El Barcelona conquistó el Pionir con coraje y con mucho equilibrio entre defensa y ataque. Tras un desastroso primer cuarto, los de Pascual se rehicieron gracias a Abrines, Papaniolaou y el resurgido Pullen para acabar ganando y sumar la cuarta victoria en la Euroliga (64-82).
La visita del Barcelona en Belgrado se antojaba complicada. Los azulgranas sufrieron para doblegar a los serbios en el Palau y el inicio no fue del todo positivo. El infierno de un pabellón que no tiene pasillos por la cantidad de gente que se acumula permitió al Partizan empezar con un parcial de 14-6 que producía dudas al Barcelona.
Sin embargo, los de Pascual reaccionaron, apretaron las clavijas en defensa con un muy buen Sada y un impecable Papanikolaou que se multiplicaba para hacer de todo. El segundo cuarto cambiaba de tónica y los azulgranas se iban al descanso cinco arriba gracias a un gran Abrines, 10 puntos al descanso, y un Pullen repleto de confianza (32-37).
En la segunda mitad poco tardarían Navarro, Papanikolaou y Dorsey en dejar claro quien debía ganar el partido y con un arsenal de triples y un control constante del rebote los de Pascual se marcharon rápidamente en el marcador (36-50, min 25). A partir de ahí, los serbios bajaron su intensidad, se vieron incapaces y los catalanes jugaron a placer. Pullen se destapó con 13 puntos y Abrines y Papanikolaou le demostraban a Pascual que pueden asumir liderazgo.
Los últimos compases del partido no tuvieron demasiada historia y los azulgranas mantuvieron la renta para acabar llevándose el partido en una pista difícil y que puede darle mucha confianza de cara al futuro.
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