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domingo, 10 de abril de 2016

Playoffs de Euroleague: Baskonia contra PAO

Los emparejamientos de los playoffs por los cuatro puestos en la Final Four de Múnich son una trampa para aquellos que consideren que la superioridad de los equipos del Grupo  F permitirán ver unas entregas descafeinadas de unas eliminatorias que siempre se presentan como lo mejor de la Euroliga y que dejan, cuando finalizan,  un sabor escaso en los aficionados que piden más como el sediento pide más agua cuando se le quita la botella. Y es que, si la F4 es el punto culmen, los playoffs son el pedestal de la columna en la que se asienta el éxito.

Llama la atención que Baskonia se haya clasificado segundo con 9 victorias y 5 derrotas y que PAO también lo haya hecho en los mismos términos en un grupo distinto: 5 derrotas y 9 vitorias, pero tercero. La diferencia en los grupos ha sido notable y el PAO ha tenido momentos en los que la afición ha cuestionado a su entrenador, Aleksandar Djordjevic, que ha tenido que varia los esquemas de exigencia en sus jugadores para seguir teniendo un equipo competitivo y motivado. En el otro lado, Perasovic ha hecho de un equipo de bajitos un conjunto muy unido gracias a la aportación del líder del equipo, Bourousis. Este entrenador, que se caracteriza por su exigencia y por un control férreo de juego, también ha variado sus esquemas para dar libertad a los jugadores dentro de un orden que pasa por la ejecución de los sistemas a una velocidad extrema, proporcionando a la competición algunos de momentos más emocionantes y bellos que se pueden disfrutar en el baloncesto actual. Sin embargo, más allá de la velocidad, es la capacidad de Perasovic para crear un grupo compacto, una autentica jauría de lobos, lo que ha hecho del Baskonia una franquicia temible.

Dentro de esta jauría, donde todos se comportan conjuntados como animales de presa cuando defienden y atacan, destaca el líder por encima del resto. Bourousis ha promediado 14.7 puntos para 24 minutos y medio de juego con 8.9 rebotes de media en los 14 partidos del TOP 16. Mas los triples, esos balones que parece que están hechos para él y cuyo valor estadístico es de un 34%, y que ha relegado a jugadores específicos para esa tarea, como Corbacho, al banquillo. Pero para dominar el juego se tendrá que enfrentar a un rival que, por encima del mismo Diamantidis, es la clave para abrir el juego de los griegos. Miroslav Raduljica  es el pívot de referencia. Un jugador que esta 20.39 minutos en pista en los que coge 4.2 rebotes y anota 12.9 puntos. Jugador fundamentalmente defensivo, se aplicará para secar al eje del juego baskonista e impedirle desarrollar un juego, que permite que sus compañeros jueguen más libres y mejor en cada partido. 


Las claves de PAO son varias, desde la aportación de Diamantidis a la contribución de Elliot Williams, que promedia 14.4 puntos partido, o de James Gist, que anota 10.9. Sin embargo, el punto fuerte de PAO son sus fans, los diecinueve mil doscientos cincuenta aficionados, cuando no son mas, que llenan el Olympic Indoor Hall y que son capaces de llevar en volandas a su equipo, cuando se transforman en uno solo y con sus canticos arrastran, como las sirenas que llamaban a Ulises, y llevan en volandas a su equipo para sembrar el desconcierto en el equipo rival. Frente a esto, como en la Odisea de Homero, no queda más remedio que tapar los oídos a los marineros y que estos sigan remando solos sin hacer caso a los canticos, es decir, que el Baskonia haga ese juego rápido y fluido, en el que últimamente destaca la conexión Bourousis con James, sin hacer caso del ambiente. Porque las opciones seguras de Baskonia pasan por conseguir una victoria en Grecia para volver con la clasificación a Vitoria, ya que, en un quinto partido de desempate en el Buesa, podría pasar cualquier cosa y saltar la sorpresa.

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