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lunes, 31 de marzo de 2014

Florida, Wisconsin, UConn y Kentucky sellan su billete a la Final Four

Con la Final Four  en el horizonte, los billetes para Arlington estaban ya en juego, lo que no hizo sino aumentar la expectación en unos choques donde ya sobraba presentación alguna. Una vez más, la dosis de emoción y espectáculo que nos ha brindado el Elite 8 no ha dejado indiferente a nadie, ya que mientras el gran favorito acaba con el sueño de la “cenicienta”, 
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@marchmadness


South Region

Florida acaba con el sueño de Dayton

No saltó la sorpresa, una vez más, los Gators reafirman su candidatura al título a base de solidez y firmeza. Porque aun sin brillar, lograron su 30º victoria consecutiva para volver a una Final Four que no pisaban desde 2007 cayendo siempre con la miel en los labios. Sin embargo, pese a la sensación de control, los Flyers no tiraron la toalla, apurando todas sus opciones y encomendándose  a un voluntarioso Dyshawn Pierre (18 puntos) para mantenerse con vida. Pero para los de Archie Miller se ponían las cosas muy cuesta arriba en cuanto Wilbekin (23 puntos) se hiciese con las riendas del encuentro, porque más allá de su talento para resolver de cara al aro, volvía a sacar a relucir esa capacidad para hacer mejor a sus compañeros, irrumpiendo más pronto que tarde Patric Young (12 puntos, 6 rebotes) para causar estragos bajo los aros. 
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Dayton tiraba de casta y orgullo para terminar con la comodidad rival, y si bien es cierto que conseguían recortar distancias de la mano de su excelente labor coral, no había gasolina para más, ya que como de costumbre, cuando aprietas, los de Billy Donovan pisan el acelarador. Mientras Young dominaba en la pintura, Wilbekin y Frazier (10 puntos) daban la puntilla desde el perímetro para poner punto y final a la andadura de unos Flyers que han dejado su huella en la historia del Madness.


West Region

Los Badgers tiran de épica para superar a Arizona

Espadas en todo lo alto en un encuentro que ya desde los primeros compases prometía emociones fuertes. Un enfrentamiento que reunía a  dos de los bloques más compactos de la competeción y donde se acabó viviendoun combate para la historia en la cual tuvimos que esperar a la prórroga para que se decantara un vencedor. 
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Los Wildcats salieron a golpear primero, imponiendo un ritmo alto con el que maniatar a unos Badgers que sufrían de la gran circulación de balón rival, su agresividad y los embistes en la zona de Tarczewski, que pronto serían respondidos por Traveon Jackson y sobre todo por un Frank Kaminsky que se entonaba. Con una igualdad imperante llegados al descanso, fue el propio Kaminsky (28 puntos, 11 rebotes) quien se erigía como amo y señor del encuentro a la salida de los vestuarios, echándose el equipo a las espaldas, pero eran en esta ocasión los freshmen  Rondae Hollis-Jefferson (10 puntos, 4 rebotes) y Aaron Gordon (8 puntos, 18 rebotes)los que salían a la palestra para devolverle la energía e intensidad a su equipo.
De esta manera, poco duraría la hegemonía de los de Bo Ryan, ya que impregándose de ese aliento, Nick Johnson (16 puntos) se convertía en protagonista devolviendo la ventaja a los suyos, pero mientras perdurara el exigente intercambio de golpes, no había dominador claro, estando el partido en un puño y con todo por decidir en la recta final.  Sin embargo, pese a las acometidas nuevamente de Kaminsky, Traveon Jackson no fue capaz de decidir la contienda errando un tiro que nos llevaba a la prórroga.
Con el parqué convertido en un auténtico campo de batalla, fue Aaron Gordon quien con una frialdad encomiable daba un golpe sobre la mesa, siendo pronto contrarrestado por Burst y un Kaminsky que permanecía diferencial, pero que no podía impedir un palmeo de Jordin Mayes que dejaba a los de Sean Miller a tan solo un punto ya inmersos en el clutch time. Así como Traveon Jackson no volvía a tener fortuna a la hora de la verdad, tampoco la tenía TJ McConnell, aunque la polémica estaría servida, y es que una falta en ataque de Nick Johnson propiciaba la controversia. Por si fuera poco, los árbitros volvían a tener la responsabilidad ya que un balón reucuperado por Hollis-Jefferson sería sometida a revisión, donde tras unos minutos eternos con una tensión reinante se optó por darle la opción de llevarse la victoria a Arizona.
Como no podía ser de otra manera, Nick Johnson asumió la responsabilidad y pese a que sería capaz de armar un buen lanzamiento, se encontraba fuera de tiempo, provocando la alegría y celebración de unos Badgers que 17 años después volvían a la Final Four, obteniendo por fin Bo Ryan su recompensa tras todos sus años de trabajo.
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East Region

Los Huskies vuelven a maravillar en el Madison Square Garden

Quien lo diría hace unos meses. En su primera participación en el March Madness tras ser sancionada la universidad por motivos académicos, Kevin Ollie ha conseguido devolver a los Huskies a una Final Four que nadie esperaba, poniendo punto y final al periplo de uno de los bloques más sólidos de la competición y dejando con la miel en los labios a los chicos de Tom Izzo.


