El joven alero de 22 años y 2 metros de altura se ha cansado de esperar por su actual club, el Unicaja de Málaga ya que, después de pasarse todo el verano negociando, con tira y afloja, todo hace indicar que el jugador no se siente valorado ni querido por los malagueños.
Tras un verano convulso, con continuas idas y venidas, el futuro de Pablo Almazán está en Zaragoza.
El primer punto complicado en la negociación fueron los años de contrato, y después por el tema de la desvinculación de Uros Tripkovic, quien finalmente parece que estará a las órdenes de Chus Mateo para la próxima temporada. Se había especulado con la posibilidad de que si Tripkovic abandonaba el conjunto cajista, Pablo Almazán estaría seguro entre los elegidos por Chus Mateo para jugar minutos. Pero la situación cambió radicalmente por dos puntos; el primero de ellos es la vuelta de Lima, quien se espera ocupe un papel fundamental en el equipo esta temporada, y segundo que el Unicaja ha hecho saber que si Tripkovic abandonaba el plantel rumbo a Valencia, se ocuparían de buscar a un 4 de garantías para cerrar la plantilla.
Todo esto ha hecho que la paciencia del joven jugador granadino de nacimiento se colme, y tras haber rechazado varias ofertas a lo largo del verano por parte de clubs españoles, se ha decantado por el CAI Zaragoza.
Todo esto ha hecho que la paciencia del joven jugador granadino de nacimiento se colme, y tras haber rechazado varias ofertas a lo largo del verano por parte de clubs españoles, se ha decantado por el CAI Zaragoza.
Así pues Almazán aterriza en el Príncipe Felipe, pero no se olvida de los suyos y tras abandonar al Unicaja afirmaba: “Ojalá pueda volver en un par de años”, palabras pronunciadas en voz de su agente.
Desde aquí solo nos queda desear la mayor de las suertes al canterano cajista en una nueva andadura, donde esperamos tenga minutos para demostrar que si podía formar parte de los 12 de Chus Mateo.
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