El Blancos de Rueda Valladolid termino la temporada pasada eufórico en cuanto a resultados, no así en lo referente al apartado económico-social, empezando por los problemas de cobro de los jugadores y empleados, que a día de hoy parece que prosiguen, y continuando por la marcha de jugadores clave (Báez, Slauhgter, Van Lacke, Stanic, y algo antes Barnes), y el habitual tira y afloja de la directiva con Fisac, que cuando parecía quedarse, se fue a tierras Fuenlabreñas.
Con estos mimbres, siendo muy tarde, todo a la carrera, Casimiro a muy última hora, y después, los jugadores, ya con cas todos los equipos cerrados, se trae lo que se puede, la economía no da para más.
Y para colmo, la piedra angular del proyecto (Hernández –Sonseca), no llega a firmar por una lesión, su sustituto con problemas de transfer, al igual que Toure.
A partir de ahí, un cúmulo de desdichas con jugadores como Bagaric, Umeh, que no se adaptan al equipo ni a la ciudad, refuerzos de ultima hora que llevan meses en el dique seco, y lo que termina, para mi gusto de hundir la nave, la lesión en Fuenlabrada de Dumas, el timón al que agarrarse.
Y es que a perro flaco…
Después de ver durante toda la primera vuelta a un equipo con esos problemas, y que encima carece de alma, de identidad, que hace aguas en defensa, que en estático le cuesta un mundo anotar, que el entrenador parece que no encuentra la clave ante equipos paupérrimos como Murcia, que no da la cara cuando le vienen mal dadas, que tiene partidos como el de Bilbao en la mano y le deja escapar, la grada se harta, manda un mensaje a la directiva, y se toma la decisión de siempre, el entrenador a la cola del paro.
Casimiro, que aunque parecía perdido en muchas ocasiones, jamás se ha justificado ante el cúmulo de desdichas de esta temporada, y creía capaz de sacarlo adelante, pero no ha sido de la misma opinión el Club.
Tras barajarse varias opciones, al final, el técnico de la casa, diez años como segundo entrenador le avalan, gran diseccionador de partidos, aprendiendo de los mejores, poca experiencia como primer entrenador de equipos senior, campeón de España júnior, Roberto González da un paso al frente de la nave morada, con humildad, poniendo el ejemplo de Xavi Pascual, un desconocido hasta hace nada, y cuya única meta es el trabajo y la paciencia para reflotar este proyecto.
A la espera de un director de juego que termine de reforzar la plantilla, y que no parece que vaya a llegar, ya que el mercado esta complicado, ha hecho retoques en la defensa, y ajustes en ataque, que de momento no han dado los resultados deseados ante rivales complicados como son Lagun Aro, Unicaja y Caja Laboral.
Bien es cierto que el equipo ha mejorado notablemente en defensa, que los fichajes como Borchardt parece que empiezan a entonarse, Nacho Martín vuelve a tener peso en el equipo, Udrih es mas incisivo en ataque, Sonseca se asienta, pero Robinson y Toure están en un momento delicado en la aportación que si tenían al principio de temporada.
A ellos se une con ficha, aunque parece que solo para ayudar en los entrenamientos, el joven canterano del Madrid Víctor Arteaga, un pívot con mucha proyección, que ha debutado en Euroliga, y que tiene buenas estadisticas en Eba.
Por tanto, a dos victorias de los puestos de la salvación, el equipo tiene pocas opciones de salvación, pero nunca se sabe, los rivales ya no importan, solo si son capaces de ganar, sobre todo los dos próximos partidos en casa (Alicante y Manresa), podría vislumbrar una luz al final de un larguísimo y tortuoso túnel.