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viernes, 25 de abril de 2014

El diario de Jorge Bilbao (VII): Decepción por no jugar la March Madness, cena con José Manuel Calderón y la suerte de poder ver en vivo la final de la NCAA

¡Saludos a todos desde Texas!

Desgraciadamente, la temporada NCAA ha terminado tanto para mí como para el resto del país. Aún así, se han dado varios sucesos importantes en las últimas semanas, tanto dentro como fuera de la cancha.

En mi caso, como ya os conté en la última entrega, nos disponíamos a viajar a New Orleans durante las vacaciones de Spring Break, única semana libre de clases, para disputar el Sun Belt Conference Tournament con el único objetivo de quedar campeones y llevarnos el tan ansiado billete que nos daba acceso a la March Madness.

En nuestro estreno en el torneo nos esperaba UL Monroe, equipo al que habíamos conseguido ganar por partida doble durante la liga regular en encuentros muy ajustados debido a que ellos son un equipo muy rocoso y que saben muy bien a lo que juegan. Al comenzar nuestra eliminatoria, las cosas no nos estaban saliendo bien, jugando con poca fluidez en ataque y poca tensión en defensa, haciéndonos llegar al descanso por debajo en el marcador. Tras la salida de vestuarios, conscientes de que si perdíamos se nos acababa la temporada y gracias a que mi compañero Anthony Walker encadenó ¡4 mates consecutivos!, 3 de rebote ofensivo y un último finalizando un alley-oop en un contraataque que él mismo había iniciado colocando un tapón, conseguimos darle la vuelta al partido y tomar la delantera, amarrando el resultado y consiguiendo conservar la renta a pesar de los muchos esfuerzos de Monroe por ponerse por delante, finalizando con una victoria por 68-65.


En la segunda ronda del torneo nos esperaba la Louisiana-Lafayette de Elfrid Payton, proyectado como Top20 de este próximo Draft. Nuestro partido comenzó con más de una hora de retraso debido a que en la eliminatoria anterior entre Arkansas State y Arkansas Little Rock no pudieron decidir quién se llevaba la victoria hasta ni más ni menos que la 4ª prórroga! Muy meritorio el partido de Little Rock, ya que no contaban con su mejor jugador por lesión, y fueron perdiendo al resto de sus jugadores más importantes durante el partido y los tiempos extra hasta acabar con un quinteto formado por jugadores poco habituales que no llegaban a promediar 10 minutos por partido, pero que dieron la cara y lucharon hasta el final pese a caer derrotados por un espectacular 114-116.
Cuando por fin comenzamos nuestro partido, tomamos las primeras ventajas en el marcador gracias en parte al buen trabajo hecho sobre su estrella Payton, consiguiendo ponerle en problemas de faltas, pero el resto de jugadores dieron un paso adelante y gracias a un gran acierto exterior se pusieron por delante y mantuvieron su ventaja gran parte del encuentro. Durante la segunda parte conseguimos empatar en dos ocasiones pero, acompañados por la mala suerte en un par de jugadas clave, no conseguimos tomar la delantera y acabamos perdiendo por 91-85. Fue un golpe muy duro, ya que el partido se había decidido en un par de detalles y el vestuario estaba muy tocado, pero como ya sabréis, el baloncesto es así. Aún y todo, caímos derrotados ante un equipo muy talentoso que llegaba en un estado de forma excelente y acabó proclamándose campeón, imponiéndose a Western Kentucky al día siguiente en las semifinales y a la favorita Georgia State en la gran final tras un encuentro trepidante resuelto por un punto en la prórroga, yendo así a la March Madness donde a la postre cayeron derrotados en primera ronda ante la Creighton de Doug McDermott.

