Era otro duelo de cowboys en la NBA. Houston recibía a Dallas Mavericks, dos equipos que no acaban de arrancar en la Liga pese a tener a estrellas consolidadas (Harden y Nowitzki) y estrellas en camino (Mayo y ¿Lin?). La batalla tuvo dos pistoleros principales. Por parte de los texanos, James Harden estuvo inspirado una noche más y se fue hasta los 39 puntos, con cuatro triples incluídos, aunque insuficientes para derrotar a unos Mavericks que aguantan el ritmo a la espera de que Dirk vuelva.
Pero los de Mark Cuban hicieron este verano una incorporación con el objetivo de volver a aspirar el anillo. La profecía del jefe de los Mavs era que "Mayo será una estrella de aquí poco". Quizás el ademán no anda tan mal, quizás su profecía no es tan descabellada. O.J. Mayo se fue hasta los 40 puntos incluidos seis triples, para liderar la victoria frente a los Rockets (116-109) y batir a su compatriota Harden.
Tanto Harden como Mayo están entre el selecto club de los diez mejores anotadores de la NBA esta temporada junto a Kobe, Carmelo, Durant, Lebron... Este es el futuro que le espera a Estados Unidos cuando Kobe ya no esté. Hay muñeca, hay calidad. Falta regularidad.
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