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viernes, 29 de julio de 2016

JJOO 2016. Finales históricas (V): Londres 2012

Podría ser el calco de la final olímpica cuatro años atrás, cuando Estados Unidos se impuso 118-107 a España, sin embargo, la final de Londres 2012 tuvo otra serie de alicientes que no tuvo el partido de Beijing. En esta ocasión, el O2 arena se vestía de gala para volver a asistir a la reedición de la final olímpica, quizás en el cómputo global de los Juegos Olímpicos, España no había sido tan superior al resto como lo fue en Beijing hasta llegar a la final, pero sí fue eficaz y supo ser un equipo cargado de experiencia y talento en los momentos importantes.
Foto: RTVE
Tras una primera fase muy irregular, donde el combinado de Sergio Scariolo tuvo la suerte de terminar tercero tras caer ante Rusia y Brasil en los dos últimos encuentros de la primera fase, España supo jugar a su juego, sabiendo sufrir en cada pelota hasta llegar a la final. Las derrotas ante Rusia y Brasil sirvieron al equipo español para despertar de un letargo en el que estaban sumidos desde que comenzó el torneo. España había vencido a China (97-81) y a Australia (82-70) sin deslumbrar. Después vino el partido ante Reino Unido. El equipo anfitrión, tremendamente inferior al español, supo llevar a los de Scariolo al límite y España pudo ganar 79-78 tras un último cuarto infame donde se perdió 19-30 con superlativo Luol Deng. Luego llegaron las derrotas 74-77 ante Rusia y 82-88 ante Brasil. La buena primera fase de estas dos selecciones permitió a España ser tercera y evitar el temido cruce con Estados Unidos antes de tiempo.

España se vio las caras con Francia en cuartos de final, en el famoso encuentro del puñetazo de Nicolas Batum a Navarro. El combinado nacional supo sufrir y terminar venciendo 66-59. En semifinales llegó Rusia, de quien España se deshizo 67-59 gracias a una segunda parte espectacular con parcial 47-28 para los nuestros.

Estados Unidos por el contrario había avasallado a sus rivales. En la primera parte fueron victimas suyas Francia (98-71), Túnez (110-63), Nigeria (156-73), en un partido donde el combinado de Coach K rompió el récord de diferencia en unos Juegos Olímpicos tras ganar a los africanos por 83 puntos. Después vino el susto con Lituania, a quien vencieron 99-94 y a Argentina (126-97).

En cuarto de final fueron los Australianos quieren sufrieron a los americanos (119-86) y Argentina en semifinales de nuevo (109-83).

Así, el 12 de agosto de 2012, España y Estados Unidos se volvían a citar en una final olímpica.

Y España volvió a acertar en el planteamiento del partido ante los norteamericanos. España incluso llevó el partido más al límite que en Beijing. Un ritmo frenético desde el minuto 1 que no paro en los 40 de juego.
A pesar de llegar con hombres tocados, España se sacó de encima todos los complejos -una vez más- y las dudas que había generado durante el torneo para, con Juan Carlos Navarro a la cabeza, plantar cara al equipo invencible. El capitán de la selección es el mejor ejemplo de "lavado de cara" que supuso la final olímpica. La Bomba llegaba a la final con un 6/18 en triples durante el torneo, un pobre porcentaje para uno de los mejores lanzadores de la historia de Europa. Navarro terminó el primer cuarto con 3/3 desde el perímetro.

España supo cubrir los defectos que había tenido en Beijing y que habían provocado rentas de 14 puntos en los americanos. En la final de Londres, salvo Kevin Durant en el segundo cuarto, ningún jugador americano pudo disfrutar como quisiera de la final. Precisamente Durant (que terminó con un 7/10 desde el perímetro la final y se convirtió en el segundo hombre en la historia en anotar 30 puntos en una final olímpica) llevó al marcador la ventaja de 35-27 a favor norteamericana.
Foto: RTVE
Sin embargo, España a base de rebote y de transiciones rápidas (principales armas americanas) conseguía agarrarse al partido y llegar al descanso 59-58 abajo. Quedaban 20 minutos para tratar de logar un sueño ¿imposible?

Posiblemente el momento de partido donde tanto aficionados como jugadores más se creyeron ese milagro fue durante el tercer cuarto, cuando Pau Gasol comenzó a repartir una exhibición de juego yéndose hasta los 15 puntos anotador durante este cuarto. 

Muestra del resultado tan apretado (83-82 al final del tercer cuarto) está en los nervios de ambos equipos durante el último cuarto. Tanto españoles como americanos fallaron los tiros que habían entrado durante todo el partido, con la única salvedad que Estados Unidos pudo 'anotar alguno más'.

