Ese crack llamado Navarro

Siempre ha jugado de forma excepcional, sabe cuando el equipo necesita de su talento e inteligencia. Ejerce de desatascador dando esa confianza al resto del equipo cuando este se encuentra falto de ideas. Sin duda es uno de los pilares de esta selección, no solo a nivel profesional sino también en lo personal, jugador principal del Barcelona y sería el mejor jugador de la historia española sino fuese por la existencia de un superclase y amigo suyo llamado Pau Gasol.

Ayer demostró una vez más por qué es el capitán de esta selección. Pongámonos en situación, llegamos al descanso con un juego bastante errático y carente de lucidez, así pues en la segunda parte era necesario un cambio de actitud por parte de los nuestros, y en ese momento apareció Navarro. Minutos después rompió el partido. Metió 17 puntos en el tercer cuarto, todos ellos triples a excepción de un tiro de dos. Solo había que girarse a ver al banquillo para ver el júbilo en sus caras. Celebraciones desde la banda invadiendo a veces la pista fueron reprimidas por los árbitros, que avisaron de que si se volvían a repetir esas inrrupciones en el parqué se saldaría con una técnica. Juan Carlos lo volvió a hacer, pese a una primera mitad en la que acusó la asfixiante defensa del rival, nuestro número '7' aprovechó todos los momentos en los que le daban un metro para convertir cada tiro desde la línea de tres en un triple que hundía cada vez más al rival.

Por otro lado su enfrentamiento con Goran Dragic calentó el partido y desmotró que también es el "capi" a la hora de defender a uno de los miembros de esta segunda familia que es la selección. En un lance del partido José Manuel Calderón cayó sobre el pie de Dragic torciéndose su tobillo izquierdo. Ahí Navarro no dudó un segundo en defender a los suyos, fue directo a reprocharle ese lance a dicho jugador recriminándole la intencionabilidad del acto. Esto acabó con sendas antideportivas para ambos jugadores, pero Navarro marcó territorio dejándo bien claro que "a sus chicos" hay que respetarles de la misma forma que lo hacen con él. Sí que es verdad, Navarro cuando se enfada tiende a enfuscarse y en esos momentos es el único instante en el que no es efectivo, por lo que con este lance se alzaron algunos fantasmas de como afectaría a nuestro crack catalán. Pero no fue así, 'Juanki' supo olvidarse de aquel encontronazo y siguió metido en el partido. Marcó las diferencias que se reflejaron en el marcador ganándose un más que merecido descanso en el último cuarto.

Sin duda, Juan Carlos es uno de los mejores jugadores que hemos tenido en la selección, su compromiso y sus ganas de llevar al equipo a lo más alto le han hecho ganarse un más que merecido respeto por aficionados, rivales y sus propios compañeros. Tiene carácter y a la vez la capacidad de contagiarlo a los demás, el mejor ejemplo de esto fue el encontronazo que tuvo con Daric, ya que al siguiente triple que metió el banquillo lo celebró como si fuese una canasta ganadora. Consiguió lo que se propuso, que el equipo tuviese ganas de demostrar de qué es capaz el equipo y vengar a la vez el toque con Calderón.

Y es que ese don para clavar todos aquellos tiros que lanza son su sello de identidad. Lejos quedan las entradas en la canasta sin tablero que le regaló su padre y por el que desarrolló ese estilo de juego tan particular como son las 'bombitas'. No nos damos cuenta de su efectividad hasta que falla alguna canasta, que entonces es cuando caemos en la cuenta de que los jugadores antes de que el balón haya salido de sus manos ya están bajando a defender confiando totalmente en que ese tiro va dentro.

Es absurdo saber que habría sido de la selección en el caso de no tener a Juan Carlos, pero lo que sí estamos seguros es de lo mucho que ha aportado al equipo. Es una de las voces que más se escuchan dentro del vestuario y es el referente para el aficionado para que saque al equipo adelante con su festival de puntos. Posiblemente ahora no se le valore en todo su explendor, pero cuando ya no esté, cuando ya no lo podamos disfrutar le echaremos y mucho de menos. Lo que sí podemos asegurar al cien por cien es de la cantidad de buenos momentos que nos ha hecho pasar y, más importante aun, todos los que nos quedan por disfrutar. Gracias Navarro.