasado, en junio se convertirá agente libre, podrá probar nuevos aires y dirigir una orquesta de la NBA, ya que tiene aptitudes suficientes.
"Es una situación complicada pero no me queda otra; hay que seguir siendo profesional e intentar dar el máximo. Está claro que habrá días mejores y días peores, que a veces tendré más minutos y otras menos, pero éste es mi equipo y tengo que jugar hasta el final, pase lo que pase".
"La situación es difícil. No es nada fácil estar siempre motivado y jugar a tope, pero eso no quiere decir que no tengas que tratar de salir al 200 por cien. Cuando pierdes tanto está claro que cansa. No es agradable". "Es mi forma de ser. Trato de ser la misma persona y no voy a cambiar ahora porque las cosas vayan mal, pero bueno, siempre habrá tiempo. El tiempo pone a todo el mundo en su sitio y hay que esperar. Me queda un año de contrato y no sé qué pasará. A partir de ahí podré tomar yo las decisiones. Veremos qué pasa".
Momentos antes de desalojar el pabellón, Calderón departió unos segundos con el base rival Chauncey Billups, quien se acercó a él para desearle suerte en vistas al futuro: "En junio podrás ponerte en una situación favorable para estar en un equipo ganador", le dijo el veterano director de juego. Instantes después Calderón escribía en la red social Twitter: "Se van acabando las palabras, cada vez me cuesta más escribir después de los partidos".
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión sobre lo leído.