Con apenas tres minutos por jugar, Estados Unidos vencía 97-91 con balón para España, pero el error de Pau Gasol y la canasta americana dejaron el partido a punto de caramelo para los de Coach K.
Foto: Twitter

Estados Unidos volvía a ser demasiado para una Selección Española que se había vaciado y había llevado al límite al equipo invencible.

El último minuto sirvió para que Sergio Scariolo diera entrada a Víctor Sada, Fernando San Emeterio y Víctor Claver, los tres integrantes del equipo español que no habían disputado ningún minuto en la final.
Fue el premio al trabajo del equipo. El premio de conseguir otra medalla de plata y el premio de haber vuelto a ofrecer al mundo una cara que únicamente este equipo ha podido ofrecer ante Estados Unidos. España ha conseguido durante dos ciclos olímpicos ser la sombra de un equipo que ha necesitado llevar lo mejor que tenía en la NBA para poder vencer a nuestro particular Dream Team.

El resultado final de 107-100 favorable a Estados Unidos refleja la igualdad del encuentro. Fue una final preciosa. Fue un sueño casi hecho realidad. Fue la derrota más alegre del baloncesto, porque España consiguió, de nuevo, el respeto que solo se le otorgan a los más grandes de cada deporte.

107 - Estados Unidos (35+24+24+24): Chandler (2), Durant (30), James (19), Bryant (17) y Paul (11) -quinteto inicial- Westbrook (3), Williams (6), Iguodala (0), Love (9), Harden (2), Davis (0) y Anthony (8).

100 - España (27+31+24+18): Pau Gasol (24), Rudy Fernández (14), Navarro (21), Calderón (0) y Marc Gasol (17) -quinteto inicial- Sergio Rodríguez (7), Reyes (0), San Emeterio (0), Llull (5), Claver (0), Sada (0) e Ibaka (12).



jueves, 28 de julio de 2016

JJOO 2016. Finales históricas (IV): Beijing 2008

El partido que se disputó en la tarde -mañana en España- del 22 de agosto de 2008 en el Gimnasio olímpico (más tarde Mastercard Center) de Beijing está considerado, por méritos propios, como uno de los mejores partidos de la historia del baloncesto FIBA. Aquella tarde, España demostró al mundo que el mejor equipo que había visto la tierra desde el verano de 1992 podía llegar a ser vulnerable y perder un partido. 
Foto: NY Times
España y Estados Unidos ya se habían enfrentado en esos Juegos Olímpicos. Fue en la primera fase, cuando el combinado dirigido por Aíto García Reneses cayó 82-119 en un partido donde los americanos buscaron constantemente intentar machacar al equipo español. Pero los 12 elegidos por Reneses aprovecharon ese partido para conocer cuáles podían ser los puntos negativos de Estados Unidos.

A la final llegaron por caminos opuestos. Estados Unidos se había deshecho de Australia (116-85) y Argentina (101-81) hasta llegar al partido por la medalla de oro. España había derrotado a Croacia 72-59 y a Lituania 91-86 en un enorme partido del combinado nacional.

Así España decidió ante Estados Unidos que la mejor manera de defenderse de un equipo donde jugaban Kobe Bryant, LeBron James, Dwight Howard, Dwayne Wade, Chris Paul... era atacarles. Durante todo el campeonato se había visto como los diferentes equipos (de nivel) que se habían enfrentado a Estados Unidos trataban de frenar el vendaval a base de imponer una defensa agresiva, que tarde o temprano les pasaba factura y hacía que los chicos de Mike Krzyzewski impusieran su juego y se llevaban por delante al rival, cuando éste andaba ya exhausto por haber tratado de impedir que Estados Unidos hiciera su juego.

Conocedores del juego americano, España atacó a Estados Unidos con sus grandes armas. Transiciones vertiginosas, buscando segundas oportunidades... Rara vez el reloj de posesión bajó de cinco segundos. Si a la inteligencia de plantear así el partido se le suma la calidad del bloque, tenemos el resultado de que España pudiera llegar a ganar en el marcado 19-14 en el primer cuarto. Sin embargo, a la primera unidad española (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Carlos Jiménez), había que darle descanso y esto lo aprovechó el equipo norteamericano para pisar el acelerador en el partido y disponer de sus máximas rentas en todo el encuentro. Estados Unidos vencía 58-44 mediado el segundo cuarto. Era el momento crucial del partido, si España se dejaba llevar, Estados Unidos reventaría el encuentro y la final habría terminado. 