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Con el Madison Square Garden como escenario inmejorable para la ocasión, resultaba imposible no echar la mirada atrás y recordar a Kemba Walker centrar las miradas de todo el panorama baloncestístico. Ya desde los primeros compases, Shabazz Napier se hizo con el control del encuentro imponiendo junto a Ryan Boatright un ritmo eléctrico que los Spartans no conseguían encontrar su juego, incómodos y teniendo que encomendarse a un Gary Harris imparable que se echaba el equipo a las espaldas para mantenerse a remolque.

En cuestión de minutos, cambiaban las tornas, y es que los de Tom Izzo adelantaban líneas tal y como lo había hecho su rival al inicio, siendo su trabajo atrás el que les mantenía a flote junto al acierto exterior de un Adreian Payne que se entonaba por momentos, pero mostrando una irregularidad que acabaría por marcar el devenir de los suyos. Sin embargo, poco les duraría la alegría, ya que una vez más, el control del encuentro cambiaba de manos, siendo el boricua quien daba un golpe sobre la mesa para liderar un parcial de 11-0 que no sólo abría brecha, sino que reflejaba el atasco y espesura de una Michigan State que echaba de menos la aportación de unos Keith Appling y Branden Dawson desaparecidos en combate.
UConn se mantenía firme y tenaz conforme nos acercábamos al final del choque, aguantando las acometidas de unos Spartans precipitados, ansiosos por recuperar la hegemonía lo que se seguía traduciendo en una cantidad de pérdidas que acabarían siendo un lastre para ellos. Pese a que llegaban con vida a la hora de la verdad, Gary Harris volvía a estar muy sólo, pidiendo a gritos ayudas que no llegaban, ya que con excepción de Valentine, ocurría todo lo contrario, siendo Appling quien se despedía de su trayectoria universitaria de la manera más gris posible, propiciando que Napier sentenciara el encuentro haciéndole una falta en el triple que decantaría la balanza para unos Huskies que contra todos los pronósticos, se han ganado por méritos propios el estar en Arlington.


Midwest Region

Aaron Harrison decide en un duelo para el recuerdo

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Pero cuando parecía que ya lo habíamos visto todo en este March Madness, éramos testigos poco después de uno de los encuentros más emocionantes de la temporada. Un partido en el que hubo de todo, pero sobre todo en el que Michigan y Kentucky nos dejaron en vilo hasta los últimos instantes. Un partido, donde al margen de disfrutar de talento a raudales por parte de uno y otro, se vio reflejado el proceso de madurez de unos Wildcats que han visto mejorada su actitud y sentido colectivo de una forma que pocos podíamos creer hace apenas un mes, se han convertido en un equipo.

Sin embargo, volvió a ser la abundante artillería de los Wolverines la que salió primero a la palestra de la mano de un Nik Stauskas desatado que ya desde el principio se convertía en un auténtico quebradero de cabeza para Calipari, que optaba sorprendentemente por un casi inédito hasta la fecha Marcus Lee para frenar la sangría. No le pudo salir mejor, y es que el encomiable trabajo defensivo de Michigan sobre Julius Randle neutralizaba su aportación, siendo Lee quien haciendo gala de su envidiable físico mantenía a los suyos en el partido, pronto ayudado por un James Young que les mantenía al acecho a base de triples.

En la segunda mitad la contienda daría un vuelco con la irrupción de un Julius Randle decidido a ser diferencial, consiguiendo el control del partido por la fuerza y sin miramiento alguno. Pero la pluralidad ofensiva de los Wolverines no tardaría en aparecer, y si jugadores como Jordan Morgan e incluso Caris LeVert actuaban como motor del equipo desde la defensa, Stauskas continuaba letal junto a un voluntarioso Glenn Robinson que se erigía como el segundo de abordo en la ofensiva.

Fue entonces cuando Aaron Harrison entraría en escena sin avisar dinamitando el enfrentamiento desde el perímetro mientras el clutch time se asomaba ávido de proclamar un vencedor. El grado de imprevisibilidad que había alcanzado el encuentro rozaba lo surrealista, sin dar lugar a relajo alguno la exigencia era máxima en ambos lados de la cancha en un derroche de talento digno para guardar en videoteca.
 En un final no apto para cardíacos, las espadas estaban en todo lo alto, y es que  el frenético intercambio de golpes entre ambos bandos dejaba a los Wildcats por delante a falta de menos de un minuto. En una jugada donde predominaría más el pundonor que la pizarra, los Wolverines ponían las tablas tras una jugada de locos en la que varios triples a la desesperada de Stauskas y Walton acababan con un palmeo múltiple de los interiores de Michigan y Randle que dejaba el match-ball del lado de los de Lexington.

Un encuentro de aquella altura hasta el momento sólo podía tener un desenlace acorde con lo vivido. Un doble marcaje sobre Randle forzaba que Aaron Harrison tomara la responsabilidad y con una frialdad y descaro para enmarcar, anotaba un triple desde 8 metros en la cara de LeVert que desataría la locura, haciendo inútil el último intento a la desesperada de Stauskas y dando una victoria épica a una Kentucky que una vez más estará en la lucha por alcanzar la gloria. Arlington les espera.



Los enfrentamientos que tendrán lugar en la Final Four del 4 al 6 de abril quedan tal que así:


  • Wisconsin vs Kentucky
  • Florida vs UConn

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