Menos de una semana después de volver de New Orleans, tuve la oportunidad de conocer en persona a todo un símbolo del baloncesto español durante los últimos años: ni más ni menos que José Manuel Calderón. Gracias a Marcos Piñeiro, redactor de Marca residente en Dallas con el que entablé amistad a principios de temporada, el cual organizó una cena con más españoles y Calderón, pude disfrutar de una velada muy agradable en la que hablamos de todo, intercambiando diferentes experiencias de la NBA, Selección Española, ACB y categorías inferiores, así como mis propias experiencias en la NCAA y el proceso por el cual había llegado a la liga universitaria. José se mostró en todo momento muy humilde y cercano, demostrando no sólo ser un ejemplo a seguir en la cancha, sino también fuera de ella. Quedamos en mantener el contacto, y la próxima semana estaré apoyándole en el American Airlines Center en su serie de Playoffs contra San Antonio.

La temporada había terminado para nosotros, pero la March Madness no había hecho más que comenzar. Tras unas semanas de auténtica locura con un nivel de competición altísimo en las que fueron saltando las sorpresas a diario, se llegó a la mundialmente conocida Final Four de la NCAA, para la cual se habían clasificado Uconn, Wisconsin, Florida y Kentucky. La Final Four es un acontecimiento al nivel de la Superbowl, que mueve una masa de gente y crea una serie de eventos abrumadora. Tuve la grandísima fortuna de que este año la Final Four se disputaba aquí, en Dallas, más concretamente en el AT&T Stadium, hogar de los Dallas Cowboys con un aforo superior a los 80.000 espectadores que se encuentra a escasos tres minutos de mi apartamento. Tras participar en algunos clinics promovidos por la NCAA donde ayudábamos y jugábamos con niños y niñas de todas las edades, llegó el día de la gran final, a la cual pude asistir para poder disfrutar en vivo y en directo del mayor evento baloncestístico del país


A pesar de querer que ganara Kentucky debido a que nos enfrentamos meses atrás, para ver a la clase freshman que tantas críticas había recibido durante la temporada proclamándose campeona, Uconn se llevó el título tras una disputada final liderados por un espectacular Shabazz Napier. He de decir que la experiencia fue única, en un estadio absolutamente espectacular, donde pude ver de primera mano la mayor expresión de baloncesto colegial posible. Una de esas experiencias que se viven una vez en la vida.

Mucha gente me preguntaba sobre qué íbamos a hacer una vez terminada la competición. Lo primero de todo, acabar las clases, ya que los exámenes semestrales no acaban hasta principios de mayo. Y en el ámbito deportivo, tras una semana libre de entrenamientos, volvimos al trabajo con una carga de sesiones diarias de pesas, condicionamiento y entrenamientos de equipo. Ya la semana pasada tuvimos que adaptar los horarios debido a la normativa vigente de la NCAA respecto al tiempo de entrenamiento, y fue cuando comenzamos las sesiones en grupos reducidos con un trabajo más específico. De aquí al comienzo de la próxima temporada es cuando los jugadores entrenan aspectos más detallados de su juego y se hace mayor énfasis en el trabajo físico debido a la ausencia de competición. Personalmente, estoy metiendo varias horas extra de trabajo al día para seguir mejorando en todos los apartados posibles de mi juego y ayudar a UTA a llegar lo más lejos posible. Cada ejercicio en cada entrenamiento y sesión de gimnasio cuenta, así como los partidos que jugamos con los antiguos jugadores y profesionales, y tras un mes de competiciones, he acabado con el mejor balance de victorias y derrotas del equipo, es por ello que gané el “UTA Championship Belt”. Todos en el equipo estamos muy mentalizados para hacer una mejor temporada que esta última y a pesar de haber tenido varias bajas, ha quedado un grupo muy competitivo que, sumado a las nuevas incorporaciones, ya está trabajando para ser los próximos campeones de la Sun Belt.


Ahora quedan apenas dos semanas hasta el final del semestre, tras lo cual dispondremos de tres semanas de vacaciones antes de volver el 1 de junio para empezar con los entrenamientos y clases de verano. Tras mi primer año en la NCAA, lleno de experiencias absolutamente increíbles en el que he crecido como jugador y he podido madurar como persona, estoy impaciente por volver a Bilbao y poder disfrutar de unas semanas de la compañía de mis amigos y familia, para recargar energías de cara a un verano en el que el trabajo diario está asegurado con el fin de poder seguir progresando todo lo posible y prepararme para la próxima temporada. ¡Un saludo a todos!

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