El Valencia Basket ya lidera en solitario el grupo C de la Eurocopa al sumar hoy su segunda victoria en la competición ante el Ratiopharm Ulm, en un encuentro en el que la atrevida y enérgica dirección de Sam Van Rossom le permitió controlar el choque en todo momento.
El encuentro comenzó alegre y rápido, con los dos equipos protagonizando un ágil intercambio de canastas del que salió beneficiado el Valencia por su puntería desde la línea de 6,75. Dos triples de Rafa Martínez y uno de Van Rossom dieron las primeras ventajas a los locales (21-11, m.7).
La salida a la pista de Edgar Sosa hilvanó los ataques del Ulm, pero el equipo alemán siguió sin frenar los ataques locales, en los que Oliver Lafayette, poco fino en la dirección, se unió al festival anotador de los jugadores exteriores.
La salida a la pista de Edgar Sosa hilvanó los ataques del Ulm, pero el equipo alemán siguió sin frenar los ataques locales, en los que Oliver Lafayette, poco fino en la dirección, se unió al festival anotador de los jugadores exteriores.
Conforme el acierto desde fuera del Valencia se redujo, el Ulm acortó distancias. Su juego abierto dificultaba la labor de la defensa del equipo español, pero el regreso a la pista de Justin Doellman, rápido de manos en ambos lados de la pista, le dio un nuevo impulso, que le permitió llegar al descanso con el marcador controlado (49-40, m. 20).
El paso por el vestuario cambió el choque y lo endureció. Y en ese juego de contacto, los locales, que tenían la baja de última hora de Pablo Aguilar por un virus gastrointestinal, perdieron por una torcedura de tobillo a Rafa Martínez y los visitantes, a Hess por un golpe en la cara. Los dos pudieron volver a jugar.
Pero también de ese lance salió airoso el equipo valenciano. Su defensa acabó con la alegría ofensiva del Ulm, que ya sólo anotó cómodo desde la línea de tiros libres y en ataque una nueva racha de acierto desde la línea de triple le disparó en el marcador (70-54, m. 31).
El paso por el vestuario cambió el choque y lo endureció. Y en ese juego de contacto, los locales, que tenían la baja de última hora de Pablo Aguilar por un virus gastrointestinal, perdieron por una torcedura de tobillo a Rafa Martínez y los visitantes, a Hess por un golpe en la cara. Los dos pudieron volver a jugar.
Pero también de ese lance salió airoso el equipo valenciano. Su defensa acabó con la alegría ofensiva del Ulm, que ya sólo anotó cómodo desde la línea de tiros libres y en ataque una nueva racha de acierto desde la línea de triple le disparó en el marcador (70-54, m. 31).
Con el duelo controlado, el Valencia no levantó el pie del acelerador. Un indomable Sam Van Rossom le mantuvo activo y tampoco el Ulm mostró muchos argumentos para complicarle a los locales el final del encuentro, más allá de un despliegue físico al que sacó poco provecho.
FUENTE: ACB
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