Este mediodía
se daban cita en el pabellón Príncipe Felipe dos de los 8 mejores equipos de la
Liga Endesa en lo que llevamos de temporada, el CAI Zaragoza y el Bilbao
Basket.
Tras dos
duras derrotas de manera consecutiva, a los rojillos se les presentaba una
oportunidad inmejorable para acabar el año por el buen camino mientras que el
Bilbao Basket quería seguir en la pelea por el segundo puesto. Un
enfrentamiento que parecía tener todos los alicientes necesarios para ser un
gran partido.
El partido
comenzó con un ambiente de baloncesto inmejorable con un intercambio de
canastas trepidante protagonizado por el duelo en la pintura entre Lamont
Hamilton y Henk Norel, quiénes llevaron el peso ofensivo de sus respectivos
equipos al inicio del encuentro. Aunque el peso en el ataque de los dos equipos
estaba bien acompañados por Kostas y Zisis por parte de los bilbaínos y por Van
Rossom y Rudez por parte de los rojillos. La intensidad impulsada por los dos
equipos se hacía notar, el frenético ritmo de partido no se vio interrumpido
hasta que finalizó el primer cuarto con un 23-22 favorable al conjunto
zaragozano.
Haciendo
gala de su amplia rotación, Bilbao reaccionó al comienzo del segundo cuarto
poniendo una ventaja de +4 al comienzo del mismo. Pero fue entonces cuando
Rudez salió a la palestra y a base de triples, tiró del carro de los rojillos
que no se despegaba en ningún momento en el marcador. Con la salida del genial
Raül López, los bilbaínos empezaron a ver como su ataque se veía beneficiado
por la fluidez en el movimiento de balón por el perímetro, lo que comenzaron a
dar sus frutos (lo que no quitó que Hamilton siguiera siendo el estandarte ofensivo
del equipo). Los hombres de Katsikaris parecían estar mucho más cómodos sobre
el parquet pero la notable dirección de Llompart y la intensidad bajo los aros
de Jones, hicieron que el CAI se fuera al descanso con una ventaja de +2 en el
luminoso (42-40).
ACB Photo; E.Casas |
Al comienzo
de la segunda mitad, el CAI seguía mandando en el marcador. El gran acierto de
Rudez desde el perímetro y la buena defensa de los hombres de Abós, propició
que se fueran por una ventaja de 7 puntos, pero poco duró la alegría ya que con
la vuelta de Raül López, los bilbaínos les mantuvieron a raya. Ninguno de los
dos equipos estaba acertado y fue por la gran defensa de ambos equipos por lo
que la intensidad y tensión en la cancha subió un nivel. El tercer cuarto
terminaba con un 57-55 favorable al CAI Zaragoza que dejaba todo por decidir en
el último cuarto.
La
contundente salida del equipo vasco hizo que mandaran en los primeros compases
del cuarto, pero fue entonces cuando tanto Llompart como Rudez, lideraron a los
aragoneses para igualar el encuentro. El partido estaba precioso, cada balón se
peleaba como si fuera el último y el ambiente en la grada era digno de un
partidazo como el que se estaba viviendo. El temple del que hacía gala Llompart
en este cuarto era envidiable y aún más lo era Rudez quién parecía imparable
con el paso de los minutos. Conforme se llegaba al final del encuentro, el
Bilbao Basket le costaba anotar, hecho que unido a las pérdidas de balón y
algunas decisiones incorrectas, propiciaron que el CAI empezara a hacer mella
en el marcador. La superioridad de los rojillos en ambos lados de la cancha era
una realidad y tras una serie de fallos del Bilbao Basket desde la línea de 6’75,
el CAI se impuso por 81-74.
El CAI ha
demostrado que las dos últimas derrotas habían sido fruto de una mala racha y
que ante un rival tan complicado como lo era el Bilbao Basket, han sido capaces
de recuperar la senda del triunfo, una victoria, que les acerca a la tan
añorada Copa del Rey que se celebrará en Vitoria el año próximo. Han dejado
claro, que con el Príncipe Felipe como fortín, la marea roja puede seguir
soñando con algo grande.
Publicado por Nacho Juan Gracia (@NachoJuanRules) Gracias por su lectura.
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