El fracaso del modelo deportivo español (Tirando desde el 7.00: 14ª entrega - 2ª Parte)

Estamos ante la angustia de los JJOO de no alcanzar ninguna medalla, de estarlas perdiendo en los últimos centímetros, segundos o detalles. Quedan muchos Juegos Olímpicos, y no hay que desesperar, que las medallas llegarán, pero el problema esencial está en que España compite con jugadores y estructuras casi amateurs (me atrevería a decir), frente a paises y organizaciones dónde el deporte es algo más que un simple saco roto de los presupuestos nacionales. 

En la España del deporte, y en el baloncesto en concreto, estamos a expensas de una generación buena de deportistas. No tenemos verdadero buen nivel en ningún deporte, excepto quizás el fútbol. Se habla de la crisis económica, de la crisis política, pero la verdadera crisis está en las personas, dónde se han perdido valores, motivaciones y el sacrificio que requiere toda sociedad. Nos hemos convertido en una sociedad dónde todo estaba hecho, y nada costaba más que pulsar un botón. El problema es que en el deporte en especial (y en la vida en general) ESTO ES UN ABSURDO, y hemos perdido una la oportunidad brindada por Barcelona'92 para el desarrollo de un deporte profesional, más no mercantilizado. 

El deporte es un negocio, y no
verdadero deporte

El modelo del deporte de clubes de Sociedades Anónimas Deportivas ha fracasado estrepitosamente. Tiene ironía que precisamente hoy hayamos anunciado que ayer el Obradoiro CAB se convertía en SAD, y esto era precisamente motivo de alegría. Sin embargo, y cómo repetidamente se dice desde todos los medios (y en esta columna llevo meses comentando), el baloncesto español se muere (y todo el deporte español). Y es por el modelo. Los clubes/sociedades deportivas no son rentables económicamente, puesto que no se ha hecho hincapié en el trabajo deportivo de base (excepto en contadas excepciones), sinó en el dinero de contratos televisivos, dónde priman las grandes estrellas y no los jugadores de la tierra que son los que luego darán éxito al país en todos las competiciones nacionales. 

Luego nos quejamos de que no hay medallas en los JJOO. Pero es que NO LAS QUEREMOS, porque estaremos otros 4 años dejando que nuestros deportistas de élite (que en otros países serían héroes) SE MUERAN DE HAMBRE, sin tener beca de deporte, siendo estas ínfimas, sin tener un programa organizado de deportes de forma global... 

Pensemos en la tónica general del deporte. El ciclismo español sufrió un auge tremendo con Perico Delgado y Miguelón Induráin (mi héroe deportivo, desde aquí, un admirado saludo) a comienzos de los 90. En el 92 fueron los juegos de Barcelona, y el programa ADO de deporte estaba en su áuge. Posteriormente, llegarían los triunfos de la selección de Baloncesto, luego la de fútbol, y el tenis. Cada uno de ellos, llevado por unas personas excepcionales o grupos increíbles, no son producto de un programa ordenado, si no que son producto de la suerte que acontece a lo largo del tiempo. Algún día tenía que aparecernos un Nadal. Cuando se vaya, volveremos a competir muy por debajo del nivel de hoy en día. A la sombra de estos nombres, muchos chicos y chicas abrazan un deporte, que sin embargo, no somos capaces de fidelizarlos, de atarlos y conseguir captarlos para avanzar en el nivel de deporte del país. No lo hemos hecho en baloncesto, tras el Mundial 2006, desgraciadamente. El modelo ha seguido siendo un modelo de supervivencia de entidades económicamente precarias que no fomentaban el deporte base y el crecimiento personal, sino que se dedicaban a su supervivencia propia y muchas veces a un simple pasatiempo. 

El deporte es mucho más. El deporte es Mens Sana in Corpore Sano, es parte esencial de la persona humana. Lo hemos matado, realmente. No somos capaces de plantear un modelo humano del deporte, y el económico ha resultado fallido. ¿Dónde está el futuro?