Pero un joven Rudy Fernández no quería terminar con el partido y enchufó dos triples majestuosos que bien podría haberlos firmado el mejor Kobe Bryant y consiguió reducir la renta a menos de 10 puntos (63-54). 
No solo consiguió España dejar el partido abierto al descanso, sino que en la reanudación, gracias a una acción individual de Pau Gasol, España volvía a ponerse a tiro de piedra (67-71). Estados Unidos tenía problemas. No conseguía correr como querían, y además, España corría tanto o más que ellos. 

A pesar del pequeño colchón conseguido por los norteamericanos, España no soltó el partido en ningún momento y mantuvieron una renta por debajo de los 10 puntos el resto del partido. Rudy Fernández olía la sangre y en dos acciones suyas (un pase para que machacara Pau y un triple al contraataque) ponían a España 89-91 en el marcador con 8 minutos por jugar. 


Los americanos tenían la sangre helada. España lo estaba consiguiendo. Una de las últimas acciones que dejó Rudy Fernández sobre la pista es ya una de las canastas más famosas del baloncesto español. Una penetración con Dwight Howard delante, el que por 2008 era el mejor pívot del mundo, sirvió para que el mallorquín reventara el aro y se quedara colgando de él mientras el bueno de Howard trataba de adivinar que había sucedido.

A falta de tres minutos, Rudy fue eliminado y España siguió sin darse por vencida, continuó tratando de creer a base del juego que les había llevado hasta allí... hasta que Kobe Bryant quiso. Un 3+1 de la Mamba puso el 99-108 que sería una losa demasiado grande para el combinado español.

Desde ahí hasta el final, un intercambio de canastas hasta que sonó la bocina final con resultado favorable a Estados Unidos 118-107. Posiblemente una renta mayor de lo que se mostró en el partido. Estados Unidos volvía a lograr la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. El "redeem team" volvería a casa con la misión cumplida. Pero posiblemente aprenderían a valorar, por primera vez en mucho tiempo para un equipo norteamericano de baloncesto, la necesidad de tener en frente a un equipo del calibre de España para que un equipo sea una leyenda. 


Foto: Twitter

miércoles, 27 de julio de 2016

JJOO 2016. Finales históricas (III): Barcelona 1992

Posiblemente cuando uno juegue en la Play Station a cualquier videojuego deportivo tenga tendencia a elegir, o bien a su equipo favorito o bien al mejor equipo –al menos al principio-. Uno espera, como en cualquier ámbito de la vida, ganar, juntar a tus ídolos en un videojuego, hacerlos jugar juntos y creerte que eres el rey del mundo porque eres imbatible.
Foto: Twitter
Chuck Daly tuvo la suerte de que en vez de darle un videojuego le nombraron entrenador de la selección estadounidense de baloncesto para el verano de 1992. Y pudo tener a sus órdenes a un elenco de jugadores que forma el mejor equipo nunca visto sobre una cancha de baloncesto. Daly dirigió a tres de los 10 mejores jugadores de la historia y a nueve de los que están considerados como los cincuenta mejores.

Lo mejor del videojuego al que ‘jugó’ Daly es que no tenía límite salarial, no tenía problemas para elegir uno u otro y eligiera a quien eligiera, iba a ser el mejor del mundo en su puesto, y el segundo mejor del mundo iba a ser su suplente.

Daly se llevó a Barcelona, para disputar los Juegos Olímpicos a Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Charles Barkley, Clyde Drexler, Pat Ewing, Karl Malone, Scottie Pippen, David Robinson, John Stockton, Chris Mullin y Christian Laettner.

Tras haber arrasado, literalmente, a todos y cada uno de sus rivales en el torneo olímpico, deshaciéndose 116-48 de Angola, 127-83 de Brasil, 103-70 de Croacia, 122-81 de España, 111-68 de Alemania en primera ronda, ganaron 115-77 a Puerto Rico en cuartos de final, 127-76 a Lituania en semifinales y se encontraron con la Croacia de Drazen Petrovic en la gran final.

Croacia había hecho un gran torneo, ganando 73-64 a Angola, 93-76 a Brasil, 88-79 a España, 99-78 a Alemania y cayendo en primera ronda ante Estados Unidos. En cuartos de final ganaron 98-65 a Australia y en semifinales se habían deshecho 75-74 del equipo unificado –nombre bajo el que competía ya ha fragmentada URSS-.

Aquella selección croata contaba, además de con Petrovic, con Kukoc, Perasovic o Radja, el bloque que en 1990, todavía bajo el nombre de Yugoslavia, había ganado el campeonato del mundo.

