La NBA vivió la temporada pasada una sensación nueva. Tras la magia de Johnson en los Lakers de los 80, ningún otro jugador había despertado tanto interés por su juego ágil, divertido y mágico. La visión de Ricky Rubio y ese ritmo frenético que impone en pista cuando juega, han hecho que los aficionados a la mejor liga del mundo tengan ganas de ver jugar de nuevo al base español.
Y, por suerte, ya queda menos. Tras 265 días en el dique seco tras su lesión de rodilla en un choque fortuito con Kobe Bryant, Ricky ya entrena con sus compañeros a un ritmo "normal". Ya tiene el alta médica, aunque de momento no hay fecha exacta para que debute esta temporada. Muchos hablan que las opciones de Minessota esta temporada pasan porque Ricky vuelva a un nivel óptimo, que aporte ese ritmo eléctrico tan característico que tiene y haga jugar a los nuevos.
Nadie quiere aventurar cual será el estado físico del base del Masnou, ni tan siquiera quieren presionar al jugador, haciéndole jugar progresivamente con el objetivo de coger ritmo paulatinamente. "Comenzará jugando entre 16 y 18 minutos y entonces el equipo médico decidirá partido tras partido cómo evoluciona y cómo podrá actuar en el próximo", comentó a través de un comunicado Kahn. "Lo más importante es que él mismo tenga paciencia con la manera como tendrá que responder en el campo y, por supuesto, todos nosotros tenemos que ayudarle al máximo", subrayó Adelman.
Pero todos los aficionados al baloncesto tenemos ganas de su retorno. Queremos volver a ver esos pases mágicos, esa visión única y esa intensidad defensiva que le caracterizan.
Aunque por otro lado, queremos seguir viendo a Pau Gasol vestido de amarillo. Los rumores sobre su posible marcha han vuelto a aparecer en el seno angelino. El mal momento deportivo que está teniendo Pau (promedia los peores números de su carrera), sus molestias por una tendinitis en las rodillas y los malos resultados de los Lakers, hacen que el español vuelva a ser señalado como culpable y esté en el punto de mira.
De hecho, parece que le han dado un mínimo margen al catalán para que vuelva a rendir al nivel que se le exige porque si no, a partir del quince de diciembre y hasta el All-Star, sería probable que lo utilizasen como moneda de cambio con algún jugador de la NBA.
Sonó hace ya unas semanas la posibilidad de que Josh Smith (Atlanta) acabará en Los Ángeles y Pau se fuera allí. También que Boozer viniera a California y Pau a Chicago. El último rumor sitúa al "16" en Minessota, junto a su compatriota Rubio y junto a Kevin Love, en un intercambio a cuatro bandas que dejaría a Derrick Williams, Barea, Ariza y Jerebko en Lakers; a Okafor en Pistons; a Villanueva, Pekovic y Duhon en Wizards y a Pau y English en Minessota.
Tiene mérito que Pau, pese a las críticas y los constantes rumores, siga callado e intentando darlo todo en la cancha. No sabemos cuál será su futuro, si de amarillo o de otro color, pero seguro que en la NBA, y seguro que para seguir haciendo historia.
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