Unicaja venía de un parón tras no clasificarse en la Copa y viajaba a Berlín para demostrar que todavía no está muerto y que sigue siendo un equipo correoso en la Euroliga. Lo que nadie contaba es que Marcus Williams se disfrazase de héroe y anotase un triple estratosférico para vencer al Alba por 65-67 en un choque con muchas imprecisiones y poco baloncesto.
Foto: euroleague.net |
Unicaja de Málaga no empezó bien el partido y los alemanes llevaban la batuta del juego hasta el punto de alcanzar una máxima diferencia de 42-34 con una defensa nefasta de los andaluces y pérdidas de balón inexplicables. Sin embargo, una reacción en dos minutos permitió a los de Repesa a dar la vuelta al marcador con un parcial de 0-11.
Unicaja es un equipo irregular, y Marcus Williams es capaz de encarnar esas virtudes y defectos a la máxima expresión. De perder balones y precipitarse en ataque, a ser el jugador salvador en los momentos claves del partido. Williams estaba -9 en el +/-, pero los alemanes no anotaban y el Unicaja empezaba un festival desde la línea de tres.
Unicaja es un equipo irregular, y Marcus Williams es capaz de encarnar esas virtudes y defectos a la máxima expresión. De perder balones y precipitarse en ataque, a ser el jugador salvador en los momentos claves del partido. Williams estaba -9 en el +/-, pero los alemanes no anotaban y el Unicaja empezaba un festival desde la línea de tres.
A falta de tres minutos, Repesa tuvo que pedir tiempo muerto con 64-61 porque su equipo se había sumido en otra mini crisis durante el duelo. Aun así, el cuadro visitante alcanzó el último minuto con bola para ponerse por arriba y entre Simon y Williams se dedicaron a no anotar. 65-64 y posesión para el Alba que no aprovechase su posesión ganadora. Y con 1 abajo apareció Williams, que con su sangre fría habitual dejó boquiabierto al pabellón berlinés desde el triple. 65-67 y alegría verde.