El encuentro se erigía como una de las grandes incógnitas, y es que ambos equipos demostraron durante la totalidad de la contienda que atesoraban armas suficientes para llevarse el triunfo, sacando a relucir tanto uno como otro una labor coral en ambos lados de la cancha que bien eran dignas de mención. Sin embargo, dada la igualdad del mismo, el resultado final se veía predestinado a decidirse en los últimos instantes, y fue ahí donde la Bruixa D'Or dio buena cuenta de su sangre fría para vencer a un UCAM Murcia impotente ante la intensidad y sobriedad de su rival.
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En los locales, destacaron las figuras de Darryl Monroe (22 puntos, 6 rebotes), Marcus Eriksson (16 puntos, 20 valoración) y Salva Arco (11 puntos), mientras que en los murcianos sobresalieron Jordi Grimau (13 puntos), Kim Tillie (14 puntos, 8 rebotes) y Ben Romdhane (11 puntos).
Nada más producirse el salto inicial, era la Bruixa D'Or quien haciendo gala de su condición de local, tomaba las riendas del encuentro apoyados en una pluralidad ofensiva y un acierto que bien pillaba por sorpresa al combinado visitante, que de la mano de Augusto Lima y Rodrigo San Miguel conseguía mantener a raya a su rival, a la par que veía como Monroe se entonaba conforme pasaban los minutos. De esta manera, independientemente de ser los hombres de Borja Comenge quienes daban sensaciones de solidez y dominio, el marcador seguía parejo una vez concluido el primer período (24-20).
Aunque la tónica del partido parecía intacta a la vista en los primeros compases, el juego exterior de los locales, con Eriksson (8p) y Giannopoulos (7p) como protagonistas, era un auténtico quebradero de cabeza para Óscar Quintana, que sufría de la superioridad del contrincante pese a las continuas acometidas de los suyos. La contienda se veía caracterizada por un "toma y daca" continuo, en el cual ninguno de los dos lograba imponer su ley debido a lo espontáneo de la inspiración ofensiva de tanto de uno como de otro. Hasta que en la recta final, el juego interior manresano hacía de las suyas, y secundado por un incisivo Salva Arco (8p), ponía tierra de por medio cuando era hora de marchar rumbo a los vestuarios (48-38).
El inicio segunda parte parecía ser una continuación de lo visto hasta el momento, siendo Darry Monroe el amo y señor de la zona (14p), hasta que en cuestión de minutos, el UCAM Murcia cambiaba radicalmente las tornas del encuentro, consumando un parcial de 4-12 en el que Dwayne Davis (8p) y Jordi Grimau (11p) aniquilaban sin piedad desde el perímetro, ayudados por un Kim Tillie (11p) con el que finalmente lograban incluso ponerse por delante. La labor coral de la escuadra murciana empezaba a dar sus frutos, reflejando el equilibrio dentro-fuera en cuanto a anotación se refiere. Pero la Bruixa D'Or tomó muy en consideración la reacción rival, echando mano de la dupla interior Monroe-Arteaga para dejar claro que lo visto antes no era ni mucho menos un espejismo. De esta manera, pese a la irrupción de Romdhane (11p), nos íbamos al último cuarto con todo por decidir en el Nou Congost (63-61).
La igualdad predominaba sobre la cancha, y si bien es cierto que el ritmo anotador estaba descendiendo paulatinamente, el gen competitivo impuesto por ambos conjuntos era palpable, dando buena cuenta de la importancia del enfrentamiento. Aunque los visitantes amenazaban con romper el partido, pronto veríamos a los locales responder a las embestidas de Lima y Tillie con unos Eriksson y Monroe omnipresentes, que auguraban un final emocionante. Pero fue una vez llegados a la hora de la verdad cuando Manresa sacó a relucir una determinación y mente fría que que contrastaba totalmente con lo visto en los murcianos, que se chocaban contra el muro defensivo rival, desapareciendo totalmente la fluidez ofensiva vista hasta el momento, que terminaban por sepultarles, ya que eran Eriksson (16p) y Waters (8p) quienes sentenciaban el encuentro cosechando la cuarta victoria en lo que llevan de curso (84-74).
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