El Joventut se aferra a la copa tras imponerse en Murcia (76-82)

Ahora más que nunca, en Badalona tienen razones por las que soñar, y es que como han demostrado hoy en Murcia, la garra, el compromiso y la labor coral de la que hacen gala bien está erigiendo a la Penya como una de las notas positivas de esta primera vuelta. En esta ocasión, a pesar de lo voluntarioso y lo combativo del UCAM Murcia en sus acometidas por consumar una ardua remontada, el Joventut ha dado buena muestra de ser un equipo con mayúsculas, con las ideas claras en ataque y aún más en defensa. De esta manera, la Copa del Rey es una posibilidad más que real que augura batallas aún más emocionantes.

ACB Photo

En el bando de los vencedores, destacaron John Shurna (19 puntos, 6 rebotes, 17 val), Tariq Kirksay (14 puntos, 6 rebotes), Devoe Joseph (16 puntos, 4 asistencias) y Albert Miralles (11 puntos, 5 rebotes), mientras que por otro lado sobresalieron Kim Tillie (14 puntos, 9 rebotes), Ben Romdhane (14 puntos, 5 rebotes), Dwayne Davis (11 puntos) y Augusto Lima (7 puntos, 14 rebotes, 19 val).

Pese a que parecían los locales quienes tomaban las riendas en los primeros compases, la igualdad predominaba en Murcia y es que el bajo ritmo de partido no impedía que tanto uno como otro mostraran sus armas en la contienda. Pero conforme pasaban los minutos, la Penya se entonaba, y aprovechando la pluralidad ofensiva de la que estaban haciendo gala, hacían daño tanto en la pintura con Miralles como desde el perímetro con Shurna y Joseph. Aunque los de Óscar Quintana no se despegaban, el marcador seguía parejo al término del período (20-22).

Y es que poco cambiaban las tornas una vez llegados al segundo cuarto. Las diferencias seguían sin ser notables, pero de la mano de un Kirksay (11p) muy inspirado de cara al aro y un imponente Miralles (8p) seguían mandando en la contienda. Pero no podíamos pasar por alto el buen trabajo realizado atrás por los verdinegros, no dejando anotar ni un punto fácil, y aún menos bajo los tableros, donde seguían planteando una encarnizada pelea. El UCAM Murcia por su parte no encontraba una constante en ataque, y ante la falta de una referencia clara, se servían de los destellazos individuales dada la exigencia defensiva a la que le estaba sometiendo el Joventut. De esta manera, ambos equipos se marchaban a los vestuarios con una cómoda ventaja para los visitantes (35-46).

El esfuerzo colectivo de los de Badalona seguía dando sus frutos, porque aunque el perímetro rival amenazaba con una reacción inminente, se mantenían sólidos, sin grietas aparentes ante una escuadra murciana que sufría ante una fluidez ofensiva que ni la zona conseguía frenar. Sin embargo, cuanto todo parecía predestinado a no cambiar sobre el parqué, la pareja interior murciana, con Ben Romdhane (14p) como estilete y Kim Tillie como escudero, recortaban diferencias de manera espectacular, mostrando una gran actitud en ambos lados de la cancha y sorprendiendo a un Joventut desconcertado ante las acometidas de su contrincante, por lo que todo estaba por decidir a falta de 10 minutos para el final (56-60).

La tónica del encuentro había sufrido un cambio radical. La intensidad y la consecuente emoción que traía consigo el partido era latente, convirtiéndose la cancha en un auténtico campo de batalla en la que cada rebote, cada punto se luchaba como el último ante el constante empuje de la afición presente. Fue entonces cuando en cuestión de minutos los de Salva Maldonado conseguían dar un golpe sobre la mesa que bien podía valer el devenir del enfrentamiento. Como venia siendo habitual en el encuentro, las figuras de Joseph (11p), Shurna (14p), Kirksay (11p) o incluso Savané (8p) irrumpían de nuevo tanto en ataque como en defensa en el caso de los dos últimos nombrados, poniendo tierra de por medio a la par que avisaban con cerrar el encuentro. Pero una vez más, los locales no bajaron los brazos, y con una entereza y brío formidable, devolvían la igualdad una vez llegados al "clutch time". 

Finalmente, no se pudo mantener el nivel defensivo de la Penya y con una expulsión de Quintana que ya de por sí condenaba a los suyo, encadenaban una derrota que tanto acerca a unos como aleja a otros de la Copa del Rey (76-82).