Lo que ha sucedido esta madrugada en la NBA tiene mucha tela que cortar. David Stern quiere sancionar a San Antonio Spurs por "no ir con todo a Miami a luchar por el partido". Les sitúamos. Gregg Popovich decidió dar descanso a sus tres estrellas Duncan, Parker, Ginobili y a Green con el objetivo de no saturarles de partidos (frente a los Heat los Spurs jugaron el sexto partido en nueve noches). El comisionado de la NBA no le ha gustado nada que Popovich tomase esa decisión, ya que "iba en detrimento del espectáculo".
Popovich quiso defenderse de unas acusaciones que son muy duras (los entrenadores deciden qué hacer con sus jugadores) asegurando que "la decisión fue tomada desde que el pasado julio conocimos el calendario de competición". "Cada organización tiene que tomar sus propias decisiones acerca del calendario, los jugadores en partidos consecutivos, los viajes y todas esas series de cosas", valoró Popovich. "En nuestro caso, este mes hemos disputado 11 partidos fuera de casa, dos giras de ocho y 10 días, respectivamente, y cuatro encuentros en cinco noches".
Sin embargo, San Antonio y Popovich quisieron demostrar a los Heat, a Stern y a todo los aficionados de la NBA que los equipos son mucho más que tres o cuatro jugadores. Popovich volvió a asombrar a todo el mundo haciendo que jugadores sin confianza esta temporada, hiciesen una actuación brillante en el campo del vigente campeón.
Spurs hace ya muchos años que saca un rendimiento superior del esperado a todos los jugadores que tiene en la plantilla. Gran parte de ello la tiene Popovich, por lo que es inadmisible que Stern ponga en duda su profesionalidad.
Miami empezó de forma arrolladora con un parcial de 16-6. Parecía el inicio de una paliza y la confirmación de que San Antonio había tirado el partido. Sin embargo, la segunda unidad de Spurs (Splitter, De Colo...) realizó una gran labor y respondió con un parcial de 21-6 que dejaba el marcador muy ajustado antes del descanso.
El partido fue un constante toma y daca con unos Heat (en que no faltaba ninguna de las estrellas) que no podían escaparse de los "suplentes" de Popovich. Solo la inspiración de Ray Allen y la sobriedad de Lebron James permitió a Miami vencer y conseguir la quinta victoria consecutiva y situarse con un 11-3 y un 7-0 en el American Airlines Arena.
Spoelstra defendió a Popovich, y quizás Stern deba pedir perdón a San Antonio, no solo porque a punto estuvieron de vencer, si no porque dieron un espectáculo que ensalzó el espíritu de colectivo (algo que muchas veces falta en la mejor liga del mundo). Gary Neal aportó 20 puntos; Splitter hizo de Duncan y sumó 18 además de capturar 9 rebotes; el base francés De Colo logró sus mejores registros desde que ha llegado a la NBA y repartió cinco asistencias, cogió seis rebotes y metió 15 puntos. Boris Diaw, por su parte, también estuvo en dobles dígitos, con 12 puntos y 6 rebotes.
Veremos como acaba todo este tema, pero claro está que Spurs hizo un gran partido y a punto estuvo de dar la campanada. No tiraron nada a la basura. Popovich merece un respeto.
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