La final comenzó como cualquier partido del Dream Team. Agresividad, colectivo, defensa individual y magia. En el minuto 5 de encuentro ya dominaban 14-4 a Croacia. Sin embargo, muestra del potencial del equipo balcánico, con unos enormes Petrovic y Kukoc, secundados por Arapovic, supieron darle la vuelta al marcador y ponerse con ventaja 23-25 a falta de 9:40 para el descanso. Por primera vez en todo el torneo olímpico, Estados Unidos estaba por detrás en el marcador.

La “broma” no gustó al Dream Team, que con unos grandes minutos de David Robinson, secundado por Barkley, Drexler y Mullin, devolvieron la ventaja 50-36 a favor del combinado norteamericano que fue insalvable para los croatas. A pesar de conseguir no perder definitivamente el partido y estar siempre en márgenes sobre 12-14 puntos, nunca pudieron reducir la ventaja ni dar sensación de poder poner en aprietos a los americanos. Con ventaja 56-42 a favor del Dream Team se alcanzaba el descanso.
Foto: elrincondelacanasta.blogspot.com

Sin embargo, la cuerda que intentaban estirar los croatas se rompió al inicio de la segunda parte, fruto del desacierto en el equipo balcánico. Estados Unidos mandaba 67-46 en el minuto tres de la reanudación.

Más allá de unos minutos donde Petrovic y Jordan parecieron mantener un ‘uno contra uno’, Estados Unidos sin forzar la máquina se divertía a base de ampliar su ventaja, ya celebrando en el banquillo la medalla de oro. Sin dejar de defender en ningún momento, los norteamericanos llegaban a mandar por 30 puntos a falta de siete minutos para el final.

Con el partido cerrado, tanto Daly como Petr Skansi decidieron introducir cambios para que disfrutaran de minutos los menos habituales. En el caso de Estados Unidos es especialmente llamativo, puesto que en el momento que Daly retiró de la pista a Magic Johnson y a Larry Bird, posiblemente sin saberlo, estaba ‘retirándoles’, puesto que ambos jugadores anunciaron poco después su retirada.

En el caso de Magic Johnson, por la ya conocida enfermedad del VIH –aunque cuatro años más tarde reaparecería- y en el caso de Larry Bird por sus problemas en la espalda.

El partido terminaría con el marcador de 117-85 favorable al mejor equipo de la historia. Estados Unidos ofreció en el verano de 1992 la demostración de la más absoluta superioridad sobre el rival. Ganaron la medalla de oro en un torneo donde promediaron 117 puntos en los 8 partidos disputaron y vencieron a sus rivales por una ventaja de 40 puntos. El público, y España en particular, pudo asistir a un espectáculo que nunca volverá a ver… salvo que se compren la Play Station.


ESTADOS UNIDOS 117 - “Magic” Johnson (11), Jordan (22), Pippen (12), Malone (6), Ewing (15), Drexler (10), Barkley (17), Mullin (11), Robinson (9), Bird (0), Stockton (2) y Laettner (2).

CROACIA 85 - Petrovic (24), Radja (23), Kukoc (16), Komazec (4), Arapovic (7), Perasovic (6), Naglic (2) y Gregov (3)

martes, 26 de julio de 2016

JJOO 2016. Finales históricas (II): Los Angeles 1984

Con casi total seguridad, la final de los Juegos Olímpicos 1984 no es un partido épico para el baloncesto mundial. Posiblemente no sea ni siquiera un buen partido, sin embargo, supone la fecha de partida para el baloncesto moderno español. El 10 de agosto de 1984 cambió para siempre la historia del baloncesto nacional. Nuestro baloncesto, tal y como se conoce hoy en día, tiene su punto de partida en aquella generación que se plantó en los Juegos Olímpicos y se cargó a Yugoslavia para enfrentarse, independientemente del resultado, a la selección que lideraba el mejor jugador de todos los tiempos, Michael Jordan.

Foto vía basketballtrademarcoshernandez2.blogspot.com
Para llegar a hablar del partido jugado el 10 de agosto en el Forum de Inglewood, hay que hablar del torneo que había hecho España. Para empezar, a la cita no acudió el archienemigo de Estados Unidos. La Unión Soviética había decidido boicotear la cita olímpica como respuesta al previo boicot americano a los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú. Así, a pesar de la ausencia de la URSS, el otro gran favorito para disputar la final olímpica no era, ni mucho menos, España.

Tras una primera fase impecable, donde España ganó a Uruguay (107-90), Francia (97-82), China (103-82) y Canadá (83-82). Únicamente cayó ante Estados Unidos (68-101). Sin embargo, la agónica victoria ante Canadá permitía a España clasificarse como segunda de grupo y evitar a los temibles norteamericanos hasta una hipotética y soñada final.

