Tras superar a Valencia y Baskonia respectivamente en las
semifinales, Barcelona y Madrid jugarán otra final más. La 17ª seguida del Barcelona, la 3ª entre Madrid
y Barça en la Supercopa. Dominio absoluto. Los dos máximos estandartes del
baloncesto español, de nuevo, cara a cara. La historia les vuelve a citar.
Foto: basketexpress.net |
Este verano se ha hablado, y mucho, de la buena gestión del
Barcelona en la secretaria técnica y de la pasividad y excesiva lentitud del
Madrid para reforzar al equipo. Draper, Darden y Mirotic se fueron pronto y los
refuerzos tardaron en concretarse. El “affaire” de Pablo Laso también tardó en
resolverse (con sus ayudantes fuera del club). Con más o menos rapidez, blancos
y azulgranas vuelven a tener en su haber dos de las mejores plantillas de
Europa y preparadas para ganarlo todo.
Se antoja excesivamente atrevido dar un posible pronóstico
de la final. La igualdad de este tipo de partidos lo impide. La
imprevisibilidad con la que se han desarrollado los últimos precedentes,
también. La pasada campaña vivimos una superioridad aplastante de los blancos
en la Euroliga; el Barcelona ganó el partido en casa de la Liga Endesa; el
Madrid levantó la Copa del Rey en la bocina y los azulgranas se proclamaron
campeones de Liga en una gran final. Mismos rivales y distintas inercias según
el contexto.
Pablo Laso y Xavi Pascual se conocen mutuamente a la
perfección. Ambos saben sus trucos, sus ideales baloncestísticos y qué hacer
para intentar frenarlos. Por eso cada vez es más elogiable el factor sorpresa.
Este primer partido entre ellos, en cambio, puede ser una cuna de experimentos
inesperados (aunque a los dos se les exige ganar desde su club). Las nuevas
caras de cada plantilla pueden ayudar a ver sistemas innovadores que alteren
los conceptos defensivos implantados a lo largo de la pretemporada.
Partido para las estrellas
Las finales (más si son un clásico) son para que los grandes
jugadores den un paso adelante y se exhiban. Pero ambos equipos gozan de un
arsenal de nombres que pueden decidir partidos. Muchos gallos en un gallinero,
por así decirlo. En Barcelona, Tomic, Doellman, Navarro, Marcelinho e incluso
Lampe (como en el cuarto partido de la final) pueden decantar la balanza para
el lado azulgrana. Los blancos se aferrarán a Rudy, Llull, la magia del Chacho
y el indomable carácter de Nocioni.
Tensión. Nervios. Errores. Altos quilates. Espectáculo. El
primer clásico de la temporada. ¿Quién se llevará el gato al agua?
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