Sin ideas, sin motivación. El Barcelona hizo el ridículo en Milan ante un Emporio Armani mucho más concentrado y que vapuleó a los de Xavi Pascual, que en ningún momento entraron en el partido y se vieron superados por un equipo italiano eufórico.
Foto: sport.es |
La primera mitad fue muy complicada para los azulgranas. Los italianos salieron muy enchufados y activados, con un juego rápido y un Barça que notaba en exceso la ausencia de Navarro. Hackett era un auténtico malsueño para la defensa de los de Pascual, que tiraban de Lorbek y Lampe para intentar no perder comba en el marcador.
Los de Luca Banchi iban abriendo brecha en el marcador poco a poco con Samuels y Jerrells. El Barça estaba desorientado, lento y sin ideas en ataque. La comunicación brillaba por su ausencia en defensa y el Milan se iba ganando al descanso 43-34.
En vez de cambiar la inercia y ajustar los problemas defensivos, la cabeza de los azulgranas se había quedado en la ciudad condal y los de Xavi Pascual no sabían qué hacer en pista. Las rotaciones no funcionaban y los italianos iban aumentando a pasos agigantados la diferencia.
La imagen del Barça fue preocupante y hacía mucho tiempo que no se veía. La relajación por saber que la clasificación está asegurada pudo afectar a los jugadores, pero dio una imagen de equipo roto y sin rumbo. El fin de semana tendrá que recuperar la mejor versión para no devolver las dudas al seno culé.
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