Tras deshacerse 101-93 de Australia en cuartos de final, España se citaba con el otro gran favorito en la cita olímpica, la Yugoslavia de un joven Drazen Petrovic. España comenzó mal el encuentro, llegando 35-40 abajo al descanso. Sin embargo, una segunda parte antológica, y liderados por los 16 puntos de Margall, dieron el pase a España a la gran final de unos Juegos Olímpicos tras imponerse 74-61.

En la final esperaba el anfitrión, Estados Unidos quería volver a ser campeón olímpico tras su ausencia cuatro años antes en Moscú. El partido en sí no tuvo historia. Totalmente decantado desde el primer minuto, los americanos llegaron al descanso con ventaja 52-29 para terminar el encuentro ganando 96-65. España no pudo plantar cara al elenco de -todavía- jugadores universitarios que se presentaron allí. Michael Jordan, Wayman Tisdale, Chris Mullin o Pat Ewing fueron demasiado para los hombres que encabezaba Antonio Díaz-Miguel.
El pase a la final supuso más que un triunfo. España conseguía una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos con la que pocos soñaban. Los jugadores se convirtieron en héroes, algo hasta entonces inigualable. A fecha de hoy, aquellos componentes de la Selección española siguen teniendo un protagonismo en el baloncesto cotidiano que no ha tenido ninguna otra generación de baloncestistas hasta la fecha. Aquellos hombres encabezados por Juan Antonio San Epifanio "Epi" y Fernando Martín hicieron historia. Ignacio Solozábal, Fernando Romay, Josep María Margall, Juanma López Iturriaga, José Luis Llorente, Andrés Jiménez, Juan Domingo de la Cruz, Juan Antonio Corbalán, Fernando Arcena y José Manuel Beirán, posiblemente sin saberlo, cambiaron la historia del baloncesto español.

96 - ESTADOS UNIDOS: Jordan (20), Tisdale (14), Perkins (12), Alford (10), Ewing (9), Fleming (9), Robertson (6), Wood (6), Kleine (4), Mullin (4) y Koncak (2)

65 - ESPAÑA: Jiménez (16), Martín (14), Margall (10), Corbalán (6), Iturriaga (6), Romay (5), Arcega (2) y Llorente (2)

lunes, 25 de julio de 2016

JJOO 2016. Finales históricas (I): Munich 1972

Los Juegos Olímpicos de Munich 1972 serán recordados por varias cosas. La primera por el trágico acontecimiento del 5 de septiembre, cuando en plena celebración de los Juegos, ocho terroristas palestinos asesinaron a un total once atletas israelíes y a un oficial de la policía de Alemania Occidental. Pero también serán recordados por gestas como la de Mark Spitz, que ganó siete medallas de oro en natación o por ser los primeros Juegos Olímpicos que tuvieron máscota (Waldi, un perro).
rogerrequenablog.wordpress.com
La otra gran gesta de aquellos JJOO la protagonizó el equipo soviético de baloncesto, que rompió una hegemonía que duraba desde 1936 y que extendía el reinado americano en este deporte a lo largo de siete Juegos Olímpicos. Aquel partido que los americanos siguen considerando como 'el robo del siglo' supuso el alivio de un régimen que se veía por aquel entonces invencible.

Fue el 27 de agosto de 1972, en el Rudi Seldmayer Halle de Munich cuando la Unión Soviética pudo ganar a su gran rival (en cualquier faceta, llámese en cuestiones militares, de educación, de ciencia...) en baloncesto. La URSS había perdido cuatro finales olímpicas ante los americanos y necesitaba, como si fuera una cuestión de estado, ganar esta vez.

Durante todo el torneo, Estados Unidos, que había ganado los siete campeonatos previos disputados, había 'cambiado' su estilo. Entrenado por Henry Iba, el combinado americano había girado hacia un sistema altamente defensivo, mientras que fueron los soviéticos quienes sorprendían a todos con un imponente juego de ataque.

En aquella final, el dominio inicial fue de los soviéticos, que les permitió llegar al descanso con una ventaja de cinco puntos. Thomas Henderson, escolta por aquel entonces de Estados Unidos, definió la final  en una simple frase: "Deberíamos haber corrido, y corrimos detrás de los soviéticos". A base de velocidad, Estados Unidos estaba contra las cuerdas ante su archienemigo.

Cuando el partido comenzaba a agonizar, con menos de un minuto por disputarse, la URSS vencía 49-48 y comenzaba a ver que su maldición estaba muy cerca de concluir, hasta que Doug Collins robó un balón y fue interceptado mediante una falta. El joven jugador consiguió sobreponerse a la tremenda presión que se vivía para anotar ambos tiros libres poniendo el 50-49 favorable a los norteamericanos.
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Cuando los soviéticos fueron a poner el balón en juego, el reloj indicaba que faltaba un segundo por jugar, sin embargo, desde el banquillo que dirigía Vladimir Kondrashin protestaron alegando que habían pedido tiempo muerto entre el primer y el segundo tiro libre de Collins, por lo que el reloj debía marcar tres segundos. Así pues, tendrían ese tiempo para buscar una canasta.

Los soviéticos sacan de fondo, buscando la canasta que les de la victoria, sin embargo, fallan y los americanos celebran su octavo oro olímpico sobre la pista. Es en ese momento cuando la URSS comienza a protestar airadamente y provoca que Williams Jones, Secretario General del COI baje a la mesa de anotadores y dictamine que el reloj no se había ajustado bien y que por ello, los rusos deberían disponer de otra oportunidad, con tres segundos en el reloj, para buscar la canasta de la victoria.

No había una nueva oportunidad. Los soviéticos debían anotar en tres segundos para conseguir colgarse la medalla de oro al cuello y no volver de vacío a casa. A pesar de la 'contra-protesta' americana, la decisión de Jones fue inamovible y los soviéticos dispondrían de tres segundos... que marcarían un antes y un después en la historia del baloncesto.

Ivan Edesho sacó de fondo con un pase que atravesó toda la pista consiguiendo conectar con Aleksander Belov, que se deshizo de dos rivales norteamericanos para anotar, sobre la bocina, la canasta que ponía el 51-50 favorable a la Unión Soviética.

Mientras unos celebraban, los americanos protestaron al árbitro y más tarde, presentaron una apelación oficial, consiguiendo formar una comisión de cinco miembros que decidirían si darle la victoria final a la URSS o devolvérsela a Estados Unidos. Finalmente, la comisión decidió por tres votos a dos, mantener el triunfo en manos soviéticas. Es aquí donde se escribe otro capítulo del 'robo del siglo' para los americanos, ya que los tres votos favorables a la URSS procedían de Hungría, Cuba y Polonia, tres países totalmente afines a la URSS (los otros dos eran Puerto Rico e Italia).

Aquella final escribió un capítulo histórico en el olimpismo, puesto que los americanos se negaron a recoger la medalla de plata. Una medalla que a día de hoy continúa en una caja fuerte de Zurich, esperando que alguien las reclame, aunque no parece que nunca vaya a ocurrir. Ken Davis, base del equipo norteamericano, hace unos años dijo que "he puesto en mi testamento que mi esposa y mis hijos no puedan nunca recibir la medalla de los Juegos Olímpicos de 1972".

viernes, 22 de agosto de 2014

Partidos Históricos (V): Serbia vs Turquía (Turquía 2010)

En el último capitulo de los partidos históricos de los Mundiales no queríamos dejar uno de los partidos más emocionantes del último mundial que se disputó en Turquía. Una de las semifinales trajo a la selección serbia, que llegaba de eliminar a España y estaba viviendo el renacer de esta selección con jugadores talentosos como Teodosic, Krstic o Bjelica ante la anfitriona, la selección turca, que estaba ante su última esperanza de hacer algo grandioso con la mejor generación de jugadores que ha tenido este país: Turkoglu, Ilyasova, Tunceri y compañia.

Foto: FIBA
Fue un partido muy vibrante y emocionante desde el primer minuto donde el juego con mucho contacto e intenso era la tónica del partido. El marcador siempre estuvo comandado por los serbios, liderados por un Teodosic excepcional, sumado a la gran aportación de Krstic y Savanovic desde la pintura y Keselj desde la línea de 3, a pesar de que Turquía siempre lograba contrarrestar gracias a jugadores como Onan, Tunceri, Arslan o Turkoglu.

El primer cuarto fue dominio absoluto de Serbia. Los de Ivkovic salieron más entonados que los turcos. Un 15-8 en los primeros seis minutos tras un triple de Velikovic marcaron las primeras diferencias, pero los turcos reaccionaron a tiempo gracias a un Turkoglu enchufado con 7 puntos en ese cuarto. Serbia se fue al primer cuarto con ventaja en el marcador (20-17).

En el segundo la cosa parecía distinta cuando Turquía ajustó más el partido gracias a su defensa, su garra y su acierto, en la primera mitad del cuarto, pero los serbios volvieron a coger las riendas del partido. La aparición de Dusko Savanovic fue clave (con siete puntos seguidos del 26-25 al 33-25) permitió a Serbia irse al descanso con una ventaja favorable. El liderazgo de Teodosic y la aportación de Keselj y Krstic fue fundamental (42-35).

Tras la reanudación, el partido fue un tira y afloja: los serbios se querían marchar del marcador, pero los turcos no cedieron en ningún momento y lograban remontar la renta que obtenía su rival. Jugadores como Onan, Ilyasova o Erden cogían protagonismo en la selección anfitriona. Por parte de Serbia, seguían liderando los jugadores que hemos mencionado anteriormente. Con un 63-60 el marcador y diez minutos por delante, todo podía pasar.

El último cuarto marcaba el mismo guión que los anteriores cuartos: Serbia lograba una renta de 6 puntos (75-69, min 36) y Turquía lograba reaccionar a tiempo, a base de carácter y orgullo. El estar en casa y el poder jugar la final del Mundial en casa, era un motivación extra.

Un parcial de 0-9 de los de Tanjevic abría a un final de infarto. Los últimos dos minutos fue de infarto: una dura falta de Teodosic a Asik enviaba a los tiros libres al turco a 1:17 del final (que no pudo seguir y los tiros libres los tiró Arslan). Logró anotarlos poniendo el 77-79

Los segundos pasaban: muchas indecisiones, faltas etc. Un triple errado de Turkoglu tras el tiro libre anotado por Krstic, daba una gran oportunidad a Serbia. Un triple que falló Teodosic y el la falta que recibe Keselj en el rebote ofensivo, daba dos tiros libres que no falló. 80-79 a 28 segundos del final. Los turcos no dudaron en su ataque, una división de Tunceri para el 2+1 finalizado en mate de Erden (quinta falta de Krstic) ponía el 80-81 para el equipo anfitrión a 16 segundos. Serbia consiguió el balón tras el fallo de Erden desde la línea de 4.60 y Serbia obró milagro en su último ataque: buen movimiento de balón que acabó con canasta de Velikovic a 4.3''.

Tanjevic gastó su última bala en el tiempo muerto y obró el milagro turco, recibe Turkoglu la bola, busca a Tunceri en la esquina, pase a la mano y el base no dudo en ir hacia canasta, que sin oposición logró anotar la bandeja que ponía por delante a 0.4'' del final. 82-83 en el marcador.

Serbía tuvo su última opción con un alley-oop desde el medio campo, pero Velikovic recibió el tapón de Erden y Turquía lograba el pase a la final del Mundial del 2010.

Os dejamos con las mejores imágenes de un partido para la gloria del baloncesto turco (que logró quedar subcampeona del mundo tras perder la final ante los Estados Unidos liderados por Kevin Durant):


jueves, 21 de agosto de 2014

Partidos históricos (IV): España vs Grecia (Japón 2006)

Tras ganar a Argentina en semifinales, España se colaba en la final para jugar frente a Grecia pero con una gran incógnita. ¿Rendiría España como durante todo el campeonato con la baja de Pau Gasol? La respuesta, un sí rotundo.


Ya comentamos ayer como fue el pase de los españoles a la semifinal. Fue todo una hazaña, pero no hay que quitarle importancia al pase de los griegos. Los Papaloukas, Spanoulis, Diamantidis, Fotsis o Kakiouziz derrotaron a Estados Unidos en los que entre los integrantes se encontraban Lebron James, Chris Bosh, Dwayne Wade o Carmelo Anthony. 

La noticia del partido era la lesión de Paul Gasol y el rendimiento que iba a ofrecer la selección si él, pero otro Gasol tomó las riendas del partido. La selección española saco todo el orgullo y casta que tenían para llevarse el partido, y el resultado lo dice todo, 70-47. Dominio total del partido durante los 40 minutos de partido.

El inicio de partido fue muy igualado. Al principio las defensas se hacían importantes en el juego, pasaron dos minutos para ver la primera canasta en juego, el protagonista fue Felipe Reyes. Desde entonces, Navarro fue el máximo artillero de la selección española en el primer cuarto con 7 tantos. Por parte griega, Fotsis era el jugador más destacado con 5 tantos. El resultado del partido en estos primeros 10 minutos era de 18-12 a favor de los de 'Pepu' Hernández. 

En el segundo cuarto fue cuando las ventajas comenzaron a llegar. La entrada de Jorge Garbajosa al partido fue espectacular, metió 3 triples en este cuarto y la selección española se iba en el marcador. Los griegos no podían anotar y los españoles veían el aro como un pozo de grande. 

La reanudación, el ritmo del partido era el mismo que en el del segundo cuarto. La inercia del partido era favorable para los jugadores de la selección española que seguían anotando con facilidad, tanto desde la línea de 6.25 como acciones de dos puntos. En poco tiempo lograron rentas de 20 puntos, dejando el partido casi sentenciado antes del último cuarto. El cuarto terminaba con un triple de Jorge Garbajosa sobre la bocina y dejaba el marcador 54-34.

El último cuarto fue puro trámite. La selección española tenía el partido bajo su control, pero seguía compitiendo al mismo nivel. Navarro y Garbajosa siguieron con su particular show de triples y por medio apareció el juego vertical del entonces jovencísimo Sergio Rodríguez. A falta de 4 minutos del final la selección comandaba en el marcador por 66-38. Entonces los griegos comenzaron a maquillar el marcador. 'Pepu' quiso dar la oportunidad a todos los jugadores delante de un emocionado Pau Gasol en la que vivió el partido intensamente. 

Partido histórico para el baloncesto español, en los que los Junior de oro se hicieron adultos y de ahí fueron a la gloria. 

Os dejamos con el partido integro que marcó un antes y un después en el baloncesto español:

miércoles, 20 de agosto de 2014

Partidos históricos mundialistas (III): Argentina vs España (Japon 2006)

Mundial de 2006 en Japón. Semifinal frente a la selección de Argentina que venía de ser derrotado frente a los Yugoslavos. Las dos selecciones con gran potencial realizaron un espectacular partido que hasta los últimos segundos de partido no se decidió. 


La primera vez que la selección española llegaba a una semifinal de un campeonato del mundo y no iba a defraudar esa final. Por contra, los argentinos se presentaban por segundo mundial consecutivo en la antesala de la final. Ginóbili, 'Pepe' Sánchez, Prigioni, Scola, Oberto o Nocioni se enfrentaban a unos jóvenes, hermanos Gasol, Calderón, Rudy Fernández, Garbajosa o Sergio Rodríguez. Las dos selecciones se colaban en la semifinal después de ganar en cuartos a Turquía y a Lituania. 

El partido comenzó con un parcial de 13-2 a favor de los de Ruben Magnano. Nocioni y Ginobili comandaban a esta selección hasta que la pareja Pau Gasol y Jorge Garbajosa comenzó a carburar. El final del primer cuarto terminó siendo favorable para los argentinos por 15-21.

Tras el segundo cuarto, el partido fue igualándose y cobrando el ritmo que convenía a la selección española. Tras una serie de triples entre Prigioni y Hermann, los mates de Rudy Fernández, las actuaciones individuales de Sergio Rodríguez y el carácter de Pau Gasol el partido se ponía a favor de los de 'Pepu' Hernández por 40-38.

En la reanudación, el juego argentino se centro mayormente en dos seguros bajo los aros. Oberto y Scola comenzaban a anotar y a entrar en partido, pero en frente suyo tenían a otro gran interior con mucha hambre de ganar. Garbajosa era el hombre que más destacó durante el tercer cuarto. La defensa argentina no podía parar a este jugador por el exterior, pero es que penetrando tampoco y las rentas de ventaja seguían siendo a favor de los españoles, por mínimas que fuesen. Manu Ginobili no les dejaba a nuestros jugadores irse del marcador. El tercer cuarto terminó 60-56 a favor de España.

El último cuarto fue totalmente espectacular. Los hombres más importantes de cada equipo no se rajaron y comenzaron a participar en las jugadas importantes. Nocioni corría, Scola reboteaba y Ginobili anotaba. Por parte de la selección española, todos los jugadores aportaban. A falta de 4 minutos para el final, la diferencia para los jugadores españoles era de 5 puntos, pero la sensación del partido era que la selección española tenía el control total del encuentro. Pero la selección argentina no dio su brazo a torcer. Un triple de Ginobili ponía la diferencia a 2 puntos en el encuentro y Pau Gasol se lesionaba el tobillo. Era una grandísima pérdida para la selección española, perdía a su máximo referente. A 25 segundos para el final, España mandaba 74-72 en el marcador, pero dos tiros libres de Scola igualaron el choque. Acto seguido, Calderón tuvo dos tiros libres; tras anotar uno el encuentro se mostraba 75-74 a falta de 19 segundos para el final. Magnano decidió jugarselo con Ginobili, tras un aclarado encontró solo a Nocioni en la esquina de 6.25, lanzó y no entró. España estaba en la final del campeonato del mundo.

El destino fue caprichoso con Argentina y agradecido con España. La baja de Pau Gasol suponía un duro golpe para enfrentarse a los griegos que batieron a Estado Unidos. Pero esta es una nueva historia que mañana os la contaremos.

Os dejamos con el partido integro:

 
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